Director: Antoine Fuqua
"The Equalizer 2" la vi con mi abuelo en su casa, por la tele. No era día de carreras de caballos así que nos pusimos a ver esta película, "El justiciero 2". Mi abuelo vio la primera y yo también, de hecho está comentada por acá. Al principio me daba pereza ver una película que no me interesaba, pero bueno, había comenzado, había silencio, estaban las condiciones para verla.
Denzel Washington sigue siendo ese sujeto con habilidades especiales que se dedica a defender a los desposeídos. La película comienza con eso, en un tren, nuevamente dándole el bajo a un grupo de matones, más encima machistas. Washington tiene un amiga de la Agencia que le dice "oye mira, acá hay una injusticia que necesita de tus habilidades", aunque claro, la amiga también tiene su trabajo y debe encargarse de cosas turbias, conspiraciones, esa clase de problemas. Extrañamente, "The Equalizer 2", luego de su introducción, se dedica a seguir la vida de civil de Washington, dedicado a fingir ser un conductor de Uber (o una imitación que no vulnere derechos o qué sé yo, como esos Googles falsos que usan otros personajes en otras películas), amigo de un viejo alemán judío que quiere recuperar el retrato de su hermana, una mujer musulmana que planta un jardín y un muchacho negro bueno para dibujar que tiene mala junta, en la disyuntiva de ser un artista (pobre) o un pandillero (dinero fácil), y la película funcionaba, al menos para mí, que por momentos me llegan las historias de personas simples además siendo ayudadas por personas de buena moral (aunque violentos medios). Con el correr del metraje, en todo caso, le película se centra en el trabajo de la amiga del protagonista, que investiga un asesinato y los que perpetraron el asesinato no quieren que se descubra y comienzan a matar a diestra y siniestra y Washington se enoja y él mismo se pone a matar a diestra y siniestra y... en fin, ya se imaginarán: la cosa se vuelve una tonta y estúpida cinta de acción sin pies ni cabeza; un verdadero despropósito de deplorable guión (más aún por su estimable primer arco), genéricas secuencias de acción y unas cursilería y superfluidad emocional sonrojantes. Tiene un giro argumental que se veía venir de lejos, los personajes hacen cosas ilógicas y la coherencia dramática brilla por su ausencia. Al final los buenos son superlativamente felices y el mundo es la fiel representación de la Justicia.
En este punto no vale la pena continuar, tampoco se podía esperar mucho de una película así, la gran cagada es que ni siquiera es efectiva o mínimamente aceptable como mero producto de entretenimiento, parece dar por hecho que cualquier excusa para ponerse a disparar y matar gente puede justificar dos horas de metraje. Y Antoine Fuqua ya ni parece preocupado de la puesta en escena, por eso que dirija un software computacional o qué sé yo, ¿no? Al menos que los gringos dejen de imitar a los coreanos para hacer los thrillers, digo yo...
A mi abuelo le gustó menos que la primera.
Denzel Washington sigue siendo ese sujeto con habilidades especiales que se dedica a defender a los desposeídos. La película comienza con eso, en un tren, nuevamente dándole el bajo a un grupo de matones, más encima machistas. Washington tiene un amiga de la Agencia que le dice "oye mira, acá hay una injusticia que necesita de tus habilidades", aunque claro, la amiga también tiene su trabajo y debe encargarse de cosas turbias, conspiraciones, esa clase de problemas. Extrañamente, "The Equalizer 2", luego de su introducción, se dedica a seguir la vida de civil de Washington, dedicado a fingir ser un conductor de Uber (o una imitación que no vulnere derechos o qué sé yo, como esos Googles falsos que usan otros personajes en otras películas), amigo de un viejo alemán judío que quiere recuperar el retrato de su hermana, una mujer musulmana que planta un jardín y un muchacho negro bueno para dibujar que tiene mala junta, en la disyuntiva de ser un artista (pobre) o un pandillero (dinero fácil), y la película funcionaba, al menos para mí, que por momentos me llegan las historias de personas simples además siendo ayudadas por personas de buena moral (aunque violentos medios). Con el correr del metraje, en todo caso, le película se centra en el trabajo de la amiga del protagonista, que investiga un asesinato y los que perpetraron el asesinato no quieren que se descubra y comienzan a matar a diestra y siniestra y Washington se enoja y él mismo se pone a matar a diestra y siniestra y... en fin, ya se imaginarán: la cosa se vuelve una tonta y estúpida cinta de acción sin pies ni cabeza; un verdadero despropósito de deplorable guión (más aún por su estimable primer arco), genéricas secuencias de acción y unas cursilería y superfluidad emocional sonrojantes. Tiene un giro argumental que se veía venir de lejos, los personajes hacen cosas ilógicas y la coherencia dramática brilla por su ausencia. Al final los buenos son superlativamente felices y el mundo es la fiel representación de la Justicia.
En este punto no vale la pena continuar, tampoco se podía esperar mucho de una película así, la gran cagada es que ni siquiera es efectiva o mínimamente aceptable como mero producto de entretenimiento, parece dar por hecho que cualquier excusa para ponerse a disparar y matar gente puede justificar dos horas de metraje. Y Antoine Fuqua ya ni parece preocupado de la puesta en escena, por eso que dirija un software computacional o qué sé yo, ¿no? Al menos que los gringos dejen de imitar a los coreanos para hacer los thrillers, digo yo...
A mi abuelo le gustó menos que la primera.
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