TOP 2019

Como ven, todavía sigo vivo y en libertad, y ando con deseos de hacerme bien estos días y todos los días (aunque no sepa cómo). En cualquier caso, el año pasado hicimos una pequeña lista con lo mejor del 2018 y este año también vamos a hacer una lista, aunque películas del 2019 hayamos visto prácticamente nada. Esta lista con lo mejor del 2019 es, entonces, una lista ficticia (un inocente regalo de navidad), pero divirtámonos un poco. Esta edición será un poco más abultada (el año pasado llegaron 9 títulos al podio), pero eso es porque el universo de posibilidades es mayor (como se sabe, quien no ha visto nada lo ha visto todo). Así las cosas, la última aclaración es que los títulos listados van sin orden particular de jerarquía; llegados a este punto, todos son igual de buenos (si bien, lo admito, un par de filmes tienen un lugar especial en mi ajetreado corazón). Sin más preámbulos, saltemos a la piscina...

Adaptación libre de la novela homónima de Jack London (que también he leído, por supuesto: lo he leído todo), rescatando lo principal y esencial del original literario, a través de una relectura sobre episodios históricos importantes de Italia y de una puesta en escena exquisita, de una sensibilidad cinematográfica como no se veía en mucho tiempo. Aunque ya no tiene que demostrar nada, atención con Pietro Marcello, por lo demás, director fiel al celuloide: el presente film fue rodado en unos bellos 16 mm. Obra maestra.

La segunda película del director Ari Aster, otro de esos nombres prometedores, al parecer dedicados por completo al cine, porque apenas se demoró un año en estrenar esta obra descomunal, en intenciones y logros, que eleva el cine de terror a la categoría de arte: demente, brillante, inteligente, extraña, lo que quieran. Además, Florence Pugh está para llevarse todo los premios habidos y por haber.

Lo nuevo de los hermanos Safdie, realizadores jóvenes que cuentan con una sólida filmografía, la cual no deja de aumentar en calidad y rotundidad. "Uncut Gems", una historia de origen bastante personal y que les viene rondando en la cabeza antes incluso de sus inicios en el cine, es otra de esas experiencias alocadas, exigentes y demenciales, con personajes y situaciones pasadas para la punta, todo dirigido con esa puesta en escena, única y bastante original, que caracteriza a estos hermanos. Filmada, por supuesto, en maltratados y estilizados 35 mm.

Cuarto largometraje de Céline Sciamma, directora de filmografía breve y sencilla, pero poderosa e intensa, sumamente honesta y, a su modo, visceral, de piel. Con una puesta en escena sobria, elegante, casi pictórica, a la vez que atrevida y arriesgada por momentos, como rompiendo o desgarrando esa pulcritud mencionada, Sciamma nos cuenta una historia de amor entre una pintora que debe hacer el retrato de una elusiva mujer, prometida ya con un hombre. Obra maestra.

Un altamente estilizado y ultraviolento neo-noir chino sobre bandas de criminales sobre ruedas (en moto), policías sobre motos, recompensas de se quiere vivo o muerto, mujeres al borde del abismo, disparos en medio de la noche y del silencio, deslumbrantes ejecuciones, sangriento lirismo visual, escenarios ciclópeos e industriales en donde los personajes son apenas unos muñequitos, luces de neón, peleas cuerpo a cuerpo y miradas feroces y peligrosas como el filo de un cuchillo que ya ha saboreado la carne humana (que es la mejor carne que puede saborear un cuchillo o cualquier arma blanca que se precie de su prontuario delictual). Un imperdible, una pura genialidad de Diao Yinan.

Del maestro y veterano Marco Bellocchio nos llega este cine de mafiosos, rotundo cine de mafiosos, brutal cine de mafiosos, que cuenta la historia real de Tommaso Buscetta, el primer mafioso siciliano que trabajó como informante para los policías. Bellocchio no sólo lleva a cabo un sólido y memorable relato criminal, de mafias, de la cosa nostra, tan elegante como sangriento (las escenas de ejecuciones te dejan tiritón), también es una aguda disección de la sociedad italiana y de la peligrosa y estrecha relación entre política y crimen organizado (tal como está el mundo, no es descabellado afirmar que ambas cosas sean, de hecho, la misma cosa: la cosa nostra). Protagonizada por esa institución que ya es Pierfrancesco Favino, vean y disfruten una película que no ha tenido todo el reconocimiento o atención que merece.

Del Perú nos llega esta desgarradora y descorazonadora película, rodada en un precioso blanco y negro (con una relación de aspecto que así, a la rápida -a ojo de pájaro u ojo de vuelo, como dirían los oldtimers-, definiría como 1.33 o 4:3), sobre una mujer, asesora del hogar, que queda embarazada y, cuando por fin lleva a cabo el parto, le roban a su bebé y comienza la terrible odisea de enfrentar el robo de un hijo, de defender su derecho a ser madre, de exigir la justicia que todos nos merecemos. Opera prima de Melina León, directora de la que estaremos atentos. Ojalá no se demore mucho en hacer nuevas películas, como suele ocurrirle, por desgracia, a las mujeres directoras (más aún de países de esta región tan bella y tan socavada por la voracidad capitalista).

Una película de casi tres horas sobre un chico, gitano, que intenta sobrevivir, por su cuenta, en los tiempos de la Segunda Guerra Mundial. Rodada en 35 mm, este monumental esfuerzo personal de Vaclav Marhoul (es apenas su tercera película en casi veinte años de carrera; la presente la comenzó a desarrollar a principios de la década -es decir, por el 2011-) es un impactante y oscuro tour de force lleno de violencia, depravaciones sexuales, y maldad, pero también de luz y esperanza, que además cuenta con un deslumbrante reparto internacional con nombres que no necesitan presentación: Harvey Keitel, Stellan Skarsgard, por mencionar los de más lustre. Obra maestra.

Película belga rodada en 16 mm, como es la constante en el cine de Bas Devos: el celuloide en todos sus formatos (ha rodado incluso en 65 mm, lo que no debe ser barato para producciones independientes como las del director). Premisa sencilla: una mujer trabajadora vuelve a casa de noche, cansada, tanto que se queda dormida y sólo despierta al final del recorrido del bus. Así las cosas, no le queda otra que volver a su casa a pie, en mitad de la noche. De atmósfera sugerente, tan fantasmagórica como crudamente realista, es también una historia profundamente humana que retrata, con igual amor y compasión, los recovecos de la ciudad así como los recovecos del alma, espíritu o mente. Bellísima. A Claire Denis le encantaría.

"Repertoire des villes disparues", más conocida como "Ghost Town Anthology", esta película, rodada en 35 mm, nos sitúa en un aislado y pequeño pueblo en el cual, luego de la muerte accidental de un muchacho querido en la comunidad (muerte de la que nadie quiere hablar, muerte que todos intentan eludir como si escondiera verdades más profundas y terribles), comienzan a aparecer extrañas personas, invasores o muertos retornados a la vida (a la corporal, al menos), poniendo en estado de alerta y pánico y paranoia a sus de por sí extrañados habitantes. Una historia sobre el miedo al otro y, acaso, a uno mismo; al terror de enfrentarse a lo desconocido o, peor, a lo que no se quiere ni ver ni aceptar ni reconocer.

Un pequeño capricho, lo reconozco, pero es que es una película tan entretenida, tan desmedida, pero a su modo brillante, inteligente, deliciosa, un título tan bien hecho como no los hacía desde hace mucho el bueno de Takashi Miike. Una historia tarantiniana (dice el lugar común) sobre un joven boxeador que, por esas cosas de la irónica casualidad, se enamora de una prostituta a la que debe defender de sus desalmados jefes, que quieren inculparla de un robo de drogas o algo así. Muchos disparos, personajes estrafalarios, pero dirigida como los que saben. Y, ya digo, luego de muchos productos olvidables de su director, es bueno verlo en forma. ¡Un, dos, un dos! ¡Kapow!

Otro capricho, no porque sea una especie de placer culpable, sino debido a que, en estricto rigor, es una serie, pero totalmente cinematográfica. Una historia de gran envergadura, dirigida con la brutal estilización de NWR (el tipo se convirtió a sí mismo en una marca: prontamente en formato perfume), con un reparto de lujo y ambición desmedida como nos gusta. Unas quince horas de samurais urbanos, asesinos a sueldo místicos y, en fin, muchas cosas que se me hacen difícil resumir. Y muy arriesgada en su forma de narrarse y dirigirse: se acerca a la intensa languidez de un Diao Yinan, por ejemplo, pero viejo, ¡está todo pasando!

"Saturday Fiction", otra película china en el listado, lo más reciente de Lou Ye, director de controvertidas películas sobre amores y sexualidades, allá por los finales de los noventa y principios de los dos mil. En china todos los directores que no trabajan para la industria son controvertidos: sus historias incomodan al gobierno. El presente es un relato de espías, y, como buenos espías, hay tanto de charlas en elegantes cafés o restaurantes como impresionantes persecuciones o balaceras. La sorpresa de la temporada, en exclusiva desde Cine en tu Cara (no olviden subscribirse y dejar unas monedas en el tarrito de las propinas).

Rodada en 35 mm, lo nuevo del director de "The VVitch". Robert Pattinson, Willem Dafoe, un faro, estética expresionista, una historia de terror tan psicológico como, digamos, corporal o bestial. Los monstruos, en todo caso, siempre son los humanos. A Francisco Coloane le gustaría esta película.

Por último, y no menos importante, el "Joker" de Todd Phillips y Joaquin Phoenix. Ya hemos hablado de esta película, así que las palabras sobran. ¿Por qué está en esta lista? Porque subvierte por completo todo el asuntito del "cine de superhéroes" (término contradictorio como el de "inteligencia militar o policial"), quitándole lo de superhéroes pero dándole mucho de cine, que no es algo que se vea mucho en esta maldita industria que tanto daño le ha hecho al cine (y que tiene a Scorsese al borde del retiro, pero a la Roca en la cúspide de todo. Patético). Dudo que cambie cómo se hacen las cosas, pero al menos ha sentado un precedente del tamaño de una catedral.

Y ahí están mis quince mejores títulos del 2019. Gran año, ¿no? Si ven cine más allá del de Hollywood, nadie osaría decir que el cine está en mala forma. Hay que saber buscar. Más aún: hay que saber ver cine, demonios. No se me duerman este año 2020 (que es el verdadero fin de la década, no se engañen). 2011-2020. ¿O me equivoco?