Domingo 22 de Marzo del santísimo año 2020 de nuestra tan afortunada era:
luego de una ausencia semiforzada (¿?) de casi tres meses, la actividad en el blog intitulado Cine en tu Cara (intitulado de tal forma porque el espíritu siempre ha sido usar los manuales de cómo hacer las cosas como papel higiénico, especialmente en tiempos en donde quién-sabe-qué-razón el papel higiénico es un bien tan codiciado, razón por la cual hay que limitar su uso, es decir, para no tener que limpiarnos el culo habrá que dejar de cagar, mas no importa, pues las pajas seguirán siendo intocables -por muy paradójico que eso suene-) ha vuelto, o debería volver con cierta regularidad, gracias no a la cuarentena, porque acá eso es tabú para el gobierno de gerentes y empresarios, pero sí al aislamiento voluntario y a la flexibilidad de ciertas autoridades que le hacen el trabajo al gobierno de empresarios y gerentes al momento de cuidar a las personas. Lo que quiero decir es que habrá material que comentar, habrá con qué alimentar el blog por un par de meses.
La ausencia no tiene nada de otro mundo: los lugares mutan, la vida cambia, los barrios varían (¿o los varios barrían?) y de repente cierta hora en que alguien solía ver películas ya no es propicia para ver películas, así que uno, como ya está viejo (estoy más cerca de los treinta que de los veinte, pero aún sueño ganarme la lotería y pagarle a alguien tanto dinero que sea capaz de obligar a PIRAÑA a tirar con un chancho, aberración transmitida por televisión en vivo, para que lo vean humillado porque no se le puede parar aunque al pobre cerdo le pongan una máscara de su señora esposa... Pero no me tomen en serio: estoy en contra del maltrato animal y no dejaría que un cerdo sea abusado sexualmente por semejante bestia sin corazón), como digo, como uno está viejo se toma las cosas con calma y se dice: bueno, hagamos otra cosa a esa hora, y así me pasé el verano yendo a nadar, yendo a la Biblioteca Nacional (¿a qué?, no será a jugar PlayStation... por cierto: avancé mucho con la obra del gran Poli Délano, uno de los escritores que mejor han escrito o descrito el dolor del exilio, la rabia del exilio, la tristeza del exilio y la tragedia de la dictadura: si pueden encontrarlos online, recomiendo estos maravillosos y desgarradores cuentos: Como la hiena, La misma esquina del mundo, Marionetas, y de yapa les dejo Vodka y El mar, que también son muy buenos y golpean duro), y durante las noches seguía leyendo, pero mis libros y los de mi abuelo. Me preguntarán la baja de ritmo del año pasado, y bueno, así es la vida: uno tiene que hacer cosas, actividades, qué sé yo, felizmente estaba haciendo algo que yo quería, este año debía continuar en la misma senda y así por los siguientes dos años, no se puede hacer todo lo que uno quisiera pero está bien, así es la vida, nunca me he olvidado del cine y de las películas pero estos meses no tenía ganas de comentar el ínfimo puñado de películas que salí a ver a los cines, las voy a comentar esta semana eso si, contraviniendo el axioma de que lo que se ve debe comentarse de inmediato, pero bueno, todavía guardo buenas impresiones sobre las que me puedo explayar. Eso sí, la primera película que vi este año 2020 fue "La Dolce Vita", en el cine, por supuesto, pantalla grande y sonido de primera. No la comentaré porque ha pasado mucho (demasiado incluso para mis intenciones), no sabría qué decir exactamente, pero sí puedo decir esto: me pareció maravillosa, tan bella y emocionante como dura, durísima y amarga, como la vida misma, y también me llamó poderosamente la atención que todos siempre hablan de "La Dolce Vita" como si el metraje completo se tratara sobre Mastroianni tratando de conquistar a Anita Ekberg, y nada, ¡que ese es sólo uno de los varios episodios de la película! Eso demuestra que la gente habla por hablar y que no ve películas: que se pudran. El asqueroso de Nicolás López una vez dijo, para justificar sus películas que siempre tratan sobre babosos onanistas que cosifican a las mujeres, "¿y cómo 'La Dolce Vita' se trata sobre un tipo que quiere tirarse a una mina?, a mí me critican pero al final todas las películas son sobre lo mismo". Ahora me queda clarísimo que no vio la película, porque además la obra maestra de Fellini es profundamente existencial, una carta de amor a la vida, por más duro que nos dé, y qué es eso de compararse con un maestro del cine para defender sus asquerosas fantasías de abusador.
Ahora puedo hacer mucho más: por el día leo, por la noche veré películas. Hace semanas que no me muerdo las uñas así que mis dedos se ven muy lindos y decentes (aunque aún no me acostumbro a escribir con uñas de verdad) y por fin la piel ya no me duele. Tendré que recordar cómo demonios se escribe sobre películas (y tanto que me costó encontrar mi forma de ser). Aproveché el verano para visitar a un par de amigas con el dinero que me regalaron varias personas para mi cumpleaños, felices incursiones que me hicieron recuperar la confianza en mí mismo como no esperaba, y ahora estoy aquí, acabo de ver una película, es toque de queda (22 p.m. a 5 a.m.) porque se sabe que el virus no sale de madrugada y de esa forma la gente en las mañanas puede despertarse tranquila para ir hacinadas en el metro y las micros al trabajo, la gente con dinero (los cuicos, en buen chileno; explicación: CUliados Y COnchesumadres; origen: la cana, es decir la cárcel, jerga coa) trajo la enfermedad a Chile y la llevó a las demás ciudades pero ahora son ellos los que pueden quedarse en sus casas, el Ministro de Salud dijo que no hay que tomar medidas muy fuertes porque "qué pasa si el virus muta y se vuelve buena persona" (¿creen que bromeo?). Ah bueno, aviso que voy a escribir una sátira en contra de Piraña y varios personajes ilustres de la política y la sociedad nacional, no voy a dejar títere con cabeza y de paso espero hacerme millonario con el éxito editorial que eso supondrá. Dicha sátira no tendrá ninguna ínfula literaria, pero sí tendrá especial atención a la calidad narrativa, para que al menos sea un poco más que esas payasadas de Facebook al estilo Confesiones de una mujer borracha o Aventuras de un soltero patán que luego alguien sin gusto alguno edita en formato libro y enriquece a esos inescrupulosos que se hacen llamar escritores, y luego la gente lee esas basuras y piensan que su cuota de cultura ya ha sido satisfecha. No señor, este proyecto será una humorada, pero hecha con respeto a las letras, a las letras solamente porque me cago en esas personas. Voy a hacer que les arda el ano a esos personajes, al menos así les limpio las telarañas acumuladas con el tiempo.
En fin, todo esto era un aviso: he vuelto. Simpático como siempre, amoroso como siempre, apasionado como siempre. Con menos delicadezas que antes eso sí, orgullosamente grosero, porque a estas alturas hay que ser muy pedazo de imbécil para preocuparnos por normas impuestas por seres desalmados y momificados. Estoy aburrido de agachar la cabeza. Y, copiando una frase de otro blog, vuelvo con ira. Pero también vuelvo más humano que nunca.
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