viernes, 15 de mayo de 2020

El patio - 2016


Directora: Elvira Díaz


"El patio" es un sencillo, apaciguado (pausado), bonito y refrescante documental cuya gran característica, sensación que no pude precisar durante el visionado pero que al terminar fui capaz de identificar, es el hecho de que no recurre al material de archivo en lo absoluto, manteniendo así una inesperada diafanidad. Es un documental sobre el presente, siendo los recuerdos, como se sabe, parte de él. La directora registra la cotidianidad en el Cementerio General de Santiago, enfocada en dos hombres, ya ancianos (o ni tanto), sepultureros a los que les tocó cavar tumbas y enterrar los asesinados de la dictadura, además de desenterrarlos y en fin, hacer su trabajo, pero esta vez bajo más aciagas circunstancias. Los acompaña un joven colega, que lleva un par de años como sepulturero, quien es el instrumento que le sirve a la directora para preguntar y hablar sobre esos oscuros años en donde de repente llegaban camiones con muertos, muertos que al otro día ya no estaban, enterrados quizás en otros puntos del cementerio. Por cierto, olvidé mencionarlo antes, estos dos hombres trabajaron cavando tumbas en el Patio 29, que es el espacio en donde la dictadura escondió sus fechorías; mi olvido viene porque el documental no se limita únicamente a este patio, establecida también la hipótesis que hay más muertos escondidos en otras parcelas, además de que hay un par de otros personajes y escenas registradas, como la familia que por fin recibe los restos de su detenido desaparecido, o la marcha que es duramente reprimida dentro del cementerio, con camiones y gases siendo lanzados sin ningún respeto por los difuntos, pero qué puede esperarse del excremento vestido de verde. Así, entre encuentros y conversaciones algo forzadas, poco naturales, aunque eso no les quita la honestidad a ambos hombres (eso sí no le compro el interés al colega joven, un ciclista que sólo habla en diminutivos, que siempre parece desear estar en otra parte), también vamos viendo otras escenas que van dando cuenta de cómo, a pesar de los intentos por esconder la verdad, ésta es encontrada y, con ella, las ansias de justicia, que a pesar de tanto pisoteo nunca serán quebrantadas (linda metáfora de ello es cuando al final uno de los viejos y el joven van a reparar la tumba de Víctor Jara). Testigos de todo ello, del horror y de la esperanza, son los dos sepultureros que, como todos, también tienen memoria, viva y palpitante por siempre, aunque la muerte sea su compañera de trabajo.
Si bien destaca la excelente dirección de fotografía, a cargo de la propia directora, no diría que "El patio" es un gran o magnífico documental, lo que más le achacaría es una cierta falta de cohesión o de hilo conductor, como si la directora grabara y grabara bajo la premisa de que todo es interesante si es registrado por un lente, dejando que el montaje ordene una idea base que, desde sus orígenes, no parece tener un sentido dramático o estructural, como si la directora buscara en el momento, y perdonen lo academicista que me pondré, el dispositivo narrativo, siendo así el conjunto un cúmulo de diversos dispositivos narrativos que no confluyen muy bien entre sí. (Por ejemplo, "Genoveva" se articula como una búsqueda personal a través y a lo largo de la cual la directora reflexiona sobre el trato que recibe la población mapuche en Chile. Incluso los documentales de Sebastián Moreno, que no me gustaron, se articulan como un retorno físico a la vez que cronológico). Supongo que es un documental, como se dice, eminentemente observacional (aunque le cueste relacionar lo observacional con lo reflexivo), sacando imágenes que funcionan por sí solas pero que, en conjunto, les cuesta crear una ilusión de relato, que les cuesta dialogar incluso cuando comparten escenario, personajes, un pasado... Para ir terminando, ver "El patio" es como ver, en lugar de un río caudaloso que nos lleve por distintos lugares, un plácido lago con sus esporádicas ondas, sin poder apreciar la profundidad bajo el reflejo del observador.
En fin... Bonito, tedioso a veces, pero a grandes rasgos un apreciable y recomendable documental.

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