Ya finalizados mis posts sobre series -por un largo ahora-, me voy a concentrar en terminar la filmografía de Sorrentino, que no sé cómo me he demorado tanto en ver todos sus filmes, y en la retrospectiva que quiero hacer de Hal Hartley. Supongo que de aquí al domingo termino con Sorrentino, y el lunes comienzo con Hartley, o al menos ese es el plan.
Por ahora los dejo con "El amigo de la familia", la tercera película de este director italiano, luego de esa genialidad que es Le Consequenze dell'amore, que vino después de su opera prima, la nada genial -ni buena- "L'Uomo in Più".
El amigo de la familia al que el título hace referencia es el protagonista, llamado Geremia de' Geremei -Sorrentino inventa los mejores nombres para sus personajes-, un tipo ya entrado en años, encorvado, con un brazo roto y de una apariencia repulsiva. Es tacaño a más no poder -incluso vive en la pobreza, recoge objetos con un detector de objetos-, sin embargo es un usurero con gran cantidad de dinero. Es un sujeto que presta dinero a personas ingenuas e incautas, para luego cobrar el dinero prestado con grandes intereses. Si no pagas, entonces estás muerto, literalmente. Cuando conoce a la familia de un hombre que pide su ayuda monetaria, las cosas se complican para todos los involucrados.
Estamos ante otra más que interesante cinta del director italiano, quien en esta ocasión sigue, en cierta manera, contando una historia que mezcla elementos del relato criminal y del romántico, con unos cuantos toques de existencialismo presentes -elementos que hicieron de su filme anterior una genialidad, como ya les dije-. Todo ello con el notorio 'sello Sorrentino', quien definitivamente halla en su estilo cinematográfico LA forma de filmar sus películas. Esta es una película que tiene los mejores ingredientes de Sorrentino, y que resulta entretenida, estimulante, y por sobre todo, correctísima en los terrenos en los que se mueve. Claramente, no es mejor que La Grande Bellezza o Le Conseguenze dell'amore, pero sí es una muy buena película que se disfruta sin complejos. Dudo que llegue a defraudar a alguien.
Como mencioné, a estas alturas describir todo lo que son los movimientos de cámara -nuevamente con algunos "imposibles"-, altamente estilizadas secuencias donde predomina la música y la ralentización de la imagen, resultaría banal y redundante, considerando que este es el lenguaje idóneo y constante de Sorrentino, con el que se siente más cómodo. Y se le nota lo cómodo: la cámara se mueve con una suavidad y precisión ya demostrada previamente, con piezas musicales acertadamente elegidas -los temas de ISAN y Lali Puna parecen haber sido concebidos exclusivamente para utilizarse en estos filmes-, y un conjunto estilístico de lo más exquisito, donde la fotografía destaca sin mayor esfuerzo -prueba de ello son las capturas, varias de ellas imágenes sensacionales-. Como se dice, Sorrentino es todo un esteta, y prueba de ello es esa extraña pero alucinante secuencia inicial, que demuestra inmediatamente cómo va a ser la película -al menos en aspectos audiovisuales-. Repito: Sorrentino es capaz de hacer secuencias increíbles e inolvidables -incluso si la secuencia en cuestión no es la más importante/crucial/definitiva del filme-.
Destaco la actuación de Giacomo Rizzo como el protagonista, un tipo convincentemente repulsivo, con una personalidad en medio de lo encantador y lo desagradable, y con una oratoria que encandila. Hay una escena que me recordó a una conversación entre Boyd Crowder y su primo Johnny en Justified: un sujeto "X" le pide dinero prestado a Geremia, y este le responde largo y con vocabulario bien desarrollado. El sujeto "X" le pregunta <<¿y todas esas palabras para decirme que no?>>, <<sí>>. Más allá de su encantadora forma de expresarse verbalmente, me gusta las direcciones y acciones que toma este personaje, y todos los valores éticos y morales que tiene. Algunos de los textos que recita son fantásticos.
El otro personaje que me gusta es el llamado Gino -interpretado por Fabrizio Ventiboglio-, el ayudante y mano derecha de Geremia, un cowboy melancólico, desolado por la nostalgia que le provoca algunos bellos y lejanos recuerdos con su esposa. Al igual que el protagonista, me gusta lo personal e íntimo de este personaje, que aunque parece bastante simple en un inicio, esconde una profundidad que emerge de a poco -además, sus acciones también dan que hablar y recordar-. Nuevamente tenemos personajes profundos y bien desarrollados.
Una cosa que encuentro tremendamente fascinante y que me encanta, es ver la filmografía entera de un director e ir encontrando, a medida que veo más películas suyas, aquellos elementos que construyen un universo propio, personal y único. ¿Qué es lo que piensa este tipo?, ¿cómo puedo notarlo?, ¿cuál es su visión de la vida? Entrando en el siempre difuso y equívoco mundo de la especulación, pienso que a Sorrentino siempre lo asaltan las dudas sobre la belleza escondida de las cosas, aquella que puede cambiar la vida entera de un hombre -y mujer, claro, pero hasta el momento sólo hombres han protagonizado sus películas-, y llenar aquel lugar vacío que no encontraba aquello que le diera plenitud. ¿Qué es la belleza? Eso es personal, pero me da la impresión de que para Sorrentino la respuesta es el amor. Y las personas estamos en una búsqueda constante de dicho amor, dicha belleza escondida bajo la superficie de las cosas.
¿Qué es la vida?
Las consecuencias del amor, o las consecuencias de dicha búsqueda mencionada antes. Lo que vivimos -o lo que viven sus personajes, para no parecer vago y muy general- no es nada más que lo que acontece a consecuencia de nuestra búsqueda -consciente o inconsciente-. Lo he visto en sus películas, y apuesto a que lo seguiré viendo en Il Divo y This must be the place, las últimas que me quedan por ver de este gran director: lo somero vs. lo profundo.
Lo único que le reprocho a esta película es su precipitado final. Estamos siguiendo el flujo natural de los hechos, viendo las consecuencias de todo lo inicialmente acaecido, a un ritmo argumental constante que se dispara en un par de minutos y luego termina en un parpadeo, muy repentinamente. Demasiado frenético para lo que la película a grandes rasgos venía siendo. No digo que sea malo, y tampoco que no me gustó, pero hubiera preferido un poco más de calma a la hora de mostrar el clímax de la historia. La secuencia está muy bien -cómo no-, pero es tan fugaz que da la impresión de que nos perdimos algo, o que no alcanzamos a disfrutarlo apropiadamente.
No obstante, al menos el -veloz- clímax cierra bien la historia, atando cabos y todo -aunque lo haga de una manera un tanto predecible-, seguido de un bien apaciguado epílogo que cierra todavía mejor lo visto en los minutos previos. La película termina con calma, como no se había visto en todo el metraje anterior. ¿Lo que se busca es la calma, después de todo? Me inclino a pensar que sí, mal que mal, ¿para que complicarse más con convenciones obsoletas?
En resumen, muy buena película, con una trama atrayente, secuencias inolvidables y encantadoras, y un trasfondo que se desarrolla hábilmente. De hecho, con esta cinta Sorrentino sigue consolidándose, y demostrando la habilidad que tiene para hacer buenas películas. Se las recomiendo totalmente. Quedé encantado.
Estamos ante otra más que interesante cinta del director italiano, quien en esta ocasión sigue, en cierta manera, contando una historia que mezcla elementos del relato criminal y del romántico, con unos cuantos toques de existencialismo presentes -elementos que hicieron de su filme anterior una genialidad, como ya les dije-. Todo ello con el notorio 'sello Sorrentino', quien definitivamente halla en su estilo cinematográfico LA forma de filmar sus películas. Esta es una película que tiene los mejores ingredientes de Sorrentino, y que resulta entretenida, estimulante, y por sobre todo, correctísima en los terrenos en los que se mueve. Claramente, no es mejor que La Grande Bellezza o Le Conseguenze dell'amore, pero sí es una muy buena película que se disfruta sin complejos. Dudo que llegue a defraudar a alguien.
Como mencioné, a estas alturas describir todo lo que son los movimientos de cámara -nuevamente con algunos "imposibles"-, altamente estilizadas secuencias donde predomina la música y la ralentización de la imagen, resultaría banal y redundante, considerando que este es el lenguaje idóneo y constante de Sorrentino, con el que se siente más cómodo. Y se le nota lo cómodo: la cámara se mueve con una suavidad y precisión ya demostrada previamente, con piezas musicales acertadamente elegidas -los temas de ISAN y Lali Puna parecen haber sido concebidos exclusivamente para utilizarse en estos filmes-, y un conjunto estilístico de lo más exquisito, donde la fotografía destaca sin mayor esfuerzo -prueba de ello son las capturas, varias de ellas imágenes sensacionales-. Como se dice, Sorrentino es todo un esteta, y prueba de ello es esa extraña pero alucinante secuencia inicial, que demuestra inmediatamente cómo va a ser la película -al menos en aspectos audiovisuales-. Repito: Sorrentino es capaz de hacer secuencias increíbles e inolvidables -incluso si la secuencia en cuestión no es la más importante/crucial/definitiva del filme-.
Destaco la actuación de Giacomo Rizzo como el protagonista, un tipo convincentemente repulsivo, con una personalidad en medio de lo encantador y lo desagradable, y con una oratoria que encandila. Hay una escena que me recordó a una conversación entre Boyd Crowder y su primo Johnny en Justified: un sujeto "X" le pide dinero prestado a Geremia, y este le responde largo y con vocabulario bien desarrollado. El sujeto "X" le pregunta <<¿y todas esas palabras para decirme que no?>>, <<sí>>. Más allá de su encantadora forma de expresarse verbalmente, me gusta las direcciones y acciones que toma este personaje, y todos los valores éticos y morales que tiene. Algunos de los textos que recita son fantásticos.
El otro personaje que me gusta es el llamado Gino -interpretado por Fabrizio Ventiboglio-, el ayudante y mano derecha de Geremia, un cowboy melancólico, desolado por la nostalgia que le provoca algunos bellos y lejanos recuerdos con su esposa. Al igual que el protagonista, me gusta lo personal e íntimo de este personaje, que aunque parece bastante simple en un inicio, esconde una profundidad que emerge de a poco -además, sus acciones también dan que hablar y recordar-. Nuevamente tenemos personajes profundos y bien desarrollados.
Una cosa que encuentro tremendamente fascinante y que me encanta, es ver la filmografía entera de un director e ir encontrando, a medida que veo más películas suyas, aquellos elementos que construyen un universo propio, personal y único. ¿Qué es lo que piensa este tipo?, ¿cómo puedo notarlo?, ¿cuál es su visión de la vida? Entrando en el siempre difuso y equívoco mundo de la especulación, pienso que a Sorrentino siempre lo asaltan las dudas sobre la belleza escondida de las cosas, aquella que puede cambiar la vida entera de un hombre -y mujer, claro, pero hasta el momento sólo hombres han protagonizado sus películas-, y llenar aquel lugar vacío que no encontraba aquello que le diera plenitud. ¿Qué es la belleza? Eso es personal, pero me da la impresión de que para Sorrentino la respuesta es el amor. Y las personas estamos en una búsqueda constante de dicho amor, dicha belleza escondida bajo la superficie de las cosas.
¿Qué es la vida?
Las consecuencias del amor, o las consecuencias de dicha búsqueda mencionada antes. Lo que vivimos -o lo que viven sus personajes, para no parecer vago y muy general- no es nada más que lo que acontece a consecuencia de nuestra búsqueda -consciente o inconsciente-. Lo he visto en sus películas, y apuesto a que lo seguiré viendo en Il Divo y This must be the place, las últimas que me quedan por ver de este gran director: lo somero vs. lo profundo.
Lo único que le reprocho a esta película es su precipitado final. Estamos siguiendo el flujo natural de los hechos, viendo las consecuencias de todo lo inicialmente acaecido, a un ritmo argumental constante que se dispara en un par de minutos y luego termina en un parpadeo, muy repentinamente. Demasiado frenético para lo que la película a grandes rasgos venía siendo. No digo que sea malo, y tampoco que no me gustó, pero hubiera preferido un poco más de calma a la hora de mostrar el clímax de la historia. La secuencia está muy bien -cómo no-, pero es tan fugaz que da la impresión de que nos perdimos algo, o que no alcanzamos a disfrutarlo apropiadamente.
No obstante, al menos el -veloz- clímax cierra bien la historia, atando cabos y todo -aunque lo haga de una manera un tanto predecible-, seguido de un bien apaciguado epílogo que cierra todavía mejor lo visto en los minutos previos. La película termina con calma, como no se había visto en todo el metraje anterior. ¿Lo que se busca es la calma, después de todo? Me inclino a pensar que sí, mal que mal, ¿para que complicarse más con convenciones obsoletas?
En resumen, muy buena película, con una trama atrayente, secuencias inolvidables y encantadoras, y un trasfondo que se desarrolla hábilmente. De hecho, con esta cinta Sorrentino sigue consolidándose, y demostrando la habilidad que tiene para hacer buenas películas. Se las recomiendo totalmente. Quedé encantado.
Y antes de que lo olvide, escuchen My Lady Story, muy bonita, excelente y evocadora canción utilizada en la película:
...Re-contra GRAN lluvia de capturas...
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