sábado, 8 de marzo de 2014

Le Conseguenze dell'amore - 2004


Director: Paolo Sorrentino

  Sorrentino es el responsable de esa obra maestra que es La Grande Bellezza. Con eso basta para ponerme inmediatamente a ver su filmografía anterior. La verdad es que no comencé en orden, ya que esta es su segunda película. Supongo que su opera prima la dejo para dentro de poco. Concentrado en los hechos, el segundo trabajo de Sorrentino está escrito por él en solitario -en La Grande Bellezza comparte crédito con Umberto Contarello-, y también protagoniza Toni Servillo, en otra memorable actuación. Todo lo demás sigue a continuación.

  Titta Di Girolamo -Servillo- es un hombre misterioso. Vive en la habitación de un hotel en Suiza, es un tipo de pocas palabras, siempre vestido con buen gusto, más o menos educado -aunque no le dirige la palabra a las empleadas del hotel-, no se sabe con exactitud qué es lo que hace para vivir; lo cual es quedarse corto, ya que no sabemos absolutamente nada de su vida, sólo lo anteriormente mencionado. La figura de este hombre causa fascinación -no sólo en el espectador-, ya que en el misterio de su ser encontramos las claves para ir avanzando en este relato tan sombrío como admirable e inmortal. Imprescindible, otros le llaman.

  
"Lo peor que puede pasar a un hombre que pasa todo el tiempo solo es no tener imaginación"

  En efecto, esta película inicialmente comienza siendo una historia sobre un hombre solitario, sin mayor compañía que las personas del hotel, como la mesera o la mucama o el gerente u otros residentes. Un hombre que no hace nada, encerrado en su hotel la mayor parte del tiempo -hotel que puede ser considerado fácilmente como una metáfora de él mismo-. Pero la película indaga, con el correr del metraje, precisamente en el misterio de la vida de Tatti, y de las preguntas que surgen de la boca de las personas que lo rodean -y por qué no, de la de los espectadores-: ¿en qué trabaja?, ¿tiene familia?, ¿qué hacía antes? La pregunta más importante, sin embargo, tiene que ver con su personalidad, que llama la atención desde el inicio. ¿Por qué es así? Tan absorto en sus pensamientos, libros, o el paisaje humano que lo rodea, sin interactuar necesariamente con él, como si hubiera una muralla imperceptible pero no por ello menos efectiva. Desde luego, esto no es nada malo, sólo que el común de la gente se tiende a solazar en ese fatuo y estulto dogma de que hay que socializar para ser una persona "normal y completa", por no decir persona a secas -a veces el que se la pasa solo es percibido como una bestia, no como una persona-. Desde luego, esta conducta heterodoxa de nuestro protagonista tiene motivo, y desde que lo sabemos somos testigos de un -nuevo, si me permiten- proceso de alienación, voluntario, y crucial para la vida de este hombre.


  Lo que me llamó la atención al inicio son los lentos y rápidos, suaves y, a veces, imposibles movimientos de cámara, similares a los vistos en La Grande Bellezza. Al igual que en esa película -que ganó con justicia, a pesar de mi también favorita Jagten, el Oscar a mejor película de habla no inglesa-, dicha utilización de la cámara se sigue usando de esa manera hasta el final de la película -aunque con el correr de los minutos uno se acostumbra y se deja llevar por la historia-, atreviéndome a aventurar -sin haber visto las otras cuatro películas restantes de Sorrentino- que esa elegancia es el sello personal como director del italiano.
  Más allá de lo anterior, Le conseguene dell'amore cuenta con una cuidada atmósfera de misterio, potenciando las dudas surgidas de las interrogantes con respecto al protagonista, Titta. Dicha atmósfera es el resultado de, como no, la elegancia de la cámara de Sorrentino, y de la alucinante banda sonora que consiste en temas rock/pop ambiental -otro rasgo importante del cine de Sorrentino es, me atrevo a decir, la gran importancia de la música-. Nada más vean el inicio de la película, de un plano fijo apenas sin movimiento, con una canción que encaja perfecto en el tono y atmósfera de la película. Insisto en esto: la banda sonora es sensacional, haciendo de la mencionada atmósfera y la película como conjunto algo totalmente deslumbrante. Es imposible no sentirse cautivado por las canciones usadas, que con la imagen se complementan perfectamente. Escuchen esta canción y digan si pueden sentirse indiferentes ante el extraño aura que emana de las melodías -la escena en la que es usada es una de las mejores de la película-.
  Sorrentino nos entrega en esta película una atmósfera deslumbrante y altamente sugerente. Notable.
(hablando de cosas notables, cerca del final, hay un plano secuencia de seis minutos que es infartante; nuevamente imagen y sonido se unen para formar una sola y sobrecogedora entidad)


  En cuanto a la historia, para no revelar nada importante -y todo es importante en esta película-, nada más les digo que está muy bien contada -amén del sólido guión de Sorrentino-, siguiendo un orden progresivo que poco a poco nos revela todas las interrogantes y los conflictos que de ellas surgen. Debo decirles también que el final de la película me dejó mal, es un tremendo final, pero que pega fuerte. Imposible de olvidar.
  También olvidaba, relacionado con el guión, que contamos en algunos momentos con la narración del protagonista, quien recita textos impecables, como cuando habla de los que sufren insomnio y los que no, y dice que -parafraseando- "para un insomne, lo peor es que le digan que use su tiempo sin dormir en leer, o ver tele, porque la mayor obsesión de un insomne es, precisamente, dormir". Grandes palabras. De verdad, porque durante ese tiempo vacío sin dormir, horas llenas con la nada absoluta, lo que más se busca es dormir. Díganmelo a mí.


  Para el final dejo la sensacional actuación de Toni Servillo, quien construye con maestría un personaje parco y silencioso, para nada efusivo, pero de una complejidad soterrada en una cara prácticamente inmóvil, con apenas algunos cuantos gestos. Una actuación contenida que retrata perfectamente lo que es este Titta Di Girolamo. Al igual que la película, durante los últimos 20-25 minutos la actuación de Servillo se dispara, explota -en sentido figurado-. Una de las razones de que ese final sea tan tremendo y duro es la cara de Servillo. Tan sólo recordar la expresión que tenía, con esa mirada desoladora perdida en un horizonte imposible, me hace sentir verdaderamente mal. Realmente lo hace.

  Las consecuencias del amor. Hay que definir qué es el amor, y qué se puede amar. Más allá de eso, en esta película vemos las consecuencias del amor tan claro como el agua. De quien a quien no les puedo decir, revelaría mucho. Lo único que me limito a decir es que vean esta sensacional película, de un director que espero completar su filmografía en los próximos días, y, desde luego, escribir sobre ello en este blog.
  Le Conseguenze dell'amore es una película imperdible e imprescindible.

¡Lluvia de hamburguesas capturas...!

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