Director: Paolo Sorrentino
Y hemos llegado al fin a la última película de Sorrentino que me faltaba, completando su filmografía -hito logrado en este blog con Cary Fukunaga o Martin Rosen, ambos con dos cintas en su haber-, cosa que me hace sentir bastante bien. Espero en dos días más o menos comenzar con una retrospectiva blogger de Hal Hartley, con algunas "interrupciones" de otros directores, y una que otra serie que valga la pena la interrupción -se me viene a la mente Mad Men-. La idea, no obstante, es escribir de puro Hal Hartley, que es algo que he corrido demasiado tiempo ya.
En cuanto al filme del post de hoy, es una producción mayoritariamente italiana, con aportes irlandeses y franceses. Yo pensaba que era estadounidense, considerando que está hablada en inglés, y que la mayor parte de su metraje sucede en Estados Unidos. Más allá de estos temas, al igual que
L'Amico di Famiglia -por mencionar otra de Sorrentino-, este filme me encantó. Sencillo pero sutilmente emocionante. Está demostrado que con poco se puede lograr mucho, o que menos es más.