martes, 16 de enero de 2018

Dark - Temporada 1


Creación: Baran bo Odar & Jantje Friese
Director: Baran bo Odar

Esto es lo que pasa: está el populacho; el populacho se traga cualquier mierda, acude como desesperado y en masa a cualquier evento que en los medios tilden de imperdible o cualquier palabra efectista y espectacular; no es cosa de pensar sino de consumir el mismo producto que el resto. Así pasó con "Stranger Things", una historia común y corriente cuya gracia parecía ser esa barata nostalgia ochentera mainstream capaz de hacer que tamaña nadería se revistiera de "contenido", aunque, en lo concreto, la serie de los hermanos Duffer no ofrece ningún hallazgo ni tampoco aportes al género (o géneros) que tocan. Los primeros en decir que "Stranger Things" era poco menos que la octava maravilla fueron aquellos que se creen vastos conocedores de la cultura pop, el populacho intelectual, que piensan que son superiores al populacho común y corriente porque se han leído todos los cómics o han visto todas las películas homenajeadas al menos cien veces (y peor: no quieren salir de ese pequeño y cómodo nicho, no quieren buscar más allá, descubrir nuevas historias) y porque han sido así de ñoños desde mucho antes que ser fanático de estas ñoñerías fuera algo "cool": han sobrevivido décadas de burlas y rechazos. Entonces llega "Stranger Things", la alaban exageradamente pensando que la serie quedará en una rareza de culto consumida apenas por unos pocos expertos que saben apreciar su propuesta, y sin embargo el populacho común y corriente llega y la transforma en un fenómeno social, reduciendo el supuesto legado que los intelectuales le prodigaban a simples memes. Estos intelectuales no se sienten cómodos entre tanta gente, siempre han preferido las sombras: necesitan distanciarse, pero no saben cómo. La oportunidad les llega con la segunda temporada de "Stranger Things": que no es tan buena, que nunca fue tan buena, que es pura nostalgia enlatada (vaya que han repetido este concepto: concepto enlatado), que se repite, que se queda en lo pueril e infantil, que no se atreve a tomar riesgos, etc. Pero estos intelectuales no pueden quedarse sin producto que alabar, sin producto que demuestre su intelecto superior. Aparece "Dark", primera serie alemana de Netflix (nuevamente, intentando dominar el mundo y erigirse como el único creador de contenidos), y ¡bam!, listo, ahí lo tenemos: esta es la serie que tanto queríamos, una serie que llega ahí donde "Stranger Things" no se atreve a llegar y tantas ridiculeces por el estilo, una serie difícil de apreciar por los descerebrados que se creen como nosotros. El llamado, claro está, es a desconfiar de productos alabados por esta clase de gentuza. El llamado es a desconfiar de toda clase de producto excesivamente promocionado en las redes sociales o en los medios de comunicación convencionales. Estoy llegando a desconfiar de "Call Me By Your Name". La gente no está preparada para "Good Time". Pude haber comentado "Dark" el domingo pero no quería interrumpir la seguidilla de películas del 2017 que venía comentando. Voy a despedazar "Dark", eso si aún me quedan energías después de esta larga introducción. Y también voy a dejar de ser un maldito borrego; al menos por un par de meses...

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