domingo, 21 de noviembre de 2021

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Y bueno, ya llevo más de un mes trabajando como bartender (Casi dos meses en realidad, me he atrasado con esta entrada ji, ji). Me siento considerablemente mejor y más cómodo ahora, y no es que el lugar o el ambiente sean malos ni nada, al contrario, mi jefe y colegas bartenders han sido súper amables conmigo, es sólo que a veces había días en que me sentía inútil, que esto no era para mí, que el ritmo que se maneja es distinto al ritmo con que yo manejaba mi vida y mi personalidad, de hecho en un momento pensé que terminado el mes de prueba no iba a seguir, quiero decir que iba a decidir no continuar por mi propia cuenta aún si seguían queriendo contar con mis servicios. Deben ser las dudas e inseguridades típicas, qué hacer, pero así es la vida y como es costumbre (para mí, al menos), solito he debido tragarme esas dudas e inseguridades y ponerle el pecho a las balas (entre esas balas, las mismas dudas e inseguridades), continuar haciéndolo lo mejor que pueda, por pundonor y por solidaridad de colegas. Ahora soy capaz de imaginarme trabajando en esto durante años, llevar, lo que se dice, una vida de trabajador. ¿Soy feliz? No sé qué demonios es la felicidad, pero sí diría que me siento satisfecho, sabiendo, o mejor dicho pensando, que puedo ir mejorando como bartender, lo cual irá haciendo más llevadera mi vida laboral. Me pregunto si me he domesticado, si he perdido mi fuego y mi ira, si me he acomodado. Puede ser, seguramente así es. En todo caso tampoco voy a mentir: esta no es mi vocación. Me queda más que claro que lo único para lo que podía ser bueno, digo realmente bueno, bueno bueno de verdad, era para el cine. Mis noticias no son buenas: no creo que pueda ver películas de la forma en que me gusta verlas. Ir al cine en las actuales condiciones no me parece ideal, aunque me esté perdiendo una cartelera de lujo (en los cine arte, por supuesto, ¿han visto la cartelera del Normandie por ejemplo? Un manjar...). Pero seguiremos escribiendo por acá, de libros o de lo que sea, no sé, para no perder el contacto. También sé las dos siguientes cosas: aparte del cine lo único que me hace feliz es la natación, a lo cual espero volver dentro de poco (tampoco iré apurando las cosas, aunque, como ustedes bien saben, antes de entrar a trabajar me imaginaba de inmediato haciendo esto y lo otro, pero ya trabajando, ja, ja, la cosa es distinta, la energía no es la misma, puede que la motivación vital tampoco para ponerse a hacer tantas actividades en una sola vida y cuerpo y mente y espíritu y alma, cualquier atisbo de motivación lo perdí completamente en esa basura de carrera que no quería estudiar); aparte del cine, en lo único otro que soy bueno y rápido es en manejar, conducir autos. Quizás en algún momento me ponga a trabajar en estas aplicaciones tipo Uber, Cabify, Beat, Didi... en algún futuro cuando ya no sea viable (por edad, por enfermedad -si es que me da una-, por lo que sea, al fin y al cabo hablamos de escenarios hipotéticos) seguir siendo bartender. Y aunque he usado mi dinero en varias cosas que quería (higiene personal, productos de cabello, comida y remedios para la Bellota, nuestra querida y vieja perra boxer, y libros, hartos libros... Esa es otra cosa que me pone genuinamente contento: recibir mis libros y saber que los voy a leer... en algún momento), no lo sé, para mí el dinero ha perdido más valor aún. Suena raro, suena contradictorio, hasta puede que suene completamente imbécil, pero así es: el dinero: una cosa artificial que es el perfecto combustible de un círculo también artificial. El dinero no vale ni mierda, aunque te pidan eso en distintas cantidades para tener las cosas que quieras, y aún así entregamos y entregamos nuestras vidas para tenerlo. Me parece tan absurdo, tan triste. Curiosamente, aunque siempre se ha dicho que yo soy antisocial y todo eso, el contacto con la gente es bastante aliviador, aunque el contacto con la gente es necesario si llevas un estilo de vida que requiera contacto humano. La solitaria vida de vagabundo puede disfrutarse de lo más bien sin contacto humano. Mi vida de vagabundo no era tan mala después de todo; si perdiera el trabajo y volviera a ser un vago inútil que no produce nada, lo haría con otros ojos, con otra mirada, ya menos autodenigratoria: sin horarios, sin deberes, sin responsabilidades, sin tener de manera tan obvia ni marcada superiores (aunque estos superiores sean buena onda, como es el caso en donde trabajo). Honestamente dudo que quiera cumplir ciertos objetivos: ¿la PS5? Ha perdido su urgencia y prioridad, tampoco es que me sobre mucho tiempo, así que no podría usarla tanto (además si no la compro ahora mejor, más tarde puede bajar de precio). ¿La cámara análoga? Miren, después de todo tampoco soy la clase de sujeto que sale a hacer y buscar cosas, menos para dármelas de aventurero o explorador fotográfico, buscando esas joyas escondidas en la ciudad. ¿Qué era lo otro? Ya ni recuerdo. ¿Invertir en un buen sistema para intentar lo de streamer? ¡Ja!, no me hagas reír. Seré un bartender por el tiempo que sea y en mi tiempo libre leeré libros, nadaré e iré buscando placer por donde sea. Compraré boletos de lotería y si me lo gano me doy la gran vida, ahorrándome la parte del trabajo duro. Y no me malentiendan: me siento bien donde estoy, pero no estoy cumpliendo mis sueños ni nada por el estilo, simplemente me estoy ganando la vida, al menos así lo dicen. Yo creo que cuando vuelva a leer comenzaré con una relectura de El extranjero, de Camus. Algo en mí lo pide.

En un rato más iré a votar, espero que no gane el nazi hijo de puta. Mi ajedrez bullet ha ido de a puros vaivenes, nada satisfactorio. Y sobre el trabajo no sé si contarles mucho, tampoco quiero hacer de esto un diario de vida ni contar cosas sobre otras personas. Hay harto chismorreo, me pregunto qué cosas dirán de mí, porque yo escucho cosas sobre todos, de boca de todos. Sigue siendo un buen ambiente, yo por supuesto ando de simpático, cero conflictos, sólo sonreír y ser buena onda, aunque tampoco puedo decir que soy yo mismo. La otra vez una garzona me preguntó cuál es mi secreto para verme así como tan calmado por fuera, yo le dije que me veo tranquilo por fuera porque estoy muerto por dentro, ya no tengo emociones. Ja, ja, por supuesto que no dije eso, es muy temprano para soltar este tipo de humor, fui a la segura y dije que es porque me concentro mucho como para preocuparme del estrés y cosas así, además el estrés me dejaría calvo y no quiero eso. Algunas personas ya me hablan como si me fuera a quedar meses acá, lo cual es entre raro y reconfortante, porque por un lado me hace sentir medianamente apreciado, pero por otro, ¿por qué dar las cosas por sentadas?

Pero eso, me está yendo genuinamente bien. La otra vez le dije a mi abuelo: a mí me va bien en todo lo que NO tenga que ver con el cine. Las cosas de la vida, ¿no?

Por cierto, quiero volver a ver ciertas cosas, pero ciertas cosas que no requieran tanta disciplina ambiental. Por ejemplo South Park, sus especiales pandémicos. Se viene uno en donde veremos a los amigos de siempre ya de adultos. Suena interesante. Quiero ver Archer. Lo único que he visto son videos de YouTube de Los Simpsons (en inglés) y de algunas películas. Siempre veo clips de 25th Hour, de Spike Lee, o de Trainspotting, como este. No soy fan de Blur, pero esa canción queda la mar de bien. But only after me, that went without saying. Yo sí tengo una teoría: ¿por qué el actor que interpreta al malogrado Tommy no se hizo tan famoso como los demás? Pues porque, como andaba de vacaciones, se perdió la sesión de fotos para el poster oficial. Si aparecía, el actor se hacía tan famoso como los demás, considerando la importancia de su rol en el film. Pero las cosas suceden como suceden.

Ya voté y en un rato, espero, haré ejercicio. Sigue la misma consigna: que no gane el nazi hijo de puta. Y bueno, en fin, hasta acá lo dejamos por hoy. Que les vaya bien, amigas y amigos.

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