Director: Roy Ward Baker
Hoy fui al cine. Vi la última de Los Juegos del Hambre, y eso que ni siquiera he visto la tercera. El público fue raro, pero tampoco una sorpresa, ya es situación común: la señora a mi derecha, justo antes del primer plano de la cinta, abre una lata de coca-cola y ¡zas!, me salpica y deja toda la pierna derecha pegajosa. La pareja a mi izquierda de inmediato comienza con los "¿qué pasó?, ¿qué pasó?", seguidos de largas charlas explicando lo acontecido en la entrega anterior. La chica se reía, el chico le tocaba la pierna impúdicamente, ambos hacían comentarios sobre lo ilógico de algunas escenas... Pero hay que aguantar, después de todo, es parte del plan maestro. Antes de ir a ver la descarada pleitesía a Jennifer Lawrence que llaman película, pretendía ver la entrega anterior para saber cuál demonios iba a ser el contexto, pero ya veo porqué son tan innecesarias las divisiones de películas que no podrían superar las dos horas si tuvieran principios: todo es tan obvio, el relleno, etc. Como no encontré ninguna copia buena y el pirata de Netflix cambió la contraseña, mejor decidí ver "The October Man", la opera prima de Roy Ward Baker. Sabia decisión.