miércoles, 14 de mayo de 2014

The Morning After - 1986


Director: Sidney Lumet

  Parece que me dio una especie de impulso de ver varias películas de Lumet. Las tengo ahí, listas para ver... Ahora que tenga un poco de tiempo para verlas... pero mejor no pierdo el tiempo en balbuceos irreflexivos.
  Hay unas cuantas cosas de esta película que llamaron mi atención, cosas tan atrayentes que me hicieron verla antes que las demás que están ahí, esperando pacientes su turno: primero, es de misterio -o al menos en wikipedia sale que es de misterio, y lo es, no les voy a mentir-; segundo -y último motivo-, está protagonizada por Jane Fonda y Jeff Bridges -siendo este último mi preferido-. Motivos suficientes.
  ¿Qué se puede decir al respecto, antes de comenzar de verdad? Que es (ir)regular, un tanto desaprovechada y, con toda la emoción previa que tenía, un tanto decepcionante.


  Viveca Van Loren es una actriz en franca decadencia que no hace mucho esfuerzo en ganarse los pocos papeles que le ofrecen, pero de ello se van a dar cuenta con el correr de los minutos. De cualquier forma, cualquiera puede darse cuenta que, si una mujer -rubia teñida- despierta en la cama con un desconocido, una botella de vino al lado y todo en desorden, es que a la mujer en cuestión no le importa mucho si cae en una espiral de autodestrucción. Pero quién es uno para juzgar, la mujer puede reivindicarse, si igual estamos en la primera escena. Por desgracia, el desconocido que tiene a su lado tiene clavado un cuchillo en el pecho. El sujeto está muerto, la abundante sangre esparcida en la cama parece indicarlo. Si estás en esa situación, y claramente no recuerdas absolutamente nada de la noche anterior, ¿entonces qué haces? ¿Te entregas a la policía, les explicas todo y sales libre porque te creyeron inmediatamente? ¿O mejor huyes, sabiendo que para cerrar el caso te van a encerrar sin pensarlo dos veces?
  Sea cual sea tu respuesta, Viveca elige huir -¿o acaso creían que se iba a entregar, y que la película entera iba a convertirse en un drama que sucede enteramente en una corte?-, porque sabe que su inocencia es en lo que menos van a creer.


  Como ven, la película efectivamente es de misterio ¿Quien mató a Cristian Kustermann ese sujeto?  Es esa la gran pregunta que hay que resolver. Siempre está la posibilidad de que la protagonista lo haya hecho, pero en el fondo de nuestras almas sabemos que no lo hizo ¿Le tendieron una trampa? Quién sabe, por dios. En este sentido, la película comienza bien. Bastante bien, para ser honestos. No sabemos qué sucede en lo más mínimo, y esta tipa parece estar completamente sola. Es ella contra el mundo, contra toda la evidencia que la apunta exclusivamente a ella como la asesina. De verdad, muy interesante inicio, instala inmediatamente el conflicto. La protagonista, además, no tiene la más mínima idea de qué hacer para solucionar el entuerto en el que está. Sin ser una idea revolucionaria ni muy original, sí es audaz, y logra generar, al menos, un ritmo dramático que hace que la acción sea consistente. Y lo curioso es que dicho ritmo se mantiene hasta que termina, pero aunque no decaiga ni se altere molestamente su tempo, realmente no es emocionante, porque la historia en sí comienza a perder la fortaleza inicial.
  Por eso digo que es regular, porque a nivel de dirección está bien hecho -tampoco es que sea para un oscar, pero al menos Lumet tiene como garantía un piso de calidad-, pero el guión es débil y previsible. Poco arriesgado, demasiado ceñido a los tópicos de este tipo de películas. La sorpresa inicial ya no es tal y las cosas se vuelven cada vez más familiares, con un par de secuencias dèja vu que recuerdan a varias otras películas de argumento similar.


  Lo primero que es demasiado tópico es el tipo de relación entre Bridges y Fonda. El primero es el típico sujeto guapo que ayuda a una completa desconocida en sus problemas. Vemos peleas y coqueteos varios, siempre alternadamente, porque luego de una sonrisa picarona tiene que venir una pelea donde los vasos y latas de cerveza vuelen, para luego poner especial atención en esa gota de sudor que cae por el fino cuello de la muchacha, no obstante, luego volvemos a los gritos ¿Es que siempre tiene que estar ese metido-con-calzador elemento romanticón? ¿Es tan fácil enamorarse? Supongo que el ayudar a una tipa a probar que no es una asesina te hace ver las mejores cosas de ella. Pero lo forzado queda igual, y sólo tienes que esperar a que suceda. Y cuando sucede, suspira.
  Lo otro que demuestra la debilidad del guión es la construcción bastante apresurada y pobre de la resolución, cuando llegamos al clímax de la situación, el momento que estábamos esperando ¿Qué sucedió esa maldita noche? A parte de haber sido un chiripazo de aquellos que suceden una vez en un millón, antes de que Bridges nos explique toda la situación con lujo de detalles, vemos una imagen que habla por sí misma. Entonces caemos en una redundancia. Tengo que decir que, visualmente, tampoco quedó muy genial toda esa resolución. Que la imagen te dé la solución para que luego te reciten todo un monólogo revela que faltó mejor construcción entre ambos elementos. Lamentablemente, en este caso se entorpecieron.
  Así que, en conclusión en lo que a guión se refiere, lo único bueno que logra verdaderamente bien es el inicio: mujer que amanece con hombre muerto al lado, nadie sabe nada, la tipa está más sola que alfiler en un pajar (aplausos por favor), y las cosas no dejan de salir mal para ella. Con respecto a esto último, cerca de los treinta-cuarenta minutos hay un interesante giro argumental; te instala un nuevo misterio, nuevas dudas, nuevos problemas. Buena jugada. Si el guión de por sí no es malo, pero ya en sus treinta minutos finales se vuelve demasiado previsible, pierde sorpresas. Las buenas jugadas se acabaron.


  Ahora bien, que el guión a nivel general esté correcto es una cosa. Ya dije que se desinfla justo en el momento del clímax, pero si algo contribuye todavía más a que el interés decrezca es la inocua atmósfera generada. La banda sonora hace un flaquísimo favor en este apartado. Aunque hayan un par de piezas musicales que por sí solas son apreciables, a la hora de generar -o complementar- una atmósfera no lo logran en lo más mínimo. Esta película lo que necesita es una atmósfera de real peligro, incertidumbre que no te deje respirar. Lamentablemente, y a pesar de los esforzados intentos del guión, no es que sintamos un peligro e incertidumbre asfixiante.
  Igual me permito exonerar un poco a Lumet. Su dirección es destacable y bastante buena, su capacidad para la construcción de los espacios no se ve disminuida, así como tampoco su capacidad de ser , visualmente, sutilmente informativo. Con tantos años de carrera, el tipo sabe como no ser obvio cuando quieres recalcar algo importante en pantalla. Es una lástima que haya tenido un guión ceñido a los tópicos -aunque igual interesante en su mayoría- e incapaz de terminar bien, una banda sonora insulsa, y un par de actores -no los protagonistas- que no estaban a la altura. Me imagino que esta debió haber sido una película por encargo, pero de esas en las que te limitas a dirigir lo mejor que puedes con lo que los productores te consiguen. Al menos tenían a Jane Fonda y Jeff Bridges. Al menos Lumet hizo un trabajo digno, no pasa por él que The morning after no sea una película memorable. Lo cual te hace sentir un poco mal, porque al criticar no muy bien una película, al que le llegan los dardos es al director, usualmente.


  Pero esto no quiere decir que estemos ante un esperpento. La película es (ir)regular, pero no espantosa. No es que les den ganas de vomitar. Sólo que se queda a medias. Por ejemplo, con respecto a la atmósfera, hay momentos realmente buenos, pero son momentos puntuales, específicos. Estamos con la atmósfera normal, inocua, y de repente ¡zas! te llevas una sorpresa que visualmente queda muy bien -incluso la banda sonora lo hace bien-, pero no es algo consistente*, no persiste dicha sensación. Para peor, ese buen hacer de los momentos puntuales no se logra en el clímax, esta vez porque el guión no está a la altura. Como conjunto The morning after no es muy fuerte ni resistente, sólo destacan unos cuantos momentos fugaces, pequeños destellos de calidad superior.

  En fin, estamos ante lo que inicialmente parecería un inquietante thriller de misterio. Digo, es interesante la mayor parte del metraje, eso no lo voy a negar. Incluso les digo que está bien resuelto, si tomamos en cuenta todos los detalles de la historia; ahora que ese final haya sido bueno, esa es otra cosa, porque como resolución no sorprende ni impacta ni nada por el estilo. Además, la resolución me parece hasta mal actuada. No puedo dejar de pensar que ese final es el que rebaja la calidad de la película; quiero decir, la resolución y el final-final. Tópicos, oh por dios. De verdad que la película, a pesar de sus baches, era interesante argumental y visualmente -no en la banda sonora-, pero se cae con ese tramo final. Hace que me sienta un poco mal, no me gusta estar a mitad de camino entre que me gusta una película por casi todo su metraje, o que no lo haga por culpa de las resoluciones. Pero es que las resoluciones son importantes, y esta me tira para abajo. Malditas contradicciones, me hacen pensar demasiado, y pensar demasiado me hace dormir menos.
  Como sea, The morning after es una película entretenida. Dignamente entretenida. Es irregular, se queda a mitad de camino en muchas cosas, como conjunto es algo a medias, pero entretiene, y eso es algo a lo que las películas irregulares -por no decir débiles o directamente malas- se deben aferrar. No es gran cine, pero entretiene algo. Punto.

*(párrafos antes dije que el ritmo de la acción es consistente, en este punto dije que la atmósfera no lo es. Cosas diferentes, hermanos y hermanas. Lo aclaro por si parece demasiado contradictorio. Espero haya quedado claro. Esta explicación no podía ir ahí, habría quedado mal)
Capturas más

No hay comentarios.:

Publicar un comentario

Vamos, dime algo, así no me vuelvo loco...