martes, 18 de noviembre de 2014

Who's That Knocking at my Door - 1967


Director: Martin Scorsese

   A lo largo de la vida es posible oír un montón de estupideces y barbaridades. Uno termina acostumbrándose, más o menos; o al menos aceptando que inevitablemente van a estar por ahí pululando con su desfachatez... total, si aparecen, ni fu ni fa. Pero la ira e indignación que me provoca esta afirmación en particular se incrementa al notar de parte de quién proviene, alguien supuestamente "erudito" y con la filmografía de Scorsese fresca -porque se encargó de dejar claro eso: "Me he visto casi todas las pelis de él". Ok, gracias por la información, dios santo-. Peor aún es cuando otro "sabelotodo" -incluso más arrogante pero con disfraz de modesto- reafirma tamaña estupidez y, de no creer, los brillantes docentes no cuestionan el yerro en que incurren estos cinéfilos de tomo y lomo; y ya ni decir del público presente, que piensan que Scorsese es sólo "Goodfellas" o sus más recientes incursiones. Ante esto no hay nada que se pueda hacer, lamentablemente: estos círculos acádemicos apestan a pedantería, esnobismo y elitismo intelectual, prefiriendo la cháchara llamativa pero vacía a reflexiones de verdad, la verborrea barata e "impresionable" a la autenticidad de la opinión. Es casi incestuoso lo que sucede: charlatanes fundiéndose con otros charlatanes para generar una célula de charlatanería de lo más asquerosa.
  A propósito, la afirmación en cuestión es que, según estos payasos, la primera película de Scorsese es "Mean streets". Claramente erróneo, pero vaya uno a corregir a estos genios ignotos.
  Y puede que mi enojo sea una pequeñez -ya saben, "no es tan importante" no ser exacto en los hechos que se afirman con tanta ligereza y arrogancia-, pero decidí escribir sobre "Who's that knocking at my door", la verdadera opera prima de Martin Scorsese, para, primero que todo, tener una especie de catarsis y descargar esta rabia que me invade en cada vena -exagero, jaja-; y segundo, porque la opera prima del buen Scorsese es una estupenda película que demuestra todo el poderío cinematográfico del que es capaz este hombre.


  J.R. es un joven italoamericano que se la pasa con sus amigos en las calles peleando con rivales, en los bares emborrachándose lo máximo posible y en las casas de los demás amigos divirtiéndose con prostitutas. Una vida normal, común y corriente y fácil de llevar. Pero cuando conoce a una chica y se enamora de ella, comienzan a caer las reflexiones sobre la vida que lleva y llevará a futuro, además de cuestiones de su propia personalidad y filosofía.


  El párrafo introductorio estaba hecho hace bastante, así que decidí dejarlo tal cual... lo digo porque, luego de cinco o seis días de ausencia -me duele abandonar así mi querido blog-, era más o menos obvio que una posibilidad era comenzar con "y luego de una ausencia de cinco o seis días, ausencia que me duele bastante..." y luego seguir con todo mi alegato. Pero en fin, vayamos al grano, más o menos: en estos días pretendo comentarles al Martin Scorsese temprano, particularmente el que viene antes de "Mean streets", que tampoco es muy numeroso, aunque sí difícil de encontrar -por el momento-. Y luego, para compensar los días de nada bloguera, comentar un poco de esto y de otro, como siempre, pero ahora con un poco menos de descanso y tiempo entre entradas, que creo ya es bastante decir en mi caso.
Sé que mis promesas suelen ser débiles, pero pienso que recobraré el ritmo sin mayores sobresaltos ni caídas, pues la maldita universidad está comenzando a despedirse de este año, está comenzando a dejar de patearme en los testículos. La maldigo por el resto de la vida del universo.
  Pero basta de divagaciones, no más introducciones por las ramas: con su opera prima, Scorsese no sólo pone sobre la mesa de inmediato la calidad de autor que puede llegar a ser, ya sea en el terreno estético como en el sustancial, cinematográfico a fin de cuentas, sino que es el comienzo de un corpus compuesto por todos los temas que a Scorsese interesan, a partir del cual reflexiona y explora, desde distintos ángulos pero sin mutar ni pervertir su propia mirada, sobre los demonios personales que acechan al individuo -claramente, corpus con sus altos y bajos, e incluso con excepciones, pero en su gran mayoría, con un piso de calidad sobresaliente y confiable-. "Who's that knocking at my door" debió haber sido, si no lo fue -no lo tengo realmente claro-, la película con la que Scorsese irrumpiera en el panorama cinematográfico estadounidense, por todo lo brevemente señalado recién; de todas formas, no tuvo que esperar mucho para que su nombre comenzara a ser nombrado con frecuencia, pues "Mean streets" se encargó de elevarlo a la posición que bien se ha ganado.


  Y hablando de "Who's that knocking at my door" de manera un poco más específica y centrada, comencemos primero por el tipo de relato que es la opera prima de Scorsese: no un filme de matones o de criminales, tampoco un drama romántico propiamente tal, sino más bien el discurrir perpetuo propio de un sujeto inseguro y sin un norte claro en la vida: una lucha interna, mental y espiritual, sobre discernir qué es más importante para sí mismo: o el amor de una dama, o el estilo de vida -con valores morales y todo- que ha llevado continuamente con sus amigos en las calles y bares, estilo alimentado por la crianza que se tuvo. Y no es realmente fácil eso, al menos para el común de los mortales apegados: "amigos (uno mismo) versus mujeres, la (aparente) mujer de tu vida".
  Podría decir que "Who's that knocking at my door" es toda una declaración de intenciones, pues los temas que rondan en la mente de J.R. -seguramente también en la del buen Scorsese- van desde la familia y su influencia en la vida de uno, especialmente la religión que nos legan e inculcan -con redención, culpabilidad y todo lo demás-, hasta la amistad, el amor, el futuro, la lealtad, la pasión por el cine -que puede actúar como motor de vida, o al menos como apoyo y agente transicional-, la compleja ambigüedad del propio ser, el conservadurismo machista, entre otras cosas -aunque con las nombradas se hace bastante suficiente-. Vamos, temas que aunque sean menor o mayormente centrales en la obra posterior de Scorsese, siempre están presentes. Y recuerden, principalmente, ésto como elemento central: la lucha interna, o cómo el impedimento para ser felices podemos ser nada más que nosotros ¿El problema es lo que me agobia, o, sencillamente, soy yo?
  Como señalé: un paseo por el interior de un sujeto común y corriente; como tú, como yo, o como el mismo Scorsese -al menos el Scorsese de aquel entonces-; una deconstrucción personal más que social, aunque no sería del todo errado ver a "Who's that knocking at my door" como lo segundo, con jovenes trabajando en bajos fondos y vagando sin mayor utilidad para la maquinaria. Con todo, la deconstrucción personal que propone Scorsese es más universal y trasciende etnias y ascendencias: son aspectos que se encuentran en todo ser humano.


  Voy a volver a utilizar la siguiente expresión: "Who's that knocking at my door" es una declaración de intenciones por parte de Scorsese; aunque si en el párrafo anterior lo hice refiriéndome a lo que el neoyorkino quería decir, explorar y retratar, ahora lo hago refiriéndome a su manera de filmar, de hacer cine. Porque tengan esto claro: Scorsese tiene un exquisito sentido cinematográfico, lo cual queda demostrado en el poderío de las distintas herramientas que dispone: el montaje, la imagen, el sonido, la cámara. Ésta no es una película que pase indiferente frente a los ojos: algo queda.
  Destaca la de sobra conocida estilización de Scorsese para los distintos momentos que abruman a sus personajes: la locura, el silencio, la incomodidad, el exceso, el arrepentimiento, la violencia, etc.; todas ellas, incluso el silencio -más o menos-,  usualmente bajo la melodía de cancion acorde o una ralentización o aceleración de la imagen audiovisual, generando la sensación de que nos perdemos y tomamos caminos sin retorno. Si buscan en youtube videos de esta película -aunque recomiendo, obviamente, verla completa- podrán ver las distintas secuencias para el recuerdo que nos deja Scorsese, algunas divertidas y ligeras, otras duras e hirientes, pero siempre a la par de los sentimientos de J.R. y los asuntos que lo atormentan, que no lo dejan en paz. Relacionado a esto, me ha gustado mucho que "Who's that knocking at my door", gran montaje mediante -de Thelma Schoonmaker, quien no ha dejado de montar las cintas de Scorsese desde "Raging Bull" en adelante, además de ésta, claro-, transcurra de una manera estrictamente ligada a la pulsión de J.R.: al construir todo a caballo entre lo que sucede externamente y lo que sucede en la mente del protagonista, hace más poderoso su viaje, su discurrir. Veremos continuamente a un J.R. en las nubes, alejado del lugar físico en el que se encuentra, al que llega huyendo de sus problemas: un círculo vicioso el de este chico.
Otro pequeño apunte más: "Who's that knocking at my door" no tiene como núcleo absoluto la progresión de actos dramáticos -son importantes, sí, pues sirven como base para la reflexión del protagonista-, así que no esperen un relato lineal.
  En suma, el apartado cinematográfico de "Who's that knocking at my door" es notable y demuestra que Scorsese sabe plasmar su visión en imágenes, sabe cómo girar en torno a la mente de un sujeto sin irse por las ramas y perderse en ínfulas filosóficas o delirios de grandeza... Scorsese no tiene nada de megalómano en su primera cinta.

  Ya para  terminar, no tengo mucho más que decir... ah, claro: aparece un jovencisimo Harvey Keitel, quien hace una correcta actuación; nada realmente memorable aunque sí con claras señales de que Keitel es un actor que crece enormemente con el paso de los años... y  de manera bastante rápida: otro gran talento. "Who's that knocking at my door" no es una maravilla, pero sí que es notable y llena de estupendos momentos y situaciones, hechas con mucho tino e identidad, además de sencillez y respeto. A fin de cuentas, una pelicula que logra fundir plenamente su apartado estético y sustancial, ambos potenciándose a cada momento, algo que siempre se agradece. Estamos ante una estupenda película, el primer paso de uno de los cineastas más respetados de la historia, que comienza a paso firme su larga carrera todavía en marcha. Sin más palabrería, se las recomiendo sin dudarlo: notarán de inmediato el enorme talento que desborda este hombre.

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