sábado, 27 de junio de 2015

Pilgrimage - 1933


Director: John Ford

  Creo que ya han sido muchas series seguidas las que se han comentado por acá, casi como si este blog no llevara la palabra cine en su nombre, situación que había que corregir de una buena vez. Igual que no haya comentado nada de John Ford en estos tres días no significa que no haya estado viendo nada de él, pues el cine es lo primero, y cómo desviarme de un camino que me ha traído grandes momentos que tal parece no van a cesar por lo pronto. "Pilgrimage" es un conmovedor drama sobre cerrar heridas, aceptar el dolor y darle la bienvenida a la catarsis no como un vil olvido sino como un honesto y necesario homenaje al pasado.


  Jim y Mary son una joven pareja de enamorados que viven con sus respectivos padres en sus respectivas granjas. Por desgracia, la madre de Jim, una dominante señora, no mira con buenos ojos la relación de su hijo con la tal Mary, hija de un borracho. Y eso no será lo peor que tengan que enfrentar los dos enamorados, pues entre otras cosas llega la guerra, y bueno...


  No sabía qué significaba la palabra pilgrimage, pero como internet nos ofrece todo sin pedir nada a cambio, al minuto supe que dicha palabra es un viaje espiritual, un proceso introspectivo en el que la persona en cuestión se mira a sí misma y todas esas cosas para finalmente salir con la frente en alto y una tranquilidad zen envidiable. Así, la película no puede ser más clara, aparentemente. ¿De qué trata "Pilgrimage"? Uf, no es tan simple decirlo, pues el fin no describe la totalidad de los medios: hay diferencias entre argumento y fondo sustancial. De todas formas, antes de seguir, voy a dejar escrito una especie de instrucción (para mí): prefiero no irme "en la profunda", pues estoy un poco cansado y a decir verdad John Ford evita todo tipo de sentimentalismos baratos y manipuladores, y deja que el fotograma exprese apropiadamente, de acuerdo a la escena en cuestión, todo lo que sucede por debajo de las palabras y las acciones: sensibilidad estética admirable, y eso que no es la cumbre de esta cualidad. En cualquier caso, ¿es necesario describir, no sin la tentadora presunción poética, todo por lo que pasan los personajes de la película? Claro que no; a mi entender, "Pilgrimage" destaca notablemente por dos aspectos relacionados al guión y a la dirección, los cuales le dan valor a un fondo que, bonito y todo, se ha visto un montón de veces -lo que, no obstante, no significa necesariamente que ha perdido todo impacto emocional y estético: depende de quien esté detrás de las cámaras-.
  Con respecto al guión, el mismo está estructurado de una manera sumamente interesante en tanto división espacio-temporal: es un relato que trasciende lo inmediato, que no necesita del aquí y ahora o siquiera de una línea temporal diáfana y perceptible para contar lo que quiere y debe contar: pasan los años y lo que importa no es esa información -un dato circunstancial que, no obstante, no es poco-, sino que el problema sigue enraizado en lo más profundo de unos personajes que son víctimas invisibles e inconscientes de conflictos más grandes y poderosos que ellos, pero que aún así siguen teniendo dentro de sí mismos la llave para poder liberarse de ataduras. Me encantaría poder describir más al respecto -la estructura argumental-, pero pienso que es mejor ir descubriendo por cuenta propia el largo camino que transitamos junto a los personajes, el cual no comienza cuando los barcos zarpan o las figuras se pierden en el horizonte, sino cuando uno menos lo intuye: cuando todo está aparentemente bien, seguro. Multitud de estaciones -entiéndase lugares, tiempos, estados emocionales, personajes, etc.- son las que veremos, y todas ellas componen un sendero marcado por las culpas, arrepentimientos y dolores no sanados. Puede que el primer tercio sea el mejor en todo sentido, pero ello no quita que el conjunto entero funcione sin problema alguno.
Con respecto a la dirección, poco puedo señalar salvo que es loable la capacidad que tiene Ford de aunar en una sola entidad la más sublime sensibilidad como la más desenfadada comicidad, todo parte de un cocktail que así como te alegra enormemente, luego te deja por los suelos -en este sentido, "Pilgrimage" comparte ciertas similitudes narratológicas con "The informer"-. Y, naturalmente, las imágenes de Ford logran expresar, sin artificios estilísticos, todo lo que no se ve pero que se percibe.
  Entonces, ¿de qué trata "Pigrimage"? Trata sobre un muy buen y respetable joven, enamorado y soñador; de una joven enamorada y temerosa que debe enfrentar sola los crueles caprichos del destino; de un niño golpeado constantemente por los fantasmas de un pasado que no termina de comprender; y de una madre acorralada por las culpas y el miedo a la soledad, orígenes de una ceguera que no le oculta sus sentimientos pero sí sus consecuencias. Recomendable película, sí señor... puede que nada del otro mundo, o de nivel superlativo, pero no hay que desdeñar el hecho de que es un cine con respeto y dignidad, y de mucho buen hacer. ¿Se imaginan "Pilgrimage" versión hollywoodense actual, dirigida por John Lee Hancock? Ahí uno se da cuenta de que hay que apreciar lo que es bueno sin ponerse quisquillosos.

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