Creador: Hans Rosenfeldt
Las modas nos atrapan y desde que "The Killing" hizo que la gran mayoría notara la existencia del así llamado thriller escandinavo (como si tuviera algo realmente especial que lo diferenciara de cualquier thriller) al adaptar a la pantalla estadounidense la danesa "Forbrydelsen", muchos muchísimos han salido con la cantinela de que el thriller escandinavo es el mejor thriller que se puede ver. El mentado destape ha traído a la palestra otras tantas series, previas y de posterior estreno, como por ejemplo "Bron/Broen", que después de la recién mencionada es la que genera, me parece, la mayor cantidad de menciones en la red y de críticas positivas. Con estas credenciales (apoyo mediático, básicamente), que me interesaban medianamente, me propuse ver qué onda, si "Bron/Broen", coproducción danesa y sueca, es tan genial como la pintan. Tamaña decepción me he llevado.
Justo en la mitad del puente que une a Dinamarca y Suecia, aparece el cadaver de una importante fiscal que será el comienzo de una tortuosa investigación, cuya meta es encontrar al inteligente asesino en serie que parece tener todo gélidamente calculado. ¿Podrán nuestros protagonistas, un policía danés y una policía sueca, encontrar al asesino?
"Bron/Broen" no me parece más brillante, inteligente, oscura y densa ni mejor o diferente que cualquier otro thriller estadounidense o inglés (aunque por lo general prefiero los gringos, pues tienen más sentido del thriller), es decir, al igual que cualquier thriller del montón, tiene todo correctamente ejecutado y orquestado, con una pulcritud digna del alumno más ordenado y apegado a los libros, un guión calculado con precisión milimétrica (personajes, escenarios, lo que sea, todas piezas de un gran rompecabezas) y un contenido que hará reflexionar hasta el más reacio a las reflexiones éticas, morales y filosóficas. No, si "Bron/Broen" lo tiene todo, pues además del interesante misterio central, el cual se va ramificando en una gigantesca maraña de personajes (todos igual de importantes entre sí), inteligentes pasos en falso y tramas secundarias potentísimas dramáticamente hablando, además de la sorprendente mecánica del dúo investigador opuesto entre sus partes (ella rara, obsesiva, meticulosa; él desordenado, impulsivo e instintivo; ambos con un férreo sentido de la justicia, sólo que nada más varía la ejecución), además de la crítica sociopolítica tan bien incluida en el misterio, además de la intrigante atmósfera y el infartante ritmo de acontecimientos que nos deja sin respiro en cada escena, además de todo lo descrito, tenemos también una... un... uh, francamente no lo sé. La verdad de las cosas es que he visto esta primera temporada por pura inercia, el verdadero interés lo pierdo en el episodio número tres, quizás el cuatro, no me importa.
Primero que todo, descontando los siempre desconfiables buenos momentos que se cuentan con los dedos de una mano, la atmósfera no es tal, no ofrece opresión ni intriga ni nada, la imagen carece de tempo y lo que tenemos es, como digo, mucha pulcritud formal pero poca sensibilidad y/o propuesta estética; está grabada como un thriller común y corriente, nada más. Poco que ofrecer, poco que aportar, poco que cuestionar...
En un inicio el componente social podía tener su gancho (el asesino iba a exponer cinco problemas de la sociedad con sus asesinatos/shows mediáticos, llamaba la atención con qué clase de cosas iría a salir), pero luego su propia dinámica se vuelve iterativa y somera, sin aportar nada realmente nuevo a la discusión (los argumentos son tan brillantes como los de cualquier justiciero de facebook o twitter), haciendo de la narración un ir y venir de lugares sin importar lo que suceda, pues como el asesino es tan inteligente, siempre estará un paso adelante y nuestros dos detectives no pueden hacer nada, así durante ocho episodios. Ya verán lo cansino que se vuelve todo. Básicamente perdemos el tiempo con ellos, y lo peor es que como todo es plan del asesino, al final uno piensa, "viejo, ¿por qué no te ahorraste el puto circo?". Acá uno se da cuenta de que el creador y sus guionistas en realidad querían demostrar lo listos que eran al armar esta amplia y frívola red de personajes y "verdades", emulando al Fincher de "Seven", me imagino. Porque las cosas nunca deben ser simples, si alguien mata, entonces tiene un complejo plan lleno de referencias y citas y demás, incluso cuando la razón fundamental no deja de ser una tremenda estupidez. Me recuerda al Venom de Sam Raimi, que debía toda su maldad a que Peter Parker le había robado la novia o el trabajo o ambos o algo así. Digo, por favor, hablemos en serio, ¿quién se toma en serio este soberano despropósito? Prefiero ver a Liam Neeson como héroe de acción a un vacío ejercicio genérico sin identidad ni rasgos distintivos.
Pero lo que menos me ha gustado es la narración obsecuente que avanza sin coherencia alguna (ni interna ni externa), simplemente mostrando lo que le conviene, sin tener asco si de la nada se saca un fugaz personaje sin importancia cuya razón de ser es revelar algo importante que no se podría haber sabido con los verdaderos personajes principales. A y B se dan de cabeza contra la pared, los guionistas no saben cómo dar pistas, ¡zas!, inventemos un personaje Z que de repente aparezca para decir "eh, chicos, he visto algo que creo que es importante para su investigación, porque, digo, ¿están investigando algo, no?", y luego se despida así sin más. Para no ser tan abstracto, el personaje de la niña que huye de casa es un perfecto ejemplo de esto. Como si este sinsentido no fuera suficiente, ¡además tienen sus propias tramas!, como si nos importara que un terciario tenga que proteger a un personaje que conoció recién o cosas así; hay tramas enteras que no importan y que son puro relleno, y que como unidades (escritas muy a la rápida, por lo demás) no aportan nada al conjunto salvo dos detalles circunstanciales que no ameritan los excesivos minutos dedicados a "justificar" dichas tramas/personajes. Stefan Lindberg es un ejemplo de esto. Si los guionistas no son lo suficientemente inteligentes para armar un misterio descansando sólo en quienes investigan (porque esa es la gracia: pareja que investiga, no asesino que huye de quienes lo investigan), entonces no deberían hacer ni mierda. Si es por eso cualquier imbécil puede hacer policiales, total, si el uso de comodines argumentales es ilimitado... Por lo demás, la unión de personajes y los giros que se sacan de la manga son tan pero tan rebuscados y carentes de lógica que uno menos se toma en serio este nuevo invento de la prensa especializada.
Esta temporada tiene diez episodios, pero si le quitamos el relleno y todos los elementos inútiles (escenas, personajes...), entonces, con suerte, podríamos llegar a los cuatro episodios, o a lo más un largometraje de dos horas-dos horas y media.
Lo único que me ha gustado son los dos personajes centrales, o mejor dicho los actores que los interpretan. Kim Bodnia ya no hace de gordo permanentemente cabreado sino de simpaticón (pero irascible) policía danés, y Sofia Helin hace de excéntrica y obsesiva policía sueca. Ambos tienen encanto, sobre todo ella, quien enamora de inmediato (esa cicatriz suya es muy sexy). Además me gusta la manera en que fluye la relación entre ambos y cómo se construye el afecto, lo único verdaderamente genuino de toda esta estafa. ¿El asesino? Prrfff... ¿Sus motivos? Prrfff... No sé si ver la segunda y la tercera temporada. Si lo hago, será en mucho, mucho tiempo, aunque bien podrían cambiar la dinámica del misterio en las siguientes temporadas. Quién sabe, de momento no lo quiero descubrir. Me siento estafado y humillado. Bueno, no tanto, pero igual...
Primero que todo, descontando los siempre desconfiables buenos momentos que se cuentan con los dedos de una mano, la atmósfera no es tal, no ofrece opresión ni intriga ni nada, la imagen carece de tempo y lo que tenemos es, como digo, mucha pulcritud formal pero poca sensibilidad y/o propuesta estética; está grabada como un thriller común y corriente, nada más. Poco que ofrecer, poco que aportar, poco que cuestionar...
En un inicio el componente social podía tener su gancho (el asesino iba a exponer cinco problemas de la sociedad con sus asesinatos/shows mediáticos, llamaba la atención con qué clase de cosas iría a salir), pero luego su propia dinámica se vuelve iterativa y somera, sin aportar nada realmente nuevo a la discusión (los argumentos son tan brillantes como los de cualquier justiciero de facebook o twitter), haciendo de la narración un ir y venir de lugares sin importar lo que suceda, pues como el asesino es tan inteligente, siempre estará un paso adelante y nuestros dos detectives no pueden hacer nada, así durante ocho episodios. Ya verán lo cansino que se vuelve todo. Básicamente perdemos el tiempo con ellos, y lo peor es que como todo es plan del asesino, al final uno piensa, "viejo, ¿por qué no te ahorraste el puto circo?". Acá uno se da cuenta de que el creador y sus guionistas en realidad querían demostrar lo listos que eran al armar esta amplia y frívola red de personajes y "verdades", emulando al Fincher de "Seven", me imagino. Porque las cosas nunca deben ser simples, si alguien mata, entonces tiene un complejo plan lleno de referencias y citas y demás, incluso cuando la razón fundamental no deja de ser una tremenda estupidez. Me recuerda al Venom de Sam Raimi, que debía toda su maldad a que Peter Parker le había robado la novia o el trabajo o ambos o algo así. Digo, por favor, hablemos en serio, ¿quién se toma en serio este soberano despropósito? Prefiero ver a Liam Neeson como héroe de acción a un vacío ejercicio genérico sin identidad ni rasgos distintivos.
Pero lo que menos me ha gustado es la narración obsecuente que avanza sin coherencia alguna (ni interna ni externa), simplemente mostrando lo que le conviene, sin tener asco si de la nada se saca un fugaz personaje sin importancia cuya razón de ser es revelar algo importante que no se podría haber sabido con los verdaderos personajes principales. A y B se dan de cabeza contra la pared, los guionistas no saben cómo dar pistas, ¡zas!, inventemos un personaje Z que de repente aparezca para decir "eh, chicos, he visto algo que creo que es importante para su investigación, porque, digo, ¿están investigando algo, no?", y luego se despida así sin más. Para no ser tan abstracto, el personaje de la niña que huye de casa es un perfecto ejemplo de esto. Como si este sinsentido no fuera suficiente, ¡además tienen sus propias tramas!, como si nos importara que un terciario tenga que proteger a un personaje que conoció recién o cosas así; hay tramas enteras que no importan y que son puro relleno, y que como unidades (escritas muy a la rápida, por lo demás) no aportan nada al conjunto salvo dos detalles circunstanciales que no ameritan los excesivos minutos dedicados a "justificar" dichas tramas/personajes. Stefan Lindberg es un ejemplo de esto. Si los guionistas no son lo suficientemente inteligentes para armar un misterio descansando sólo en quienes investigan (porque esa es la gracia: pareja que investiga, no asesino que huye de quienes lo investigan), entonces no deberían hacer ni mierda. Si es por eso cualquier imbécil puede hacer policiales, total, si el uso de comodines argumentales es ilimitado... Por lo demás, la unión de personajes y los giros que se sacan de la manga son tan pero tan rebuscados y carentes de lógica que uno menos se toma en serio este nuevo invento de la prensa especializada.
Esta temporada tiene diez episodios, pero si le quitamos el relleno y todos los elementos inútiles (escenas, personajes...), entonces, con suerte, podríamos llegar a los cuatro episodios, o a lo más un largometraje de dos horas-dos horas y media.
Lo único que me ha gustado son los dos personajes centrales, o mejor dicho los actores que los interpretan. Kim Bodnia ya no hace de gordo permanentemente cabreado sino de simpaticón (pero irascible) policía danés, y Sofia Helin hace de excéntrica y obsesiva policía sueca. Ambos tienen encanto, sobre todo ella, quien enamora de inmediato (esa cicatriz suya es muy sexy). Además me gusta la manera en que fluye la relación entre ambos y cómo se construye el afecto, lo único verdaderamente genuino de toda esta estafa. ¿El asesino? Prrfff... ¿Sus motivos? Prrfff... No sé si ver la segunda y la tercera temporada. Si lo hago, será en mucho, mucho tiempo, aunque bien podrían cambiar la dinámica del misterio en las siguientes temporadas. Quién sabe, de momento no lo quiero descubrir. Me siento estafado y humillado. Bueno, no tanto, pero igual...
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