miércoles, 17 de febrero de 2016

Gideon of Scotland Yard - 1958


Director: John Ford

  También conocida como "Gideon's day" (que, por lo breve, es la manera en que nos referiremos a esta película de ahora en adelante, y no me refiero sólo a este post en particular sino que a la vida entera, mía y de los otros), una efectiva y entretenida película que Ford fue a hacer a Inglaterra, y es que no puedes hacer una de Scotland Yard en Estados Unidos, ¿o sí? Si me equivoco, disculpen mi inocente ignorancia, jojo. En fin, hablemos de ella...


  George Gideon es un inspector jefe de policía (¿así es el cargo?) al que le espera un ajetreado día, y cuando digo ajetreado, ni se imaginan la cantidad de cosas que el hombre deberá resolver sin descanso alguno. Así es la vida del buen policía: abnegada y de bajo perfil, por no decir invisible...


  "Gideon's Day" es un muy buen policial que recoge múltiples tramas para hacerlas confluir en un amplio y bien llevado flujo de acontecimientos: primero, la siempre presente dualidad familiar-profesional de todo aquel que se dedique a ser policía o algo similar; segundo, los pequeños pero ineludibles crímenes que deben ser atendidos con tal de que no escalen en líos mayores; y tercero, una conflicto policial de mayor envergadura que el resto, el cual, a la postre, va configurando el motor narrativo de la película. Así, el pobre Gideon deberá procurar terminar su jornada laboral temprano con tal de poder asistir al concierto que su hija mayor dará entrada la tarde; deberá resolver problemas internos de corrupción, con un agente del que se dicen cosas poco halagadoras; y por último, tendrá que compaginar dichos objetivos con otras molestias que le irán ofreciendo resistencia. Como policial está muy bien, sobre todo porque a pesar de la ingente cantidad de hechos que nos muestran (asaltantes de bancos, asesinos en serie, favores de altos mandos, multas callejeras), el relato siempre mantiene una lógica dramática que organiza todo con suma eficiencia, por lo demás, el guión está escrito con una ironía que no sólo hace reír sino que también configura una suerte de discurso y reflexión, y es que puede ser gracioso el permanente olvido del encargo de la esposa, la constante aparición de nuevas e inútiles tareas y la irremediable presencia del tedio laboral (sumado al sentido del humor que de por sí otorga la puesta en escena de Ford y su dirección de actores, siempre cómodos y chispeantes, sean sus personajes carismáticos o no, pues al fin y al cabo todos, o la mayoría, tienen su encanto), pero a la larga el hecho de que el protagonista no pueda sentarse a comer con su familia, no pueda tomarse un trago de cerveza ni comer una buena comida genera una sensación tragicómica, una dimensión "pesimista", vena que no abandona ni siquiera al final; ciertamente, el guión no pretende ser complaciente o cómodo ni tampoco ofrecer un retrato ridículamente irreal y panfletario en donde todo es satisfacción al final de la jornada. Pero ésa es también la gracia de la película: su valor humano, el no forzar las cosas hacia un glamour policial, sino a la dificultad ético-personal. Puede que no sea precisamente algo complejo y profundo, pero no estamos ante un policial del montón en que lo que intenta impresionar es lo enrevesado del caso o lo atormentado que se sienten los detectives o qué sé yo, en donde lo importante del procedimiento es la técnica; por el contrario, acá veremos personas dedicarse en exclusiva a enfrentar criminales, y tal visión resulta conmovedora e imposible de desdeñar. Me gusta sobre todo el personaje que aparece en la última captura (el ayudante leal y buena gente), ahí sentado y sin rechistar, incluso cuando la jornada laboral terminó hace rato, esperando a que su jefe le indique que se puede ir a su hogar... si bien las llamadas de emergencia se dejan caer sin horario alguno. Son los gajes del oficio...
  "Gideon's day" es una buena película, dirigida con el típico encanto de Ford, y que además gana un montón con su decidida y acertada falta de pretensiones y la amena pero efectiva puesta en escena que sale airosa de las secuencias ligeras, las de acción y las de suspenso. No querían hacer una gran película, "simplemente" querían hacer una buena, y vaya que lo lograron. Serán entretenidos noventa minutos, qué más quieren.

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