Director: Michael Cuesta
Pues bien, como comentamos cuatro filmes del gran Rainer Werner Fassbinder al hilo, correspondía un receso, un descanso para la mente si se quiere, alguna película menos exigente y radical de lo que el alemán siempre propone en mayor o menor medida. Iba a ver una de coreanos dándose tiros y golpes mientras ponen caras raras y gritan dramáticamente, pero los subtítulos fallaron y de momento pensé en recurrir a "Kill the Messenger" de Michael Cuesta, un director que tiene numerosos créditos tanto en cine como en televisión, y quien ha demostrado su solvencia en "Dexter", "Homeland", etc. Su opera prima, "L.I.E.", también luce muy interesante. Pero lo que me llamaba la atención de "Kill the Messenger" es algo que ya no puedo recordar, pero como la tenía ahí en los archivos, me dije que ya era hora de saldar esa deuda. Y sin ser una obra maestra, es cierto que ha sido injustamente olvidada, quizás a propósito y con malas intenciones...
Jeremy Renner es Gary Webb, un periodista de un periódico menor que se encuentra con una tremenda historia que involucra directamente al gobierno y, sobre todo, a la CIA. Como es de esperar, el hombre no tendrá un camino fácil en su investigación y lo que viene después.
"Kill the Messenger" es una película sobre periodismo, al igual que "Truth" y "Spotlight". La última, sin embargo, es la que gana el oscar a mejor película, y no es que sea mejor que las anteriores. "Spotlight" es sobre un triunfo, amargo por lo terrible y asqueroso del contexto, pero al fin y al cabo un luminoso y optimista triunfo; "Kill the Messenger" y "Truth" no son triunfos, ni de sus protagonistas ni del periodismo, al contrario, al final nos quedamos con una sensación de impotencia e indignación ante la inmoralidad reinante y triunfante.
"Spotlight" trata sobre un grupo de periodistas que destapan una gigantesca red de pederastia cometida por curas protegidos por la iglesia católica. "Kill the Messenger" y "Truth", cada una a su manera, trata sobre la mierda del gobierno y lo corrupto que es y siempre será en la defensa de sus intereses. No me malentiendan: lo de los curas es despreciable y ni siquiera esa palabra logra cubrir los atroces actos cometidos, pero esa película pareciera ser más un idealista y sesgado elogio al periodismo (bien intencionado y todo, tampoco cuestionamos eso) que le conviene a quienes detentan al poder; por lo demás, en un país de mayoría protestante y con alto porcentaje de ateos, tocarle las pelotas a unos curas católicos, probablemente mexicanos, italianos o irlandeses (es decir, y siguiendo la lógica prejuiciosa en un país prejuicioso: traficantes, mafiosos y borrachos parásitos), no es tocarle las pelotas a nadie importante. Una cosa es "Spotlight" la película y otra cosa el tema que superficialmente trata, y "Spotlight" la película es normalita, limitada y muy tímida al fin y al cabo. "Truth", que se estrenó en fechas más o menos cercanas con "Spotlight", además de competir con ella en los mismos festivales en más de una ocasión, fue desplazada por ella, y eso que su apuesta formal es mucho más potente y cinematográfica, sin mencionar lo doloroso y casi trágico que es ver a un grupo de periodistas prácticamente ser relegados de su pasión, de su vocación, por tocarle las pelotas a los políticos poderosos, que claro, no andan violando niños como los otros pervertidos y en comparación quedan como el mal menor, pero vamos... Por su parte, "Kill the Messenger", estrenada tan sólo un año antes y basada en un caso real al igual que las anteriores, se enmarca en el contexto de la lucha contra las drogas que distintos gobiernos estadounidenses llevaron a cabo (como dice la introducción de la cinta, desde los tiempos de Nixon). En él, nuestro protagonista, un apasionado periodista, comienza a encontrar pistas de que el auge de la venta de crack y otras drogas duras, y por ende ese mal tan dañino como un terrorista, así dicho de manera rápida, contó con la directa participación de la CIA, que financiaba grupos nicaragüenses y centroamericanos, al parecer para así atrapar a otros traficantes, entre más enredos típicos de este tipo de organizaciones. La historia sale a la luz, le tocan las pelotas a los de la CIA y el gobierno, y el protagonista, como señala el título, cae víctima de una campaña comunicacional que busca desacreditar su trabajo, su persona y, desde luego, sus acusaciones: nada es cierto, se lo inventó un tipo que se acuesta, escuchen bien, con maricones comunistas pedófilos sidosos y un largo etcétera... ¡Un anti-"americano" total! Y como va en la línea de "Truth", un simple hombre no puede hacer nada contra la sanguinaria maquinaria que le da latigazos y lo somete. Para peor, los datos finales nos muestran un panorama aún más sombrío y patético: demostrada la veracidad de la investigación de Webb, la prensa prefirió poner en primera plana la aventura que Bill Clinton tuvo con su secretaria o sea quien sea... convenientemente descubierta cuando este otro escándalo amenazaba (¿lo hacía realmente?) con sacudir a los tipos malos.
"Spotlight" trata sobre casos que se ven todo los días en las noticias y los diarios; "Kill the Messenger" y "Truth" trata sobre cosas que no aparecen ni en las noticias ni en los diarios y que en su momento se mantuvieron en secreto a toda costa (esperen a los datos que señalen qué pasó con el protagonista después). "Spotlight" gana el oscar a mejor película...
Por lo demás, "Kill the Messenger" está escrita y dirigida con solvencia y personalidad, con un punto de vista que le inyecta emoción o un verdadero arco dramático al relato: no es sólo la transcripción literal de hechos en grises y planos fotogramas que se mantienen igual de principio a fin. Hay tensión, hay indignación, hay impotencia, también hay humor... Es una buena película en definitiva, se puede disfrutar o al menos apreciar sin fraguar toda una conspiración como yo... Y no olvidemos la notable actuación de Jeremy Renner, que hace más ruido por su papel en "Los Vengadores". Ustedes deciden, en todo caso.
"Kill the Messenger" es una película sobre periodismo, al igual que "Truth" y "Spotlight". La última, sin embargo, es la que gana el oscar a mejor película, y no es que sea mejor que las anteriores. "Spotlight" es sobre un triunfo, amargo por lo terrible y asqueroso del contexto, pero al fin y al cabo un luminoso y optimista triunfo; "Kill the Messenger" y "Truth" no son triunfos, ni de sus protagonistas ni del periodismo, al contrario, al final nos quedamos con una sensación de impotencia e indignación ante la inmoralidad reinante y triunfante.
"Spotlight" trata sobre un grupo de periodistas que destapan una gigantesca red de pederastia cometida por curas protegidos por la iglesia católica. "Kill the Messenger" y "Truth", cada una a su manera, trata sobre la mierda del gobierno y lo corrupto que es y siempre será en la defensa de sus intereses. No me malentiendan: lo de los curas es despreciable y ni siquiera esa palabra logra cubrir los atroces actos cometidos, pero esa película pareciera ser más un idealista y sesgado elogio al periodismo (bien intencionado y todo, tampoco cuestionamos eso) que le conviene a quienes detentan al poder; por lo demás, en un país de mayoría protestante y con alto porcentaje de ateos, tocarle las pelotas a unos curas católicos, probablemente mexicanos, italianos o irlandeses (es decir, y siguiendo la lógica prejuiciosa en un país prejuicioso: traficantes, mafiosos y borrachos parásitos), no es tocarle las pelotas a nadie importante. Una cosa es "Spotlight" la película y otra cosa el tema que superficialmente trata, y "Spotlight" la película es normalita, limitada y muy tímida al fin y al cabo. "Truth", que se estrenó en fechas más o menos cercanas con "Spotlight", además de competir con ella en los mismos festivales en más de una ocasión, fue desplazada por ella, y eso que su apuesta formal es mucho más potente y cinematográfica, sin mencionar lo doloroso y casi trágico que es ver a un grupo de periodistas prácticamente ser relegados de su pasión, de su vocación, por tocarle las pelotas a los políticos poderosos, que claro, no andan violando niños como los otros pervertidos y en comparación quedan como el mal menor, pero vamos... Por su parte, "Kill the Messenger", estrenada tan sólo un año antes y basada en un caso real al igual que las anteriores, se enmarca en el contexto de la lucha contra las drogas que distintos gobiernos estadounidenses llevaron a cabo (como dice la introducción de la cinta, desde los tiempos de Nixon). En él, nuestro protagonista, un apasionado periodista, comienza a encontrar pistas de que el auge de la venta de crack y otras drogas duras, y por ende ese mal tan dañino como un terrorista, así dicho de manera rápida, contó con la directa participación de la CIA, que financiaba grupos nicaragüenses y centroamericanos, al parecer para así atrapar a otros traficantes, entre más enredos típicos de este tipo de organizaciones. La historia sale a la luz, le tocan las pelotas a los de la CIA y el gobierno, y el protagonista, como señala el título, cae víctima de una campaña comunicacional que busca desacreditar su trabajo, su persona y, desde luego, sus acusaciones: nada es cierto, se lo inventó un tipo que se acuesta, escuchen bien, con maricones comunistas pedófilos sidosos y un largo etcétera... ¡Un anti-"americano" total! Y como va en la línea de "Truth", un simple hombre no puede hacer nada contra la sanguinaria maquinaria que le da latigazos y lo somete. Para peor, los datos finales nos muestran un panorama aún más sombrío y patético: demostrada la veracidad de la investigación de Webb, la prensa prefirió poner en primera plana la aventura que Bill Clinton tuvo con su secretaria o sea quien sea... convenientemente descubierta cuando este otro escándalo amenazaba (¿lo hacía realmente?) con sacudir a los tipos malos.
"Spotlight" trata sobre casos que se ven todo los días en las noticias y los diarios; "Kill the Messenger" y "Truth" trata sobre cosas que no aparecen ni en las noticias ni en los diarios y que en su momento se mantuvieron en secreto a toda costa (esperen a los datos que señalen qué pasó con el protagonista después). "Spotlight" gana el oscar a mejor película...
Por lo demás, "Kill the Messenger" está escrita y dirigida con solvencia y personalidad, con un punto de vista que le inyecta emoción o un verdadero arco dramático al relato: no es sólo la transcripción literal de hechos en grises y planos fotogramas que se mantienen igual de principio a fin. Hay tensión, hay indignación, hay impotencia, también hay humor... Es una buena película en definitiva, se puede disfrutar o al menos apreciar sin fraguar toda una conspiración como yo... Y no olvidemos la notable actuación de Jeremy Renner, que hace más ruido por su papel en "Los Vengadores". Ustedes deciden, en todo caso.
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