jueves, 10 de marzo de 2016

Niklashauser Fart - 1970


Directores: Rainer Werner Fassbinder & Michael Fengler

  Yo, que me meto en problemas sin que me lo pidan, caigo en confusiones debido al título del film y una palabra en particular: "fart", que en inglés significa "pedo" y, según el traductor de google, también en alemán, el idioma original de esta película. Claramente debería ser "fahrt", que significa "viaje, paseo". El enredo se debe a que en los créditos iniciales del film, ésta aparece como "Niklashauser fart", y no creo que haya sido un error ni nada por el estilo, por último lo hubiesen corregido con los años. De todas formas titulo esta entrada de la manera en que sale en los créditos, así que fin de la discusión. Hablemos de la película como tal, probablemente una de las más raras e interesantes hechas por Fassbinder, aunque no me tomen mucho en cuenta ahora, miren que este párrafo se caracteriza por sus efectismos y ganchos publicitarios baratos. Pero de que es buena, lo es.


  Un pastor alemán clama que la virgen lo visita y le dice que inicie una revuelta contra las autoridades religiosas y políticas. A partir de este hecho, Fassbinder mezclará ficción con realidad, tiempo pasado con presente, para reflexionar sobre la naturaleza de la revolución y todos esos temas peliagudos, por lo que si son unos sabelotodos, es probable que acaben muy pero que muy ofendidos ante la compleja y profunda curiosidad discursiva de Fassbinder.


  Puede que "Niklashauser fart" sea de las más extrañas piezas fílmicas hechas por Fassbinder, pero decir la más interesante sería tan inútil como banal dado que su filmografía está plagada de interesantísimas películas que deben tal condición a sus particularidades y singularidades. Pero sí, que sea extraña la hace terriblemente interesante y atractiva.
  Estaba investigando por ahí y me entero de que, efectivamente, en el s. XV hubo un pastor alemán que clamó ser visitado por la virgen, quien le ordenaba reunir otros pastores y personas desamparadas para iniciar revueltas en contra de las autoridades, totalmente despreocupadas de la población y los pobres. Lo primero que causa extrañeza es esa mezcla de tiempos y lugares: para empezar, el personaje de Fassbiner se viste con jeans y chaqueta de cuero, al igual que muchos otros personajes, mientras que el pastor y los otros pertenecientes a su tiempo, visten prendas acordes a la fecha representada; el punto es que todos, sin importar de dónde provengan, interactúan sin mayor problema, puesto que sus conflictos y luchas, al fin y al cabo, trascienden fechas temporales determinadas: la lucha siempre será la misma. ¿Qué tiene que ver un pastor alemán con las Panteras Negras, en qué se podrían relacionar sus luchas? Precisamente en eso: en la intención y práctica revolucionaria que éstos emprenden... A partir de la historia del pastor alemán, Fassbinder entrelaza los principios de aquél con los principios de movimientos más recientes y funde todo en una pulsión generalizada, perteneciente a la misma familia, y que responde a los mismos intereses y sueños: poner fin al autoritarismo de figuras políticas, económicas, religiosas, etc., que oprimen y roban la libertad de las personas comunes y corrientes, del proletariado. Es interesante porque el camino del pastor alemán fassbinderiano, que lucha contra la burguesía de su tiempo, se ve influido por ideas de izquierda que surgieron varios siglos después. Lo aún más interesante es que Fassbinder, fiel a su espíritu contestatario e inconformista, no hace una apología de ningún movimiento, o al menos no del todo: sí valora, digamos, lo bello de sus ideales de igualdad y libertad, de que se busque el fin de las injusticias; de hecho, al inicio del film, Fassbinder (encarnando un papel que no se especifica en el curso del relato) y otros personajes responden preguntas esenciales de la revolución (no sin su cuota de ironía), como a quién ayuda, quién la necesita, quién la pone en práctica, etc., no cuestionando sus valores como sus métodos, finalmente igual de contradictorios y fallidos (en cuanto a resultados) que el brutal y violento sistema capitalista contra el que luchan, aunque las bases morales de cada uno sean del todo opuestas (por eso, ténganlo claro, Fassbinder jamás admite una victoria para la burguesía, claramente una clase a la que desprecia en todas sus dimensiones). El mismo Fassbinder es el que más dialoga y discute con el pastor alemán, haciéndole ver la ingenuidad con que planea vencer a un sistema salvaje y aparentemente inmune, por lo demás demostrando su incapacidad argumentativa para enfrentar el problema (ergo, ¿cómo hacerlo en la práctica?), un mal que el director observaba en su tiempo al igual que nosotros en el nuestro. Me ha gustado que, aparte de que sea el mismo Fassbinder el que entre en argumentos, sus intervenciones sean tan calmas, pacientes y parsimoniosas, como si entregara toda su comprensión a estos personajes sumidos en la lucha, si bien su escepticismo es notorio; de hecho, al final Fassbinder se despide con una críptica y fascinante sentencia (que parafraseo a la rápida): "luego de su fracaso, aprendieron de sus errores y se fueron a vivir a las montañas. Tras dos años, la revolución triunfó". ¿Qué puede significar esto?, ¿que la verdadera revolución se encuentra en la completa libertad, encontrada al apartarse del corrupto sistema que sistemáticamente la niega y aniquila? Podría contravenir la crítica hacia la individualidad, pero ¿quién dice que uno se debe ir solo a las montañas? Y esas montañas... ¿son una metáfora? Bueno, supongo que uno debe decidir eso ¿no?
  De esta forma, "Niklashauser fart" es una conceptual y exigente pieza fílmica que funciona tanto como una narración más o menos convencional de ficción (el hombre contra una fuerza mayor) así como un ensayo filmado y relativamente experimental en el que Fassbinder nos va dejando fascinantes y complejas reflexiones. Nuevamente veremos una cámara escurridiza que en una sola toma captura la escena completa (hay planos secuencia que ya querría para sí el pedante e idiota de Alejandro González... quizás las plagie en el futuro), haciendo su propio montaje frente a nuestros ojos, "sin cortes". En fin, Fassbinder es un genio de la forma y el fondo, y aunque a los revolucionarios de facebook les moleste los planteamientos del director alemán (que, siendo honestos, se pasaría por el trasero a estos "genios" que ni siquiera han leído a sus filósofos de cabecera, lo que sí ha hecho nuestro admirado cineasta), lo cierto es que "Niklashauser fart" es una propuesta atrevida, coherente e inteligente. Me ha gustado mucho su intención y su energía, y estoy seguro que gente con más conocimientos que yo sobre los temas tratados quedará más encantada con el resultado (y miren que me ha gustado un montón). Ups, ya es hora de irse a dormir...

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