Director: Erik Skjoldbjaerg
En un día que ya no recuerdo, me enteré de que "Insomnia", tercera película de Christopher Nolan, es un remake de un título noruego de igual nombre, y que es la opera prima de su director, Erik Skjoldbjaerg. Me dieron más ganas de ver la noruega que la gringa, además así puedo afirmar, desde ahora en adelante, que hay cine noruego en este blog, una vieja deuda cuyo no cumplimiento me carcomía como no se imaginan. Siempre pensé que iba a ser Erik Poppe, pero finalmente le ganó (no es que los dos estuviesen enterados de esto, claro) el otro Erik, y vaya uno a saber si hay más directores noruegos llamados Erik. De momento la cosa ha comenzado bien.
Lo primero que llama gratamente la atención es algo que de todas formas ya se esperaba un poco, esto es la frialdad con que está ejecutado el relato en tanto trama como puesta en escena, aunque frialdad puede sonar algo despectivo o desdeñoso, así que mejor señalemos que lo que más destaca es el inquietante y extrañamente calmado tempo de la imagen, el pausado ritmo de acontecimientos y el tono decididamente anticlimático con que se nos van relatando los acontecimientos, que tampoco siguen senderos ya vistos o demasiado rebuscados con tal de ser algo originales, distintos. Hay una elogiable intención de prescindir de todo efectismo visual y dramático, sin caer en secuencias burdamente frenéticas o surreales, apostando a que el mencionado tono sea un genuino retrato del progresivo deterioro psicológico del protagonista, un detective sueco (interpretado por Stellan Skarsgard) enviado a Noruega para resolver el asesinato de una chica de 17 años, turbado no sólo porque el sol no desaparece nunca, sino porque el rumbo del caso no sigue lo previamente calculado, convirtiendo su experiencia en algo altamente irregular y estresante; en realidad el caso no tiene nada de monótono y rutinario, que era la energía con que el protagonista enfrentaba este trabajo. He ahí una clave: las distancias cercenadas: al inicio, la investigación es puro trabajo, nada más que ello; con el correr del metraje, el protagonista se verá más involucrado en él, y el conflicto se volverá interesante y llamativamente personal... Ya no será el asesinato de una adolescente, sino la huida de... bueno, ya lo verán. Es decidor que al final la resolución de la trama sea lo de menos, en detrimento de la resolución de los conflictos internos: las responsabilidades, las culpas, las redenciones, etc., todo lo cual está debidamente retratado y deconstruido, y concluido con una paradójica y estimulante ambigüedad. De esta forma, sin ser obvio, el director acierta al construir una brumosa atmósfera que puede ser o no ser la representación de los conflictos internos del protagonista, de repente con el juicio nublado u obligado a mantener los ojos abiertos, etc., si bien de todas formas la extrañeza es un elemento constante y esencial pues es propio del paisaje, un personaje más a fin de cuentas, como del protagonista y el resto de secundarios. Es que la cotidianidad misma de estas locaciones parece estar imbuida del gélido ambiente que los rodea. Igual estas atmósferas tan sobrias y pausadas son pura personalidad local puesta en imágenes, por algo los imitadores de Kaurismäki (por poner un ejemplo) no le llegan ni a los talones al genio finlandés. De todas formas "Insomnia" es un efectivo y estimable thriller psicológico que prácticamente no tiene fallos, y que de inicio a fin atrae con su extraña serenidad y armonía, nada forzada y notoriamente cuidada: los méritos saltan a la vista. Por último, Stellan Skarsgard interpreta notablemente a un personaje que, a pesar de ser "el bueno", de todas formas resulta siniestro y amenazante, sobre todo por lo difuso de sus escrúpulos. ¿Recomendable película? Pues claro que sí, pura precisión y concisión.
Lo primero que llama gratamente la atención es algo que de todas formas ya se esperaba un poco, esto es la frialdad con que está ejecutado el relato en tanto trama como puesta en escena, aunque frialdad puede sonar algo despectivo o desdeñoso, así que mejor señalemos que lo que más destaca es el inquietante y extrañamente calmado tempo de la imagen, el pausado ritmo de acontecimientos y el tono decididamente anticlimático con que se nos van relatando los acontecimientos, que tampoco siguen senderos ya vistos o demasiado rebuscados con tal de ser algo originales, distintos. Hay una elogiable intención de prescindir de todo efectismo visual y dramático, sin caer en secuencias burdamente frenéticas o surreales, apostando a que el mencionado tono sea un genuino retrato del progresivo deterioro psicológico del protagonista, un detective sueco (interpretado por Stellan Skarsgard) enviado a Noruega para resolver el asesinato de una chica de 17 años, turbado no sólo porque el sol no desaparece nunca, sino porque el rumbo del caso no sigue lo previamente calculado, convirtiendo su experiencia en algo altamente irregular y estresante; en realidad el caso no tiene nada de monótono y rutinario, que era la energía con que el protagonista enfrentaba este trabajo. He ahí una clave: las distancias cercenadas: al inicio, la investigación es puro trabajo, nada más que ello; con el correr del metraje, el protagonista se verá más involucrado en él, y el conflicto se volverá interesante y llamativamente personal... Ya no será el asesinato de una adolescente, sino la huida de... bueno, ya lo verán. Es decidor que al final la resolución de la trama sea lo de menos, en detrimento de la resolución de los conflictos internos: las responsabilidades, las culpas, las redenciones, etc., todo lo cual está debidamente retratado y deconstruido, y concluido con una paradójica y estimulante ambigüedad. De esta forma, sin ser obvio, el director acierta al construir una brumosa atmósfera que puede ser o no ser la representación de los conflictos internos del protagonista, de repente con el juicio nublado u obligado a mantener los ojos abiertos, etc., si bien de todas formas la extrañeza es un elemento constante y esencial pues es propio del paisaje, un personaje más a fin de cuentas, como del protagonista y el resto de secundarios. Es que la cotidianidad misma de estas locaciones parece estar imbuida del gélido ambiente que los rodea. Igual estas atmósferas tan sobrias y pausadas son pura personalidad local puesta en imágenes, por algo los imitadores de Kaurismäki (por poner un ejemplo) no le llegan ni a los talones al genio finlandés. De todas formas "Insomnia" es un efectivo y estimable thriller psicológico que prácticamente no tiene fallos, y que de inicio a fin atrae con su extraña serenidad y armonía, nada forzada y notoriamente cuidada: los méritos saltan a la vista. Por último, Stellan Skarsgard interpreta notablemente a un personaje que, a pesar de ser "el bueno", de todas formas resulta siniestro y amenazante, sobre todo por lo difuso de sus escrúpulos. ¿Recomendable película? Pues claro que sí, pura precisión y concisión.
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