Director: Vojislav "Kokan" Rakonjac
El director que comentaré hoy y mañana no podía ser Marko Babac porque él sólo dirigió un largometraje, aunque participó en varios filmes como el de ayer, acompañado de otros dos sujetos. La contienda estaba entre Vojislav Rakonjac y Zivojin Pavlovic, y elegí al primero porque su nombre me gustaba más, tan simple como eso, si bien los dos directores me parecen la mar de interesantes, además de que Rakonjac fue el único que me convenció ayer con "Grad". Eso sí, hoy, de la mano de "Nemirni", no me ha convencido tanto, aunque su visionado ofrece apuntes rescatables y como el metraje es de sólo 70 minutos, no es que uno sienta que perdió mucho tiempo.
"Nemirni" es una película preocupada por la situación socio-política de su país, si bien el argumento no es directamente político ni nada similar, aunque la crítica social está presente sí o sí. Todo gira en torno a un accidente de tráfico nocturno del cual son responsables cuatro adolescentes que huyen del lugar, comenzando la danza de situaciones y personajes que transitan, conversan y buscan algo en la ciudad y las carreteras que la atraviesan. Unos policías, unos camioneros, una prostituta, músicos gitanos, adolescentes, millonarios sin pasión, padres preocupados, etc., van alternando escenas en donde se destapan algunos aspectos tales como el clasismo, la xenofobia o el racismo, la pobreza, la criminalidad, la corrupción, entre otras cosas. Al final los que pagan son los pobres y los desposeídos, la "basura" de la sociedad, mientras que los amigos de los círculos poderosos se protegen las espaldas y las fuerzas del orden acatan, indirectamente o no, los mandatos que caen de arriba. La visión de la película no es especialmente furiosa, más bien es resignada, desolada, pesimista: un estado de las cosas que no invita a la esperanza, que no será vencido... La imagen busca transmitir esa desolación existencial, ese vacío que puebla la vida de cada individuo y cada rincón de la ciudad.
"Nemirni" es una película que mejora a medida que corre el metraje, comenzando con un torpe y desordenado mosaico de personajes, narrativamente hilados de manera arbitraria y sin tono o atmósfera que los respalde y los una en un todo coherente (del accidente surgen sólo un par de personajes; el resto aparece así de la nada, bruscamente); sin embargo, cuando vamos entrando en tierra derecha, las distintas tramas se ordenan y conforman un conjunto realmente interesante, con buenos diálogos, buenos personajes y un fondo mucho más fluido y transparente, a la postre complejo, que genera esa necesaria sensación global de atmósfera, de que los distintos personajes y situaciones estén unidos por una línea o dirección común para todos y que no son pequeñas escenas intercambiables entre sí. No es que al final haya quedado maravillado, pero, por fin, las imágenes de Rakonjac ganaban materia y contenido, además de transmitir algo parecido a sentimientos, desolación: por fin me sentía atraído, casi cautivado. La escena final, por lejos, es lo mejor del film, mezclando con crudeza lo trágico e irónico de la injusticia social cometida. ¿A quién le importa una don nadie? Brutal, repugnante.
No obstante, que quede claro que "Nemirni" es irregular y poco eficiente en su ínfula existencial, si bien va progresivamente mejorando, en tanto prefiere centrarse en sus personajes y no demasiado en cierto "procedimiento" argumental (en realidad, el director tarda bastante en despegarse de ese banal y fútil intento de policial que apuntaba al inicio: todo era una excusa para mostrar instituciones y personajes, y pienso que pudo haber encontrado una mejor solución, un punto de origen más amplio). Con todo, el director consigue, aunque sea por unos pocos minutos, transmitir una cosmovisión creíble y, más importante, humana. Es una apuesta arriesgada pero ulteriormente vale la pena verla. De hecho su final es tan bueno que casi he olvidado lo cansino del primer tramo.
"Nemirni" es una película preocupada por la situación socio-política de su país, si bien el argumento no es directamente político ni nada similar, aunque la crítica social está presente sí o sí. Todo gira en torno a un accidente de tráfico nocturno del cual son responsables cuatro adolescentes que huyen del lugar, comenzando la danza de situaciones y personajes que transitan, conversan y buscan algo en la ciudad y las carreteras que la atraviesan. Unos policías, unos camioneros, una prostituta, músicos gitanos, adolescentes, millonarios sin pasión, padres preocupados, etc., van alternando escenas en donde se destapan algunos aspectos tales como el clasismo, la xenofobia o el racismo, la pobreza, la criminalidad, la corrupción, entre otras cosas. Al final los que pagan son los pobres y los desposeídos, la "basura" de la sociedad, mientras que los amigos de los círculos poderosos se protegen las espaldas y las fuerzas del orden acatan, indirectamente o no, los mandatos que caen de arriba. La visión de la película no es especialmente furiosa, más bien es resignada, desolada, pesimista: un estado de las cosas que no invita a la esperanza, que no será vencido... La imagen busca transmitir esa desolación existencial, ese vacío que puebla la vida de cada individuo y cada rincón de la ciudad.
"Nemirni" es una película que mejora a medida que corre el metraje, comenzando con un torpe y desordenado mosaico de personajes, narrativamente hilados de manera arbitraria y sin tono o atmósfera que los respalde y los una en un todo coherente (del accidente surgen sólo un par de personajes; el resto aparece así de la nada, bruscamente); sin embargo, cuando vamos entrando en tierra derecha, las distintas tramas se ordenan y conforman un conjunto realmente interesante, con buenos diálogos, buenos personajes y un fondo mucho más fluido y transparente, a la postre complejo, que genera esa necesaria sensación global de atmósfera, de que los distintos personajes y situaciones estén unidos por una línea o dirección común para todos y que no son pequeñas escenas intercambiables entre sí. No es que al final haya quedado maravillado, pero, por fin, las imágenes de Rakonjac ganaban materia y contenido, además de transmitir algo parecido a sentimientos, desolación: por fin me sentía atraído, casi cautivado. La escena final, por lejos, es lo mejor del film, mezclando con crudeza lo trágico e irónico de la injusticia social cometida. ¿A quién le importa una don nadie? Brutal, repugnante.
No obstante, que quede claro que "Nemirni" es irregular y poco eficiente en su ínfula existencial, si bien va progresivamente mejorando, en tanto prefiere centrarse en sus personajes y no demasiado en cierto "procedimiento" argumental (en realidad, el director tarda bastante en despegarse de ese banal y fútil intento de policial que apuntaba al inicio: todo era una excusa para mostrar instituciones y personajes, y pienso que pudo haber encontrado una mejor solución, un punto de origen más amplio). Con todo, el director consigue, aunque sea por unos pocos minutos, transmitir una cosmovisión creíble y, más importante, humana. Es una apuesta arriesgada pero ulteriormente vale la pena verla. De hecho su final es tan bueno que casi he olvidado lo cansino del primer tramo.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario
Vamos, dime algo, así no me vuelvo loco...