Director: Felix E. Feist
Creo que tenía algo interesante que contar, pero por desgracia ya lo he olvidado. Aún no me he ganado la lotería, pero eso no es novedad (ni útil tampoco). Lo que sí, hoy me compré tres pedazos de cómics que debían ser míos sí o sí, o al menos dos de ellos: primero, El color del aire, de Enki Bilal; segundo, Black Kiss, de Howard Chaykin; tercero, Nuke, la ciudad salvaje, de Gonzalo Oyanedel, que medio que me decepcionó porque lo suyo es pura estética y casi nada de historia, aunque tiene las bases (personajes, contexto, etc.) para una trama realmente buena. Como sea, mientras volvía a casa, relajado y feliz de la vida, me encontré una copia de "The devil thumbs a ride" tirada en el suelo, así que la recogí y la vi de inmediato una vez echado en mi camita. Ejem... Todo sobre el film de Felix E. Feist es mentira, pero sí es cierto que me la encontré de la nada mientras navegaba por internet, así que ¿qué importa si un detalle es verdadero o no?
"The devil thumbs a ride" dura apenas sesenta minutos: un relato preciso y conciso que no se queda corto ni que tampoco estira el chicle innecesaria e indignamente (como recomiendan los profesores de guión, auténticos genios). Curiosamente, a pesar de que tiene un relato dirigido con propiedad, que logra crear y sostener un dinámico ritmo de acontecimientos a la vez que un sólido y oscuro tempo de la imagen (la paranoia, la sensación de persecución, la urgencia de encontrar sombras y rincones aislados, la certeza de que en algún punto alguien apuntará un arma y abrirá fuego a quemarropa), el guión (del propio Feist), si bien no es inverosimil como conjunto, llama la atención por contener detalles poco convincentes, ejemplo: el film trata sobre un atracador de bancos que, justamente, roba un banco, se mete el dinero en los bolsillos y espera a que algún vehículo lo lleve a su destino, ya sea un bus o un buen samaritano que quiera hablar durante un par de horas. ¿Un atracador de bancos iría sin un sólido plan de escape?, ¿o es mejor dejarlo todo a la suerte? Quizás sea de esos atracadores de poca monta, perdedores que no conocen el arte de la planificación. En cualquier caso, más tarde también habrán otros detalles que llamen la atención por la manera en que los demás no advierten los trucos y mentiras del atracador, visiblemente desesperado pero ingenioso en las mentiras que se va inventando, pero también es cierto que la gente a veces es un poco ingenua y confiada. Pero uno no tarda en darse cuenta que lo importante no es cómo escapó o cómo hizo tal cosa o etcétera; lo importante no es lo argumental, en estricto rigor, sino la construcción de personajes y las dinámicas interpersonales que se van creando en una situación límite como ésta (de hecho ésto último está tan bien hecho que poco importan los "detalles" argumentales): lisa y llanamente, lo que importa es desarrollar un relato a caballo entre lo criminal y lo policial en donde el peso de la narración la lleven los personajes y sus principios morales, sus personalidades, estupendamente delimitados y construidos y aplicados como verdaderos agentes narrativos. Si parecen demasiado ingenuos o si el malo es un mentecato de pacotilla es intrascendente en una historia que, sin pretender ser demasiado compleja, es pura atmósfera noir bien hecha: sujetos violentos y despiadados, personas de bien caídas en una espiral de violencia, personas que se venden al mejor postor, destinos marcados a fuego, fatalidades inevitables... Además, Feist demuestra un impecable manejo de interiores (ya sea el auto o la casa a la que llegan a mitad de metraje), de tensión in crescendo y de ambigüedad moral. El tramo final me ha encantado, sobre todo por su carácter súbitamente agobiante. Por lo demás, contamos con excelentes personajes y un saludable sentido del humor que acompaña perfectamente al intenso noir que, insisto, Feist maneja la mar de bien. El noir es mucho más que una trama enrevesada o quirúrgica, eso ya lo he dicho montón de veces por acá: el noir se encuentra acá adentro. Impecable película, no se la vayan a perder...
"The devil thumbs a ride" dura apenas sesenta minutos: un relato preciso y conciso que no se queda corto ni que tampoco estira el chicle innecesaria e indignamente (como recomiendan los profesores de guión, auténticos genios). Curiosamente, a pesar de que tiene un relato dirigido con propiedad, que logra crear y sostener un dinámico ritmo de acontecimientos a la vez que un sólido y oscuro tempo de la imagen (la paranoia, la sensación de persecución, la urgencia de encontrar sombras y rincones aislados, la certeza de que en algún punto alguien apuntará un arma y abrirá fuego a quemarropa), el guión (del propio Feist), si bien no es inverosimil como conjunto, llama la atención por contener detalles poco convincentes, ejemplo: el film trata sobre un atracador de bancos que, justamente, roba un banco, se mete el dinero en los bolsillos y espera a que algún vehículo lo lleve a su destino, ya sea un bus o un buen samaritano que quiera hablar durante un par de horas. ¿Un atracador de bancos iría sin un sólido plan de escape?, ¿o es mejor dejarlo todo a la suerte? Quizás sea de esos atracadores de poca monta, perdedores que no conocen el arte de la planificación. En cualquier caso, más tarde también habrán otros detalles que llamen la atención por la manera en que los demás no advierten los trucos y mentiras del atracador, visiblemente desesperado pero ingenioso en las mentiras que se va inventando, pero también es cierto que la gente a veces es un poco ingenua y confiada. Pero uno no tarda en darse cuenta que lo importante no es cómo escapó o cómo hizo tal cosa o etcétera; lo importante no es lo argumental, en estricto rigor, sino la construcción de personajes y las dinámicas interpersonales que se van creando en una situación límite como ésta (de hecho ésto último está tan bien hecho que poco importan los "detalles" argumentales): lisa y llanamente, lo que importa es desarrollar un relato a caballo entre lo criminal y lo policial en donde el peso de la narración la lleven los personajes y sus principios morales, sus personalidades, estupendamente delimitados y construidos y aplicados como verdaderos agentes narrativos. Si parecen demasiado ingenuos o si el malo es un mentecato de pacotilla es intrascendente en una historia que, sin pretender ser demasiado compleja, es pura atmósfera noir bien hecha: sujetos violentos y despiadados, personas de bien caídas en una espiral de violencia, personas que se venden al mejor postor, destinos marcados a fuego, fatalidades inevitables... Además, Feist demuestra un impecable manejo de interiores (ya sea el auto o la casa a la que llegan a mitad de metraje), de tensión in crescendo y de ambigüedad moral. El tramo final me ha encantado, sobre todo por su carácter súbitamente agobiante. Por lo demás, contamos con excelentes personajes y un saludable sentido del humor que acompaña perfectamente al intenso noir que, insisto, Feist maneja la mar de bien. El noir es mucho más que una trama enrevesada o quirúrgica, eso ya lo he dicho montón de veces por acá: el noir se encuentra acá adentro. Impecable película, no se la vayan a perder...
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