domingo, 18 de diciembre de 2016

Falling Down - 1993


Director: Joel Schumacher

Uf, no recordaba lo brutalmente entretenida que fue la Era Attitude de la WWF (ahora WWE), pero me puse a ver viejas peleas y tramas, y les digo, me lo he pasado en grande (¿cómo no puede ser genial un programa llamado Raw is war? ¡Es una puta declaración de intenciones!). Claro, los momentos de decidido mal gusto y sexismo son más de los que se pueden contar, pero se agradece el atrevimiento y la incorrección política, en estos días confundida con discriminación e ignorancia. No soy ingenuo, sé que las peleas no son reales (aunque no son escasos los episodios en los que los luchadores se salen de sus casillas y golpean de verdad, o los innegables riesgos de las peleas con mesas, sillas y escaleras -¡gloriosas las peleas entre los Hardy Boyz, Edge & Christian y los Dudley Boys!-), pero es que lo que importaba era el espectáculo, y vaya espectáculo el que brindaban en esos días. No estoy al tanto de lo que pasa en estos días (creo que unos paletos que se hacen llamar la familia Wyatt están haciendo cosas raras), pero a veces doy una mirada y, lo lamento, me aburro soberanamente. ¿Qué falta? La actitud de la Era Attitude, por supuesto. De las pocas cosas que recuerdo de mi temprana infancia eran las peleas de la WWF que veía en la tele y las conversaciones en el colegio sobre Stone Cold, La Roca y los Hardy Boyz, por no mencionar cuando queríamos imitar a los relatores en español. ¿Les conté de esa vez en que hablé con Kelly Kelly por MSN Messenger? Ni yo lo podía creer, pero de alguna forma encontré su correo electrónico, la agregué, tomé aire y le escribí "hola", ¡y me respondió! Lo mejor vino cuando, sin que yo se lo pidiera, prendió su webcam y ahí estaba ella, amable y sonriente. Debía estar ocupada porque no hablamos más de cinco minutos y después ya no me atreví a hablarle para no molestarla (tendría sus amigos de verdad con quienes conversar), pero fue algo hermoso y digno de recordar. De quien me hice amigo por chat fue de una chica egipcia, pero esa es otra historia... Ay, qué recuerdos.


Creo que hace exactamente una semana comentábamos "Phone Booth", de Joel Schumacher. Mi intención era ver "Falling Down" inmediatamente después, pero el tiempo era escaso y, como siempre digo, cada película tiene su momento y hay que respetarlo. "Día de furia", que es el título latino, siempre la dan en la tele pero nunca pude pillarla desde el comienzo, extrañamente sólo desde la escena de la hamburguesería, cuando Michael Douglas se queja de esa exageradamente (pero efectiva en términos dramáticos y humorísticos) miserable y deprimente hamburguesa mientras sostiene una ametralladora en una mano. Es una de las tantas memorables escenas en las que Michael Douglas pierde sus cabales, y había que disfrutar su singular descenso a los infiernos desde el inicio, como corresponde. Por ejemplo, no tenía idea del excelente personaje de Robert Duvall, perfecto contrapeso dramático de Douglas. Lo cierto es que "Falling Down" es una gran película magníficamente dirigida por Joel Schumacher, de esos directores irregulares que, de vez en cuando, demuestran con creces que no son unos aberrantes domesticados y que pueden golpear la mesa, ya sea con un desaforado ejercicio de estilo (como "Phone Booth"), ya sea con una película tan inclasificable e indescriptible como "Falling Down". Digo inclasificable e indescriptible porque transita por tantos códigos narrativos y eleva un discurso tan coherente como despiadado, tan conciliador como políticamente incorrecto, que reducir la magnitud de su propuesta a un par de cuñas contagiosas es del todo inapropiado. Además la película se desenvuelve sin perder el control ni despeinarse, dando un curioso orden a esta caótica escalada de violencia. Sin embargo, lo que otorga particular fuerza a "Falling Down", lo que impide que esta película sea básicamente el relato de una anécdota ("un sujeto se enoja y punto"), es la excelente construcción y descripción de personajes, con un protagonista del que se sabe muy poco y a la vez mucho (manteniendo la ambigüedad moral de sus actos, por muy cuestionables que se vuelvan) y del que sólo vemos su continuo vaivén entre su furia y su abrumadora tristeza, su trágico sentido de la resignación... en serio, ¿su mirada es la de un frío asesino? De igual forma tenemos el gran personaje grandiosamente interpretado por Robert Duvall, quien también carga con el peso de la pérdida y de un apremiante sentido del deber (atrapar a este sujeto, justo en el día de su retiro de la policía), el cual se puede homologar al deseo de Michael Douglas de visitar a su hija en su cumpleaños en tanto ambos son anhelos que otorgan sentido a sus vidas pero que en apariencia son imposibles de cumplir, o al menos presentan un camino lleno de obstáculos, siendo el principal el estigma: Douglas, un sujeto violento (comprensible que alguien no lo quiera cerca de su hija); Duvall, un policía tomado por cobarde por sus mentecatos compañeros. Pero no es a la sociedad a quien enfrentan, es a ellos mismos. Contra viento y marea, contra viento y marea...
Pregunta inocente: ¿qué dirección habría tomado esta película si el director hubiese sido Spike Lee? Porque, quiéranlo o no, "Falling Down" es una película ideal para el Spike Lee bueno (el de "Do the right thing", "Inside Man", "25th Hour").
Como sea, qué más se puede decir de una tremenda película como "Falling Down". Disfrútenla en todo su esplendor, por favor.

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