lunes, 19 de diciembre de 2016

Looper - 2012


Director: Rian Johnson

Lo más gracioso es que hay un director italiano que se llama Roan Johnson, pero acá hablaremos de la tercera película de Rian Johnson, un simpático y solvente director estadounidense que comenzó con la notable "Brick", un noir enmarcado en un entorno juvenil-escolar, y que siguió con "The Brothers Bloom", estimable (aunque innecesariamente costosa) muestra de que Johnson es un sujeto que escribe unos guiones muy precisos y calculados, de esos que da gusto ver como encajan las piezas a la perfección (o eso dicen). El otro año se estrena el octavo episodio de la saga "Star Wars", escrito y dirigido por nuestro buen amigo Roan, digo Rian (perdón). "Looper" es una película que he visto dos veces ya, pero de repente me entraron tremendas ganas de verla nuevamente, y eso que, si bien me gusta y la disfruto, no soy precisamente un fanático de esta propuesta. Oh, de qué me quejo, si estamos ante entretenimiento de calidad e integridad.


Si vemos "Brick" entonces vemos a un director con una manera propia de escribir y dirigir, casi como una declaración de intenciones. Quizás no revolucionaria ni innovadora, pero capaz de aunar en una sola entidad su mirada refrescante y respetuosa de los viejos y férreos códigos narrativos provenientes de los géneros en que se inspiraba, dando como resultado una interesante atmósfera cínica y desencantada, realmente un hardboiled de tomo y lomo. "The Brothers Bloom" no la tengo fresca en la memoria, pero recuerdo la fuerte impresión de que Johnson se inclinaba y lo apostaba todo por una extrema solvencia de guión, incluso más que en la relativamente intrincada trama de "Brick", si bien hay una diferencia: lo complejo del guión de "Brick" obedecía a una lógica interior, diegética, a una oscuridad inherente que Johnson capturaba y expresaba tanto en su escritura como en su puesta en escena. "The Brothers Bloom" es de esas películas que, como tratan de estafadores cercanos al ilusionismo para acometer sus planes, deciden que su guión sea una especie de gran truco narrativo. Nada realmente malo en ello, pero es que, incluso si los personajes no son planos o estáticos, sí es patente la sensación de que éstos quedan en segundo plano, aunque quizás esa sea, justamente, la intención. Ya veremos mañana, no nos adelantemos...
Con respecto a "Looper", también presenta un guión intachable en donde todo ocurre de una manera fluida y precisa, con cada elemento resaltado por una razón que luego se explicita de manera más o menos evidente, dependiendo de la importancia del elemento resaltado. No hay grandes sorpresas, pero funciona y el relato avanza con paso decidido. Su mayor atractivo es la ingeniosa y bien llevada premisa: los viajes en el tiempo se inventaron, sólo que dentro de 30 años a partir de donde se sitúa la acción. Dicho descubrimiento, que de buenas a primeras debe ser un triunfo para la ciencia, rápidamente se hace ilegal y, como es usual, las organizaciones criminales se organizan para sacar provecho del nuevo invento: para deshacerse de los cuerpos de sus enemigos, los mandan al pasado para que unos asesinos a sueldo, denominados Loopers, se encarguen de ellos y así no queden huellas del asesinato ni en el futuro (o presente) ni en el pasado (o presente... depende del punto de vista). En realidad no vale la pena contar más, salvo que el conflicto es una persecución, una cacería atrapada en una especie de bucle temporal. "Looper" es entretenida, se cuenta bien y tiene buenas ideas, por lo demás encuentro que Joseph Gordon-Levitt se ve la mar de guapo maquillado para que se parezca a Bruce Willis (esas facciones duras y esos ojos verdes son de ensueño... las cejas son discutibles, lo admito), aunque me hubiese gustado ver algo más de riesgo por parte de Johnson, curioso híbrido de autor con personalidad y cineasta obediente de las convenciones, ya sea en su guión (construcción y retrato de personajes, utilización de códigos narrativos de género... ¿cuánto costaba hacer algo más hardboiled y violento, más negro?) como en su puesta en escena, todo lo cual cumple y es efectivo pero, llámenme exigente, también impersonal. Claro, un idiota no demostraría la habilidad y calidad de Johnson, pero éste tampoco deja su sello.
No obstante, hay que seguir confiando en el buen Rian, y a la espera de que termine su vínculo con "Star Wars" (o al menos que tenga unas vacaciones en las que pueda rodar algo más), acá estaremos esperando su siguiente película con ansias. Hay que tener fe.

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