domingo, 11 de diciembre de 2016

Phone Booth - 2002


Director: Joel Schumacher

"Phone Booth" siempre la daban en la tele cuando era chico pero nunca podía verla porque mis padres no me lo permitían, tanto por la hora (siempre pasadas las 22) como porque "era para mayores", escuetas palabras que encerraban un criterio dudoso y nunca transparente, pero bueno, ¿qué podía hacer un obediente y sumiso (por no decir cobarde) niño como yo? Alguna vez, probablemente, le di un vistazo a escondidas, y recuerdo que me gustaba y llamaba la atención lo insolente de los personajes (como las prostitutas), sobre todo cuando decían cosas como "masturbar" o aludían al desempeño sexual del policía, aunque lo que más me atraía era la sugerente y medianamente obscena voz del francotirador que mantiene prisionero al protagonista, características que se pueden aplicar a la película misma, admirablemente despreocupada y desenfadada. En fin, de todas formas nunca pude verla entera y, como estos días mi cabeza ha estado un poco ocupada, me dije que ya era hora de ver una película decidida y descaradamente frívola para sus cosas. Además, si bien su duración es, oficialmente, de 81 minutos, la acción como tal termina a los 75... una opción intensamente breve, ¿qué otra cosa podía elegir? ¿Ah?


Es conocida la historia de que el guionista de "Phone Booth", Larry Cohen (además director que cuenta con interesantísimas películas en su haber, las cuales prometo ver y comentar por acá algún día), allá por los sesenta le presentó al mismísimo Alfred Hitchcock una idea que le rondaba en la cabeza, una idea audaz: que toda la acción de la película transcurriera dentro de una cabina telefónica. A Hitchcock le gustó la idea, pero ninguno de los dos pudo construir un argumento que mantuviera coherente y convincentemente toda la acción dentro de la cabina a lo largo del metraje, por lo que finalmente la idea se guardó en el baúl de los recuerdos... hasta que al buen Larry Cohen, en los noventa, le llegó la idea del francotirador como antagonista que obligara al protagonista a permanecer en la cabina. Supongo que presentó la idea a otros peces gordos y esta vez el director interesado fue Joel Schumacher. "Phone Booth" se filmó en diez días (sumen dos o tres días más para grabar detalles y re-filmaciones) el año 2000. No se por qué tardaron tanto, pero el estreno iba a ser el 2002 hasta que en Washington hubo uno de esos tantos tiroteos masivos, justamente cometido por un francotirador, y como saben, la gente es muy sensible con estos temas y decidieron retrasar el estreno de esta película hasta el 2003, cuando la histeria se hubiese enfriado un poco. A la crítica le gustó, a la gente también... un final feliz, ¿no?
Del argumento de "Phone Booth" no hay mucho que decir, a saber: un impecable y entregado Colin Farrell es Stu, un arrogante publicista que vive gracias a las mentiras que le cuenta a los demás pero que un buen día se ve atrapado en una cabina telefónica porque la voz del otro lado le hace ver que, si no le obedece, morirá. A partir de este punto, la película es un desaforado y vibrante in crescendo en el que los problemas escalarán de un par de prostitutas enojadas hasta un montón de policías, mirones y acoso mediático que no hacen más que adornar la visceral batalla entre el francotirador y Farrell. Un relato adrenalínico, ágil, veloz, que fluye la mar de bien no sólo porque mantiene un constante ritmo de acontecimientos sino que también porque recurre a un tono decididamente jocoso, mala leche, incorrecto e incluso sórdido y ofensivo para retratar la estresante y extrema situación que pilla de sorpresa a casi todos los involucrados. Es una puta gozada, viejo. Es genial ver una película soez en donde importa una mierda la presencia de discursos conciliadores y conservadores. Tampoco creo que sea una declaración de intenciones o portavoz de una ácida crítica social, pero siempre se agradece cuando una película tiene el suficiente chipe libre como para hacer lo que le da la gana, incluso caer en un delicioso y siempre necesario mal gusto. Mal gusto del bueno, no del que aparenta "mala actitud" sino del que verdad molesta e incomoda a los correctitos en sus casas y oficinas. Vulgaridad con cerebro, frivolidad con intenciones.
Pero tampoco voy a exagerar, por favor. Lo cierto es que "Phone Booth" es endiabladamente entretenida con sus 80 minutos de groserías, indecencia y amoralidad. Un verdadero deleite.

4 comentarios:

  1. Mira que ha dado historias las cabinas cuando ya no quedan ninguna. Desde el cine negro a la road movie con aquellas llamadas en cabinas en mitad de la nada. Supermán tenía allí su armario. El temor a salir de ella en Los pájaros (1963), de Alfred Hitchcock. El temor a no poder salir de ella en La cabina (1972), de Antonio Mercero e interpretada magistralmente por el inolvidable José Luis López Vázquez y el temor, al mismo tiempo, de alejarse y de quedarse en ella en Última llamada (2002), de Brad Anderson. La serie británica Doctor Who de cuya cabina viaja a través del tiempo. Las cabinas de madera de color rojo de Londres hoy ya casi inexistentes y que tanto identificaba a la ciudad. Las cabinas de mi provincia donde solíamos llamar para hacer gamberradas y no podían identificarte. Las cabinas donde aquellas mujeres llamaban desesperadamente mientras el agua de la lluvia enturbiaba el exterior. En fin, que esta película que comentas me gustó mucho. Ahora con el móvil poco se puede hacer a no ser que leas la novela de Stephen King "Cell" donde la gente se vuelve zombi.

    Abrazos, amigo.

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    1. Me ha surgido un inusitado optimismo y estoy decidido a gastar el poco dinero que iré ganando en la mayor cantidad de libros (y cómics, por supuesto, que no son tan caros como pensaba) que pueda. Y como se viene navidad y mi cumpleaños, probablemente reciba sus buenos billetes de bienintencionadas personas.
      Me gusta como lucen las cabinas, sobre todo en las road movies y el cine negro, como si tuviesen una entidad especial. No sé si habré visto alguna cabina por acá, pero sí postes de teléfonos públicos, aunque hoy estén prácticamente todos muertos. El maldito celular ha arruinado muchas posibilidades narrativas del suspenso, con su maldita inmediatez y, para qué decir, sus cámaras y demás aplicaciones que hacen inviable hoy en día que el testigo de un crimen no pueda o avisar lo que sucede o probar que sucedió. En algún punto la ciencia ficción también se resentirá mucho por culpa de las nuevas tecnologías.
      Abrazos.

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  2. Esta peli a mí me parece estupenda. Siempre le doy un mérito a estas películas que se ruedan en un prácticamente un único lugar de rodaje, ya que considero que si están bien montadas me parecen mucho más imaginativas -y encima baratas- que el resto de películas. No sé si este tipo de género tiene algún tipo de nombre que lo defina (en novela negra suelen hablar de "novela de habitación cerrada" y en las series de "episodios embotellados"). El propio Hitchcock rodó en su momento la peli "Náufragos (Lifeboat)" que yo encuadraría en este género.

    Como dice Melmoth hubo un tiempo de cabinas, yo incluso tenía mis cabinas de la suerte, que eran mis preferidas, si quería hacer una llamada a alguna novia y que no escucharan mis padres (aunque siempre aparecía algún otro usuario que te cortaba el rollo porque se ponía impaciente por rondar alrededor de la cabina esperando que tu acabases de hablar).

    PD. Lo de que tus padres no te dejaban ver la peli ha sido un tiro a traición (eres uno poco más joven de lo que yo creía y eso a mí lamentablemente me hace más viejo.

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    1. ¿Tiro a traición de parte de ellos a mí o de parte mía que denoté mi juventud, jaja? Si es lo primero, bueno, estoy acostumbrado a que me caguen...
      Capaz que las cabinas se iban llenando de las energías de la gente, y algunas se empapaban de triunfos y éxito. Uno nunca sabe sobre eso, pero creer no está demás, digo yo.
      Es que el sólo hecho del espacio único otorga una sensación de urgencia, intensidad, claustrofobia que como base es un gran comienzo. Supongo que después varía de lo que quiere hacer cada director, pero la premisa es innegablemente promisoria. "Phone Booth" es genial. También se me viene a la mente "Bug", de William Friedkin, que ocurre todo en una habitación de motel. O "Tape", de Richard Linklater.
      Saludos.

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