Director: John Cassavetes
Ya era hora de traer al blog una película de John Cassavetes, y qué mejor que su opera prima, "Shadows", para hacerlo. Para agregar algo más, ¿vieron el trailer de la tercera temporada de "The Leftovers"? Se ve genial, y no tengo dudas de que, como mínimo, va a mantener la gloriosa y sublime calidad de la segunda temporada, así que sí, "The Leftovers" es una de las mejores series estadounidenses de la puta historia. Por una vez háganme caso y disfrutarán de una serie tan mágica como devastadora.
"Shadows" es de esas películas que podrían durar bastante más de lo que realmente duran y no habría problema con ello dado que el gran pilar fundamental que las sostiene, la materia prima inacabable, es la autenticidad en la mirada y en la puesta en escena, en el relato, en la construcción de personajes y tiempos y lugares, todo lo cual insufla de una particular e incombustible energía a esta suerte de crónica socio-cultural de tres hermanos afroamericanos a los que seguimos durante unos cuantos días de su vida, por lo que los ochenta minutos de metraje podrían ser perfectamente ciento cincuenta e, insisto, la película no perdería ni un ápice de calidad toda vez que lo que importa no es el argumento (de hecho no lo hay: es la vida de tres hermanos afroamericanos, dos hombres y una mujer, en la ciudad de New York) sino que la realidad capturada y expresada cinematográficamente, el microcosmos retratado con sus altos y bajos, sus luces y sombras, sus virtudes y sus fallos, la variada flora y fauna social a la que nos adentramos gracias a estos tres hermanos, un cantante en horas bajas que asume la responsabilidad de los otros dos, un trompetista de jazz pendenciero que no parece ir a ningún lugar, y una mujer hecha y derecha, de insobornable actitud, que por desgracia parece ser imán de sabandijas e indeseables. De esta forma, la amplia y certera mirada de Cassavetes rastrea y expone tanto problemáticas raciales, de género (vamos, los tres novios de la hermana son unos cabrones machistas) como socioeconómicos, mostrando la vida paradójicamente marginal a la vez que sofisticada de los protagonistas y su círculo cercano, de manera totalmente sutil e inteligente, no anteponiendo el discurso al relato sino que fundiendo fondo y forma natural, fluida e imperceptiblemente; en última instancia, Cassavetes simplemente nos muestra un estilo de vida, un estilo de ver las cosas y de hacer las cosas: nos sumerge en ello, nos empapa de ello. ¿Se necesitan grandes y elaborados argumentos o inspirados monólogos o grandilocuentes mecanismos formales para dar vida a un discurso y/o una historia? Cassavetes responde que sólo se necesita una cámara, unos cuantos personajes y un paisaje/escenario y el resto se escribe solo, se forma solo, y no, no cualquiera puede hacerlo en tanto no cualquiera puede desprenderse y desatarse de las reglas, imposiciones y cuanta tontería más: no por nada se dice que con Cassavetes comenzó el cine independiente -el verdadero, claro, no el espurio cine indie de ahora-.
"Shadows" es una gran película, una potente declaración de intenciones y, por supuesto, una maravilla del cine. Imprescindible.
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