Director: John Sturges
Estoy contento porque encontré todos los capítulos de "The Real World: Paris" y porque me los voy a ver todos toditos. ¿Y por qué esa temporada? Pues porque en ésta aparece por primera vez Chris CT Tamburello, uno de los mejores personajes que ha dado esta franquicia de "The Real World", "The Challenge" (un reality show de competencias físicas) y "Road Rules", que es como "The Real World", salvo que en éste caso las seis o siete personas no viven en una casa sino que van de un lugar a otro haciendo pruebas extremas. Aparte de que CT es indudablemente guapo, además es una bestia para competir, y prueba de ello es este duelo (todo un clásico ya) que tiene con otro competidor "fuerte", este otro contra el queso de Johnny Bananas o este ejemplo de su poderío físico (derribar así como así a dos sujetos de tamaños nada desdeñables no es poca cosa, ¿eh?). Oh, y qué decir de sus peleas... El tipo ha ido mejorando como persona en todo caso, de hecho hoy en día es alguien bastante maduro y tranquilo (considerando su temperamento), aunque ha ido engordando un poco. Ojalá gane la próxima temporada de "The Challenge", que se titula "XXX: Dirty 30". En todo caso siempre he pensado que para ser una bestia como CT no basta sólo con tener cuerpo y fuerza, ya saben, ser más grande y más fuerte, también hay que ser más malo (los enlaces hablan por sí solos). Como sea, "The Law and Jake Wade" es la cuarta y última película que comentaremos, por el momento, de John Sturges, y qué puedo decir, el saldo es absolutamente positivo.
Siendo ésta el cuarto western consecutivo de Sturges que comentamos, ya no hay mucho que agregar...
"The Law and Jake Wade" trata sobre el Jake Wade del título, interpretado con solvencia por Robert Taylor, correcto y respetado sheriff de un tranquilo pueblo de por ahí, quien, sin embargo, tiene un turbulento pasado escondido que retorna en forma de un Richard Widmark, a todas luces antiguo compañero de fechorías, que lo atrapa para así saldar cuentas pendientes y, además, encontrar el dinero que Jake Wade enterró en algún lugar luego del último trabajo que hicieron juntos. Así, Widmark y su pandilla se llevan a Jake Wade y su novia, esperando encontrar tan preciado botín.
En "The Law and Jake Wade" nuevamente podemos apreciar un carácter desmitificador de ciertas ideas, lazos o concepciones que no son tan absolutas o taxativas, ni tan heroicas o tan deleznables, sino que más bien sucias, lodosas, polvorientas: toda historia y toda persona guarda un pasado manchado de sangre, sudor y lágrimas, y no necesariamente derramados por un trabajo duro pero honrado. El (des)honor entre ladrones, la vida de bien como insuficiente cobertura moral, la ambigua relación de respeto y desprecio entre Jake Wade y Richard Widmark, esta última siendo el hilo conductor del relato y el pilar central del conflicto.
Además, ya en materia formal, hay que destacar la interpretación de Widmark, que luego de hacer de antihéroe atormentado por la falsedad de sus creencias, nos ofrece un villano rico en matices morales y psicológicos, pero, sobre todo, también elogiar la potente y férrea puesta en escena de Sturges, dotado de una mirada única, de una cámara siempre ubicada en el lugar perfecto (y en el momento ideal) y de un pulso narrativo firme y certero, tan calmo como tenso, tan distendido como notable en suspenso. Toda la parte que ocurre en el pueblo fantasma es magnífica, tanto por el ataque de los comanches como por el duelo final, tan sucio y desencantado como poético. John Sturges me parece un director sensacional, un narrador que va al grano pero que al mismo tiempo es capaz de explorar e indagar dentro de los insondables terrenos del alma de sus personajes (principales) y de la época, el tiempo y el lugar, en que transcurren sus historias, las cuales, ya si nos ponemos un poco más trascendentales, se caracterizan por tratar sobre la lucha de la razón o la sensatez contra la violencia y la crueldad de los hombres, aunque para qué reducir sus profundas historias a uno o dos motivos particulares (que incluso pueden ser considerados lugares comunes). Lo cierto es que sus historias son inmensas, incluso intemporales: nunca dejarán de dialogar con el espectador, nunca dejará de ofrecer interpretaciones y reflexiones (además de ser tremendamente entretenidas y disfrutables).
En fin, "The Law and Jake Wade" es una gran película, magníficamente escrita, dirigida y montada. Una verdadera delicia cinematográfica. ¡Ah!, y que no se me olvide decir que fue rodada en CinemaScope.
Y atentos, que todavía no se acaban los días de western, ¡yee-haw!
Siendo ésta el cuarto western consecutivo de Sturges que comentamos, ya no hay mucho que agregar...
"The Law and Jake Wade" trata sobre el Jake Wade del título, interpretado con solvencia por Robert Taylor, correcto y respetado sheriff de un tranquilo pueblo de por ahí, quien, sin embargo, tiene un turbulento pasado escondido que retorna en forma de un Richard Widmark, a todas luces antiguo compañero de fechorías, que lo atrapa para así saldar cuentas pendientes y, además, encontrar el dinero que Jake Wade enterró en algún lugar luego del último trabajo que hicieron juntos. Así, Widmark y su pandilla se llevan a Jake Wade y su novia, esperando encontrar tan preciado botín.
En "The Law and Jake Wade" nuevamente podemos apreciar un carácter desmitificador de ciertas ideas, lazos o concepciones que no son tan absolutas o taxativas, ni tan heroicas o tan deleznables, sino que más bien sucias, lodosas, polvorientas: toda historia y toda persona guarda un pasado manchado de sangre, sudor y lágrimas, y no necesariamente derramados por un trabajo duro pero honrado. El (des)honor entre ladrones, la vida de bien como insuficiente cobertura moral, la ambigua relación de respeto y desprecio entre Jake Wade y Richard Widmark, esta última siendo el hilo conductor del relato y el pilar central del conflicto.
Además, ya en materia formal, hay que destacar la interpretación de Widmark, que luego de hacer de antihéroe atormentado por la falsedad de sus creencias, nos ofrece un villano rico en matices morales y psicológicos, pero, sobre todo, también elogiar la potente y férrea puesta en escena de Sturges, dotado de una mirada única, de una cámara siempre ubicada en el lugar perfecto (y en el momento ideal) y de un pulso narrativo firme y certero, tan calmo como tenso, tan distendido como notable en suspenso. Toda la parte que ocurre en el pueblo fantasma es magnífica, tanto por el ataque de los comanches como por el duelo final, tan sucio y desencantado como poético. John Sturges me parece un director sensacional, un narrador que va al grano pero que al mismo tiempo es capaz de explorar e indagar dentro de los insondables terrenos del alma de sus personajes (principales) y de la época, el tiempo y el lugar, en que transcurren sus historias, las cuales, ya si nos ponemos un poco más trascendentales, se caracterizan por tratar sobre la lucha de la razón o la sensatez contra la violencia y la crueldad de los hombres, aunque para qué reducir sus profundas historias a uno o dos motivos particulares (que incluso pueden ser considerados lugares comunes). Lo cierto es que sus historias son inmensas, incluso intemporales: nunca dejarán de dialogar con el espectador, nunca dejará de ofrecer interpretaciones y reflexiones (además de ser tremendamente entretenidas y disfrutables).
En fin, "The Law and Jake Wade" es una gran película, magníficamente escrita, dirigida y montada. Una verdadera delicia cinematográfica. ¡Ah!, y que no se me olvide decir que fue rodada en CinemaScope.
Y atentos, que todavía no se acaban los días de western, ¡yee-haw!
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