miércoles, 27 de diciembre de 2017

RocknRolla - 2008


Director: Guy Ritchie

Hola. Qué tal, cómo va. ¿Todavía viendo películas de Guy Ritchie? Ugh... Bueno, hoy es mi cumpleaños, fue un buen día, tengo chocolate para comer durante dos semanas seguidas, lo cual me parece delicioso aunque el precio que tenga que pagar sea pasarme la mitad del tiempo en el baño intentando deshacerme de esos enormes mojones duros de matar que nacen cuando se come mucho cacao. Vale la pena. Le mando todas las buenas vibras y mis mejores deseos a todos aquellos que nacieron hoy antes que yo: Eliseo Subiela, Gaspar Noé, Gérard Depardieu, Michel Piccoli, ¡Marlene Dietrich!, Hayley Williams (la vocalista de Paramore), Chyna, Olivia Cooke (de "Bates Motel", la que andaba con el tanque de oxígeno para todos lados), Sydney Greenstreet (por qué no: me gustó su papel en "The Verdict", la opera prima de Don Siegel) e incluso Hera Hilmer, que parece ser la protagonista de "Mortal Engines", otra de esas películas que buscan extenderse en lucrativas franquicias cinematográficas. Un gran día para el cine, oigan.


Después de "Snatch" Guy Ritchie decidió dedicar su carrera como director a Madonna, con quien estaba casado en aquel entonces, encargándose de dirigir unos cuantos videoclips de la reina del pop (¿lo sigue siendo?) e incluso una película aparentemente hecha para intentar revitalizar su alicaída carrera como actriz (¿alguna vez no lo estuvo?), la cual acabó siendo un absoluto fracaso de crítica y publico. Después de eso Ritchie despertó, escribió y dirigió "Revolver", y luego nos trajo "RocknRolla" (su primera película rodada en digital: con razón la imagen se ve tan... estéril), ya al amparo de Warner Bros., que en apariencia era una vuelta a sus orígenes, es decir, a la comedia negra criminal de ritmo trepidante y alta estilización visual. Nuevamente contamos con un amplio reparto compuesto por nombres conocidos y otros en proyección, y la historia es más o menos la siguiente: Tom Wilkinson es un mafioso londinense que maneja todos los hilos de la ciudad, dueño de multitud de políticos, empresarios, policías y otros tantos criminales de todos los estratos. Lo acompaña Mark Strong, su mano derecha en chanchullos especializados en el mercado inmobiliario, que como bien saben, es uno de los sectores más corruptos que pueda haber. El nuevo negocio lo tiene con un magnate ruso, interpretado por Karel Roden, que quiere construir un imperio sin tener que soportar todos los trámites que le impone el sistema. Su contadora es Thandie Newton (la androide prostituta de "Westworld"), insaciable y despiadada femme fatale que no teme en robarle al jefe. Gerard Butler, Idris Elba y Tom Hardy (bueno ya, que Matt King también sea parte de la pandilla) son unos matones que se hacen llamar The Wild Bunch, la fuerza bruta que hace el trabajo sucio de la contadora. Oh, y por si fuera poco, un tal Johnny Quid (interpretado por un Toby Kebell que diez años después aún sigue siendo un nombre menor en la industria), rockero maldito con ínfulas de poeta e intelectual, roba la pintura favorita del ruso, desatando su ira y una oleada de violencia y represalias. Por lo demás, en dos o tres ocasiones tenemos el agrado de ver y oír a Gemma Arterton en los inicios de su carrera, cuando tenía 21 años, es decir tres menos de lo que yo tengo ahora.
"RocknRolla" es una película entretenida, sí, de ritmo trepidante y alta estilización visual, pero inevitablemente banal, anodina y olvidable, gracias a un guión cuyo entramado argumental es demasiado amplio (el que mucho abarca poco aprieta) y, peor aún, que pone más atención al sinnúmero de acciones, enredos y coincidencias, descuidando por completo la construcción de personajes, caracterizados por su escaso peso dramático (entran y salen sin que uno se preocupe o conmueva en lo más mínimo) y por su excesiva extravagancia, como si un poco de "carisma" (hablar fuerte, exagerada oratoria) pudiera suplir la total falta de personalidad y diseño moral, motivacional, etc. El argumento no hace más que ramificarse sin poder concretar nada, y yo no sé qué cosa nos quería contar el director, pues un momento estamos viendo la búsqueda del cuadro robado, luego vemos a los matones robando el dinero del ruso, luego vemos a Tom Wilkinson gritando a sus subalternos, luego vemos a Tom Hardy buscando al soplón del grupo, y luego llega el momento en que todo esto se junta en un inverosímil final que deja más cabos sueltos que respuestas a qué demonios acabamos de ver. Es lo que pasa cuando el director lo apuesta todo al ritmo y a la estilización, tan veloces y excesivas que no dejan tiempo para la construcción de una historia coherente con personajes coherentes y creíbles, quedando todo en un conjunto cuyas piezas encajan de forma forzada, mecánica y artificial. Yo lo único que veo en "RocknRolla" es a un montón de personajes que hacen y dicen cosas, muriendo algunos y otros quedando vivos, para luego llegar a los créditos finales. ¿Quién es el protagonista? ¿Será Gerard Butler y sus matones?, ¿será Mark Strong o el roquero interpretado por ese sujeto que aún sigue obteniendo papeles menores en grandes producciones? Como si importara...
Mucho ruido y pocas nueces: puro look y cero contenido: hueca por dentro y engañosa por fuera: "RocknRolla", de Guy Ritchie. Demonios, parece que "Lock, Stock and Two Smoking Barrels" sí fue todo un golpe de suerte. Ritchie no puede esperar ser original y sorprendente haciendo lo mismo por tercera e incluso cuarta vez, y no puede disfrazar la falta de ideas bajo un manto de vacuo y superfluo estilo. Supongo que de verdad le sienta bien dedicarse a dirigir blockbusters: recibir guiones (ideas) de alguien más que pueda dirigir de manera solvente y entretenida. Que no se salga de esa línea, por favor...

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