domingo, 11 de febrero de 2018

Ex Drummer - 2007


Director: Koen Mortier

Acá les comento una película que seguramente no conocían y que yo mismo no conocía hace seis años, cuando un amigo de la universidad que ahora sigue siendo amigo de la vida, me la recomendó. La vi una vez, luego otra y después otra. La vuelvo a ver de nuevo. La primera y la segunda vez no tenía blog; la tercera sí, pero no supe qué decir al respecto. Ahora sí lo sé, no sé por qué. "Ex Drummer" es la opera prima de Koen Mortier, una película belga hablada en flamenco (no suena muy diferente del neerlandés) y que toma lugar en Flandes, y que además está basada en la novela homónima de Herman Brusselmans, conocido y exitoso escritor de la región.


No diría que esta rareza sea transgresora, pero sí es decidida y orgullosamente procaz, impúdica, soez, grotesca, obscena, negra, extravagante, mugrosa, sucia y ofensiva, sumamente ofensiva, una maldita y suicida oda al mal gusto más hediondo e insalubre. La gracia es que en realidad no cuenta una historia como tal, sino que aprovecha su premisa argumental (también conocida como "excusa") para sumergirnos en este pozo de mierda, drogas, sexo y rock'n'roll.
La excusa es, entonces, la de un concurso de bandas, evento que es la excusa perfecta para que tres inadaptados, que también son unos perdedores sin futuro ni presente, se presenten en el lujoso departamento de un conocido escritor para convencerlo de que sea el baterista de su recién formada banda, y esta repentina e inusitada proposición, a la vez, es la excusa del escritor para adentrarse en lo que él denomina, con aquella oratoria suya propia de escritor egocéntrico y famoso, una espiral de estupidez, fealdad y miseria (entre otros epítetos poco amables y humildes), con el fin de conocer una realidad que le es totalmente desconocida a un privilegiado como él. A la banda, eso sí, no puede ingresar cualquier insecto, pues hay un pie forzado que debe respetarse a rajatabla: cada integrante debe tener algún tipo de discapacidad o deformidad. Así, el vocalista tiene un problema en el habla: sesea; el bajista tiene un brazo tullido; el otro guitarrista es medio sordo (y tiene un serio problema con las drogas); y nuestro protagonista, el famoso escritor, no sabe tocar la batería. La banda, ya conformada en su totalidad, es bautizada como The Feminists, porque, tal como dice el escritor (cerebro del nombre), "cuatro discapacitados son igual de inútiles que una puta feminista" (je, je, no se rían si no quieren, ji, ji, que los quemen en twitter o facebook, ja, ja). The Feminists sólo va a tocar una vez: en el festival de bandas.
Y eso es todo: mientras la banda ensaya, tocando covers como el Mongoloid de Devo, preparándose para el festival/concurso, se desarrolla lo que imagino que también propone Brusselmans en su libro: este ejercicio de crudeza estilizada sumida en las cloacas de la sociedad, en el alcantarillado de los barrios pudientes y acomodados. Porque, descontando las saludables pero a fin de cuentas banales excentricidades (por ejemplo, el calvo vocalista vive al revés en su departamento... como lo leen: al revés, y sólo en las cuatro o cinco escenas que ocurren en su departamento) y ciertamente viendo más allá de las siempre necesarias provocaciones (si algunos pobres imbéciles piensan que "Friends" es machista, homofóbica y clasista, uf, con ésta les dará un merecido ataque al corazón), y aunque tampoco esté diciendo que "Ex Drummer" sea una denuncia o un manifiesto social de compleja sustancia o contenido, lo cierto es que la película nos muestra personajes y realidades al borde del abismo, perdidos, condenados a vivir en el lodo y a ser juzgados por este escritor que es como un Dios bromista y cruel, turista de este infierno de degenerados (hay un bastardo monstruosamente bien dotado al que le gusta mostrar la envergadura de su verga... ba dum tss), seres amorales y agresores de todo tipo, que no tiene la más mínima intención de hacer algo por ellos salvo registrar sus vivencias en forma de literatura, pues qué mejor espectáculo para los de arriba que ver cómo los de abajo se matan entre ellos. Y así, entre medio de vergas gigantes y calvos que gustan de golpear mujeres hasta la muerte, llegamos a un sangriento, ultraviolento y orgiástico final, el cual, desde luego, no pienso develar de ninguna forma.
Eso sí, no quiero dejar pasar la oportunidad de mencionar otra escena que saca a relucir el particular sentido del humor del film, que es cuando la banda planea integrar a un nuevo miembro en reemplazo de otro, y el escritor le pregunta al postulante "entonces... aparte de ser un maricón de mierda... ¿qué otra discapacidad tienes?". Hay que aprender a disfrutar propuestas así de oscuras y temerarias, porque debajo de las provocaciones suelen esconderse propuestas que hablan de la naturaleza humana y de la decadencia social, y "Ex Drummer" no es menos en tal sentido: el suyo es un esquizoide y desquiciado retrato del infierno de la desesperanza de unos personajes que, por más enfermizos que sean, son el producto de un sistema podrido que es capaz de transformar a los hombres en animales perversos, inestables y rabiosos, que viven su extremismo a tope porque no conocen otra forma de vida y que no necesitan ser entendidos ni justificados, porque en cierta forma no existen: para muchos, simplemente son invisibles. Por eso, para algunos, la película puede parecer básica, monocorde e incluso gratuita: porque los personajes vistos bajo la lupa del cínico e insensible escritor están dominados por impulsos primarios y atávicos que tienen la sutileza y la profundidad de un interruptor de luz: pueden estar de lo más bien y ¡bam!, de repente las sombras se apoderan de todo. Por eso el contenido de la película no es ni puede ser complejo: porque no necesita serlo; si lo fuera, sería otro ejercicio porno miseria paternalista y condescendiente tipo Ken Loach (el mal Ken Loach; no niego que tenga buenas películas en su filmografía).
No me centraré en las probablemente dudosas cualidades cinematográficas de "Ex Drummer" (se nota que bebe mucho de películas como "Trainspotting" y "Requiem for a Dream"), pero soy incapaz de negar que Koen Mortier hizo una película arriesgada y que, con sus altos y bajos, es una tremebunda propuesta que, de inicio a fin, no deja de machacarte el cerebro, abofetearte la cara y patearte las bolas con su altamente estilizada puesta en escena, su actitud insobornable y su nada desdeñable crítica social. "Ex Drummer" es un festival de riffs agresivos, vómitos, ahogados gritos de furia y desesperación, y muchos ingredientes que espero puedan degustar por sí mismos. Ñam ñam.
¿Me pueden creer que esta película está enterita, y con subtítulos en español, en YouTube en este preciso enlace?
...¿qué excusa tienen ustedes?...

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