Director: David Miller
De David Miller por acá ya vimos "Billy the Kid" pero debo admitir, confesar y reconocer que no recuerdo para nada esa película. Al menos sé con seguridad que "Lonely Are the Brave" no será de esas películas que a uno se le olvidan.
"Lonely Are the Brave", estamos de acuerdo, habla de un tiempo que ya no existe como tal, a lo más personificado en el protagonista, interpretado maravillosamente por un Kirk Douglas que lo deja todo en este rol (por películas como ésta el tipo es una leyenda aún viviente), rol que es puro corazón y vísceras, pero para mí, y para muchos claramente, "Lonely Are the Brave" es una película sobre, tal como dijo el mismo Douglas, lo difícil que es ser un individuo en estos días (cualquier maldito día, tiempo, era), sobre esos valientes que se atreven no ya a nadar a contracorriente, sino que a vivir y a ser, a ser desde lo más hondo del interior, de un modo completamente incomprendido e inubicable en los domesticados engranajes de la sociedad, siendo capaces de llegar hasta las últimas consecuencias para defender ese pedazo de libertad que guardan en su espíritu, último refugio en un mundo lleno de cercos, fronteras y limitaciones. Jack Burns, el protagonista, es un cowboy como salido de esas viejas películas del oeste, pero Jack Burns vive en otro tiempo, en tiempos en donde ya no basta con construirse una casita al lado de un río y pasar el resto de la vida cultivando la tierra, a su ritmo y a su filosofía: su historia se sitúa en los cincuenta, en donde la gente ya no viaja en caballos, en donde la gente necesita un montón de cosas (títulos, seguros, hipotecas, etc.) para sentirse en plenitud, en donde el desarrollo no ha disminuido las carencias de antes (pareciera que no ha hecho más que aumentar las necesidades básicas). Jack Burns, un hombre que sólo se necesita a sí mismo y su libertad, aunque cueste, aunque duela...
La trama nos cuenta el intento de Jack Burns por rescatar a su amigo de la cárcel, lo que también ayudaría a la esposa de éste, interpretada también maravillosamente por Gena Rowlands (todos los actores acá ofrecen soberbias actuaciones, y aquellas escenas entre Rowlands y Douglas son oro puro, dinamita emocional), de quien el mismo protagonista está enamorado. Su triste y trágica rebeldía hará que un sheriff, interpretado por Walter Matthau (curioso y atractivo personaje el suyo, lleno de matices y ambigüedades, y sin embargo dueño de una profunda integridad moral), lo persiga sin descanso y casi sin ganas luego de haber ridiculizado las orgullosas fronteras impuestas por autoridades e instituciones. Un vaquero indomable que se niega a ser domado y domesticado, un héroe silencioso que no está dispuesto a doblegarse y que tiene el valor necesario para, también, alejarse de aquello que ama. Es la tragedia de su condición, de su condición de vagabundo (el vaquero moderno, el vaquero de cemento), inexorablemente devorado por su destino, devorado por la noche... La noche devora al vagabundo...
Por lo demás, "Lonely Are the Brave" cuenta con un potente guión de Dalton Trumbo, una preciosa banda sonora compuesta por Jerry Goldsmith y la bella, sensible puesta en escena de David Miller (el mismo inicio ya es un ejemplo de narración visual), quien dota a cada imagen un halo de despedida, un preludio al adiós, una profunda tristeza imposible de explicar (y que sólo se entiende al ver los ojos, la honda mirada de su protagonista).
Definitivamente, nunca olvidaré al Jack Burns de Kirk Douglas. Ojalá tuviera su fuerza y espíritu.
Gran película.
"Lonely Are the Brave", estamos de acuerdo, habla de un tiempo que ya no existe como tal, a lo más personificado en el protagonista, interpretado maravillosamente por un Kirk Douglas que lo deja todo en este rol (por películas como ésta el tipo es una leyenda aún viviente), rol que es puro corazón y vísceras, pero para mí, y para muchos claramente, "Lonely Are the Brave" es una película sobre, tal como dijo el mismo Douglas, lo difícil que es ser un individuo en estos días (cualquier maldito día, tiempo, era), sobre esos valientes que se atreven no ya a nadar a contracorriente, sino que a vivir y a ser, a ser desde lo más hondo del interior, de un modo completamente incomprendido e inubicable en los domesticados engranajes de la sociedad, siendo capaces de llegar hasta las últimas consecuencias para defender ese pedazo de libertad que guardan en su espíritu, último refugio en un mundo lleno de cercos, fronteras y limitaciones. Jack Burns, el protagonista, es un cowboy como salido de esas viejas películas del oeste, pero Jack Burns vive en otro tiempo, en tiempos en donde ya no basta con construirse una casita al lado de un río y pasar el resto de la vida cultivando la tierra, a su ritmo y a su filosofía: su historia se sitúa en los cincuenta, en donde la gente ya no viaja en caballos, en donde la gente necesita un montón de cosas (títulos, seguros, hipotecas, etc.) para sentirse en plenitud, en donde el desarrollo no ha disminuido las carencias de antes (pareciera que no ha hecho más que aumentar las necesidades básicas). Jack Burns, un hombre que sólo se necesita a sí mismo y su libertad, aunque cueste, aunque duela...
La trama nos cuenta el intento de Jack Burns por rescatar a su amigo de la cárcel, lo que también ayudaría a la esposa de éste, interpretada también maravillosamente por Gena Rowlands (todos los actores acá ofrecen soberbias actuaciones, y aquellas escenas entre Rowlands y Douglas son oro puro, dinamita emocional), de quien el mismo protagonista está enamorado. Su triste y trágica rebeldía hará que un sheriff, interpretado por Walter Matthau (curioso y atractivo personaje el suyo, lleno de matices y ambigüedades, y sin embargo dueño de una profunda integridad moral), lo persiga sin descanso y casi sin ganas luego de haber ridiculizado las orgullosas fronteras impuestas por autoridades e instituciones. Un vaquero indomable que se niega a ser domado y domesticado, un héroe silencioso que no está dispuesto a doblegarse y que tiene el valor necesario para, también, alejarse de aquello que ama. Es la tragedia de su condición, de su condición de vagabundo (el vaquero moderno, el vaquero de cemento), inexorablemente devorado por su destino, devorado por la noche... La noche devora al vagabundo...
Por lo demás, "Lonely Are the Brave" cuenta con un potente guión de Dalton Trumbo, una preciosa banda sonora compuesta por Jerry Goldsmith y la bella, sensible puesta en escena de David Miller (el mismo inicio ya es un ejemplo de narración visual), quien dota a cada imagen un halo de despedida, un preludio al adiós, una profunda tristeza imposible de explicar (y que sólo se entiende al ver los ojos, la honda mirada de su protagonista).
Definitivamente, nunca olvidaré al Jack Burns de Kirk Douglas. Ojalá tuviera su fuerza y espíritu.
Gran película.
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