miércoles, 5 de septiembre de 2018

Laitakaupungin valot - 2006


Director: Aki Kaurismäki


Ya había visto esta película años atrás y la iba a comentar pero en ese entonces no se me ocurrió qué cosa decir, a veces pasaba, varias películas se han quedado sin comentarios por repentinas faltas de inspiración (o mejor dicho: concentración). Ahora ya no hay vuelta atrás, por lo demás me parece que tengo las ideas algo más claras, al menos para comentar algo medianamente decente.
"Luces al atardecer". Me gusta esta película. Es una historia revestida de un cine negro oscuro, sombrío y fatalista, cargado de cinismo, pero lo que la hace más interesante todavía es su cuasi literaria disección (certera, gélida, seca, cortante, como el filo de un puñal) moral y psicológica de sus personajes, que en todo caso actúan casi por puro instinto urbano y materialista, complejidad simple, entablando relaciones marcadas por la explotación y el abuso, tal como le encantaría a un desencantado y furioso Fassbinder. El protagonista de esta historia es Koistinen, un guardia de seguridad gris y solitario (además de guapo), cuyos principios morales jamás puede poner en práctica, ya sea por abulia o pusilanimidad, ya sea porque la vida en la ciudad es más fuerte que él y a veces un vil y vulgar puñetazo puede acallar cualquier ansia de justicia, que un buen día se enamora de la mujer que se le acerca en una cafetería. No es una historia de amor; al contrario, a partir de este punto lo único que le depara al pobre sujeto es una espiral, trágica y decadente, de derrotas y castigos que se suceden de manera implacable e inclemente, y que él resiste sin que nosotros tengamos muy claro el porqué, y he ahí el acierto, pues su fría actitud podría ser debilidad o férreo estoicismo; su "complicidad" con su propia caída podría ser un curioso sentido de lealtad hacia la mujer o un absoluto desprecio por cuanto lo rodea; su aparente sumisión podría ser abismal nihilismo o una rebuscada forma de rebeldía ante lo establecido, porque en el fondo, el acierto, como digo, es centrarse en el sinsentido de la derrota, en el sinsentido y la repugnancia detrás de la derrota de tantos desfavorecidos de la sociedad, quienes, como en el caso del protagonista, nada malo ha hecho, y sin embargo ahí los ven, la sociedad ensañándose con ellos: la degradación total a la que se ven sometidas las personas bajo este sistema de explotadores y explotados.
En cualquier caso, este sujeto, pateado y apaleado como un perro por las personas y las instituciones, ahí se queda, con sus principios aún firmes (aunque cueste creerlo) no obstante su ¿decidida? impotencia. Hay que concederle que no se rinde y que está dispuesto a empezar de nuevo, ¿pero cómo hacerlo si los hijos de putas son dueños de todo, hasta del destino de los pobres fracasados soñadores y tontos sentimentales? Así les pasa a los individuos. La gran tragedia contemporánea es ser un maldito individuo.
"Luces al atardecer", cine negro existencialista, mucho más profundo y complejo de lo que aparenta. Complejo y profundo no en un sentido de oratoria conceptual y escritural, sino que en la frontal y transparente forma de plasmar en imágenes pensamientos y sensaciones que arden con furia dentro del bueno de Kaurismäki. Claramente, si le preguntas al director sobre esto te dirá algo como "bah, mis películas no tienen importancia y tampoco dicen mucho", pero en sus relatos y en su ejecución formal pueden rastrearse las constantes preocupaciones, intereses e inquietudes que Kaurismäki manifiesta en esas mismas entrevistas, en donde habla menos de sus películas que de las cosas (la realidad, las personas, las ciudades, los políticos, la política, etc.) que lo inspiran a diario. Y, en este sentido, "Luces al atardecer" es otra muestra de la admirable coherencia, temática y estética y cinematográfica, que el director ha venido construyendo desde hace décadas, aunque dicha coherencia sea tachada por él mismo como "falta de talento"...

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