lunes, 8 de octubre de 2018

Solyaris - 1972


Director: Andrei Tarkovsky


Dos o tres cosas.
"Solaris" es una película absolutamente fascinante.
Es una película no sólo deslumbrante, técnicamente exquisita, sino que también magnética, hipnótica, dueña de una imagen tan estilizada como poética, de una imagen que fluye, que se funde con las que siguen y las que le preceden, de una imagen que te transporta, que te sume en un trance, que te absorbe. Son casi tres horas de duración que se pasan volando, uno no entiende cómo, pero es así, es como un sueño, o pesadilla a veces, una experiencia puramente fílmica. Cuando aparece (cuando se materializa) la esposa por primera vez te quedas con los pelos de punta, la piel de gallina, es a la vez sensual y estremecedor, lo rápido que uno abraza sus fantasías y locuras. Es tremendo. Y cuando llega el momento de ingravidez, o la escena del cuadro... poesía fílmica pura... Qué maldito genio.
También es una película de profundas reflexiones, compleja pero a la vez sencilla en como se plantean las cosas. Un sujeto debe viajar a una estación espacial ubicada en Solaris (un planeta o algo así) para evaluar a sus tripulantes y la misión que llevan a cabo, y decidir si es efectivo y necesario continuar con ello. La estación espacial se ubica sobre un océano que en sí mismo es una suerte de entidad extraterrestre inteligente, pensante, que se relaciona de interesantes maneras con los seres humanos, que comienzan a experimentar singulares y desconcertantes cambios. En la estación aparecen personas, personas que es imposible que estén ahí, ya sea porque es altamente improbable que cualquier mortal aparezca de repente en el espacio exterior o porque esas personas visitantes en realidad están muertas, como la esposa de nuestro protagonista. No es misterio alguno que el océano, que Solaris, es quien materializa estas personas desde los recuerdos y las memorias de los tripulantes, lo importante es el desarrollo, lo que hacen éstos ante esos recuerdos vivientes y las cuestiones que surgen de sus cuasi fantasmagóricas presencias, porque ¿son seres humanos propiamente tal?, ¿son simples réplicas huecas, o el flujo de los días les desarrolla sea lo que entendamos por humanidad? ¿Cómo representar de forma tangible lo abstracto? Nuevamente, Tarkovsky desarrolla un fascinante y complejo estudio de personajes, de sus personalidades, psicologías, para reflexionar sobre la condición humana, su esencia (si es que existe) y sus límites, si el ser humano debe o no debe traspasar ciertos umbrales (de ciencia, de conciencia), por el riesgo de verse lenta y dolorosamente desintegrado en un mar de irresistencia, obstinación e incluso apatía, o encumbrado hacia otro estado quizás superior, pero ya inhumano para nuestros estándares e imposible para nuestros ideales; un juego de espejos de múltiples planos, perspectivas y posibilidades, abarcando, sin perderse ni enredarse, asuntos metafísicos, filosóficos y espirituales. Las posibilidades son infinitas. Todo a través de la relación entre el protagonista y su esposa, o la materialización de sus recuerdos de su esposa, que a lo mejor no es la esposa que alguna vez fue, pero es la esposa que tiene al frente y la esposa que comenzará a desarrollar su propia personalidad, sus propias maldiciones, su propia identidad y criterio. ¿Qué es, qué somos? ¿En qué nos convertiremos? Preguntas más desesperadas y desoladas de lo que suenan...
Tarkovsky nuevamente nos cuenta una historia sobre personajes entre atrapados y liberados por sus propios sueños, memorias, anhelos, arrepentimientos. ¿Se puede vivir en lo que no es? Su tramo final, digamos su epílogo, resulta extrañamente desolador y pesimista, aunque quizás esa fuera, en primera instancia, la salida más compasiva a mano. Pero no todo se sostiene, ciertamente no las realidades sustentadas en nuestros temblorosos mente y espíritu. Demonios, ¡tantas preguntas, tantos pensamientos, tantas sensaciones!
Tarkovsky te encanta (su cine es encantamiento, ensoñación) con sus imágenes, con su parsimoniosa sensibilidad estética... pero te demuele con sus preguntas, con sus silencios, con sus reflexiones...

...¿por qué me demoré tanto en ver Tarkovsky de una vez por todas?...

4 comentarios:

  1. Recuerdo esta película Agradezco esta reseña, que me hace recordarla.
    Es un interesante y complejo planteo, comparables a las ficciones escritas por Philip Dick. ¿Y que tal si la realidad que conocemos es una proyección?

    Hubo una remake.

    Saludos.

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    1. Remake de Soderbergh... Habrá que verlo alguna vez, pero cuando nos concentremos en su filmografía. No parecía muy necesario hacer un remake, pero hay que concederle el beneficio de la duda, al menos no creo que se haya dedicado a copiarle a Tarkovsky.
      Lamentablemente no he leído nada de él, pero sí, si uno se pone a pensar que la vida y la realidad es una proyección, maldita sea, es imposible no entender tanta y tan penetrante paranoia ¿no?, jaja. Las dudas no se acabarían nunca... En todo caso son temas muy interesantes de tratar y afrontar, y si tienes autores tan geniales a mano, naturalmente que sus respectivas obras no te soltarán con facilidad.
      Saludos.

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  2. Jajaja, también me había preguntado por qué no había reseñas de Tarkovsky (aunque no me había percatado de la que dedicaste a su mediometraje, que hasta entonces recordé que hizo). Para mí es el mejor cineasta de todos, ni más ni menos, y ahora que he estado leyendo tus exquisitas palabras se me antoja rever sus películas. ¿Te sentirías capaz de elegir tu favorita de entre todas alguna vez? Yo no.

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    1. Creo que se va cumpliendo eso de semana buena-semana mala-semana buena... Es bueno tomarse las cosas con calma, supongo, ojalá la próxima semana vayamos cerrando su filmografía, aunque siempre se puede soñar con un futuro de silencio y condiciones ideales para ver películas, si bien nada supera al primer visionado creo yo, pero para qué ponerse tan serio, je, je.
      Aunque no he visto todo, comparto eso, no podría elegir mi favorita suya. El primer impulso, claro, es "Zerkalo", siento que es una película tan humana y cercana, de piel, pero luego recuerdo "Solaris", todo lo que plantea, su puesta en escena, o después "Andrei Rublev", que parece un Tarkovsky menos melancólico y desgarrado pero sí más furioso, o arrollador, o lleno de energía, contando un potente tratado sobre el hombre y el artista dentro del mundo, contra el mundo, contra todos los malditos hijos de puta que lo pisotean. "La infancia de Iván" me gusta, es una excelente película, pero ahí sí que sé que no pelea por la punta...
      A propósito del corto largamente comentado, seguramente en aquel entonces salía con el rollo de "ahora espero comenzar a ver la filmografía de Tarkovsky", ¿y de cuándo es esa entrada?, ¿de hace tres años o más? Demonios, qué gran consistencia la mía. Ando con actitud bélica en todo caso, de aquí a fin de año quiero saldar deudas sí o sí, espero que la realidad me acompañe.
      Saludos.

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