Director: James Neilson
En realidad necesitaba refrescarme un poco así que rompamos los planes, veamos westerns, o lo que sea, ya veremos qué onda... O sea, si pudiera dormir bien otro gallo cantaría, o mejor que no canten los gallos porque los hijos de puta cantan al amanecer y despiertan a todo el barrio, que bueno que nadie tenga de esos pájaros en el barrio, pero tienen esos perros chillones que es peor, bueno, da lo mismo, ¿de qué estoy hablando?
Lo cierto es que "Night Passage" es la opera prima de James Neilson, director mayoritariamente de televisión que tuvo pocos títulos en cine, aunque definitivamente menos importantes y destacados que éste, que originalmente iba a ser dirigido por Anthony Mann (en otra colaboración con el gran James Stewart), que tristemente se fue porque no estuvo de acuerdo con el casting de Audie Murphy, pero felizmente James Neilson lo hizo bastante bien, más que bien, muy bienmente. Fuera de bromas dementes, "Night Passage" es toda una tremenda producción, producida por Aaron Rosenberg, productor de varias colaboraciones entre Mann y Stewart, y de ahí la lista de nombres sigue siendo notable: Dimitri Tiomkin compuso la banda sonora; Borden Chase se encargó del guión así como de varios otros buenos westerns que ya hemos comentado por acá; y ya ni hablar del reparto, encabezado por ese gigante actor que es Stewart, que puede embarcarse en cualquier proyecto y entregar una magnífica actuación, secundado por el bueno de Audie Murphy, y completado con Dan Duryea, buen y solvente actor que acá, eso sí, no le pilla la gracia, la excentricidad a su personaje, cayendo en la exageración y/o sobreactuación, nada tan grave tampoco, también vemos a Jack Elam, el perfecto intérprete de sinvergüenzas degenerados, o a Jay C. Flippen, cuyo rostro es imposible de no reconocer (aunque no recuerdo mucho los papeles en los que lo he visto, perdón), entre otros que quizás conozcan más que yo. Y, qué más puedo decir, "Night Passage" me pareció una excelente película, excelente western, una entretenida película sobre un acordeonista (Stewart), otrora trabajador del ferrocarril despedido en poco honrosas y sí muy injustas circunstancias, que vuelve a ser requerido por su antiguo jefe debido a que un bandido y su pandilla no deja de robar el tren que lleva el sueldo de los trabajadores, y como estos están hartos de trabajar sin recibir su justa paga, amenazando con paralizar las labores y mandarse a cambiar y que el patrón se meta sus traviesas por el culo, el gran jefe debe recurrir al hombre, a Stewart, el único que puede hacer frente a esa manga de delincuentes, entre los que se encuentra un tal Utica Kid (Murphy), con quien comparte un pasado más estrecho del que intuimos...
La película ofrece asaltos, preciosas escenas de acción sobre ese tren en movimiento, peleas en bar, persecuciones a caballo y asuntos pendientes aclarados a balazo limpio, todo con un buen sentido del humor y de la tensión, del ritmo y el tiempo, también del espacio, plantarse así con la cámara no es cosa sencilla y acá se ejecuta todo con mano firme y precisa, además ver a James Stewart tocando el acordeón es todo un placer, especialmente canciones tan bellas, y no se diga más, vean esta película, este western, excelente western, me ha gustado un montón y siento que puedo comenzar esta nueva semana con el ánimo recompuesto, qué bien es sentirse bien, qué hermosas son las películas y qué aburrida sería la vida sin ellas...
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