sábado, 21 de noviembre de 2020

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El Cine Arte Normandie vuelve a abrir y lo hace exhibiendo "La cordillera de los sueños" de Patricio Guzmán, lo cual es tentador pero, demonios, nada que hacer, no saldré a exponerme a este maldito covid. Pero vaya que es tentador. Muchas cosas son tentadoras, oh la tentación, la tentación. Por cierto me he comprado otros cuantos libros, nada tan extremo... aún. Soy un loco con el dinero, qué más hacer, si el dinero está para gastarlo. La locura depende de la cantidad de dinero: así con poco dinero: libros; si tuviera más, bastante más, crearía refugios animales para protegerlos de personas como ustedes, síp; si tuviera mucho dinero, pero muchísimo, además de las anteriores, le daría vida a ciertas ideas a 24 fotogramas por segundo, si me entienden.

Hoy hablaremos de Lucas Pope, el creador de Return of the Obra Dinn, ese maravilloso videojuego que comentamos hace un par de días. Hablaremos de sus videojuegos, en realidad. Dejaremos links.

Lucas Pope se caracteriza por videojuegos de corte experimental, tanto en lo narrativo-jugable como en lo visual. También es conocido y reconocido por su gran talento para la creación de mundos y de atmósferas, porque, en el fondo, también es bueno, maestro en crear problemas y conflictos con los que uno pueda empatizar o identificarse: crea grandes mundos para ponernos en los zapatos de la gente de a pie. Videojuegos movidos por la emoción y la moral, o al menos por la dudosa capacidad de la persona promedio en cumplirlas, respetarlas, porque no todo es un cúmulo de explosiones o rescates de rehenes o lo que sea, a veces los grandes daños y los grandes males se hacen en la banalidad de un escritorio o de un formulario. Y ahí estamos nosotros: ¿podemos cambiar algo, o para salvarnos, vamos con la corriente? Además tiene un buen gusto por lo absurdo y el fatalismo, pero desde una mirada irónica: estamos condenados, estamos condenados (como dirían las Corrosivas en esta canción), casi como si dijera que en realidad nuestras acciones de todas formas valen una mierda y no significan nada en el gran esquema de las cosas porque el destino es una mierda aún más grande, así que qué importa un tipo u otro tipo, ¿no? Pues bien, entremos en materia. Que conste que no hablaremos de todos sus juegos, pero casi todos. Además los pueden jugar dándole click.

The Republia Times. Una especie de precursor de lo que sería Papers, please, el juego que lanzó a la fama y al reconocimiento al bueno de Lucas Pope. Nosotros somos el editor del citado periódico, pero lo que tenemos que hacer es seguir las órdenes del gobierno (que recuerda a los regímenes soviéticos) y publicar cosas favorables para nuestros grandes líderes, que en realidad son una cúpula de bastardos antidemocráticos. Pero nosotros somos un editor, nuestra familia está en manos del régimen, debemos trabajar y ser obedientes ¿no? Entre medio aparece un grupo que quiere desestabilizar al gobierno y qué mejor que el poder de la prensa para liberar la mente de las personas (a menos que seas Chile y tengas una prensa vendida a los grandes empresarios fascistas y hediondos a mierda y endogamia ¡hijos de puta!), pero nosotros somos un editor con familia y todo eso, no podemos arriesgarnos, ¿cierto? Instalado el conflicto moral, la verdad es que también se hace muy divertido el armar la portada del periódico y elegir las noticias y el tamaño y todo eso. Es un juego más o menos corto, pero que ya daba cuenta de por dónde irían los tiros de Lucas Pope.

6 Degrees of Sabotage. No es que a los juegos de Pope les falte emociones fuertes o grandes impresiones o acontecimientos, porque en sus juegos vemos asesinatos, explosiones, monstruos, tiroteos, puñaladas, en fin... Es que el enfoque de Pope es distinto: es el de la observación, la deducción, la reflexión. No sólo nos instala en conflictos morales realistas para nosotros, que somos meras personas de a pie, sino que nos obliga a pensar y usar razonamientos lógicos y todo eso. En este juego hubo una explosión y una cámara de seguridad nos mostrará seis situaciones en donde un montón de personas van pasando, caminando, juntas o solas. ¿Cuál es la gracia? Deberemos observarlas, pues sabemos la identidad del primer y del quinto sospechoso, que son, respectivamente: el que tenía la bomba y que se la pasó a un segundo y éste a un tercero y así, y el quinto, el último, que colocó la bomba y boom. Deberemos identificar a los tres que faltan del circuito, y al final deberemos asesinarlos a todos así que no podremos equivocarnos, de lo contrario mataríamos inocentes. ¡Inocentes! Su mecánica adelanta un poco lo que sería parte de Return of the Obra Dinn, es decir, el de la identificación de personajes cuyos nombres y rostros no conocemos, y que a veces deberemos descubrir por asociación, a falta de pruebas directas en primer grado (por cierto, Obra Dinn también tiene el componente burocrático, pues si bien lo que nos captura es la trama que iremos descubriendo, el motor del juego es, básicamente, llenar el formulario con la causa de muerte de los sesenta tripulantes de ese barco fantasma, además de sus nombres, claro).

The Sea Has No Claim. Uno debe buscar gente caída en el mar usando dos herramientas. Para ser honestos, no entendí mucho la mecánica de juego y no pude resolver nada de nada. Al menos hasta ahora que les escribo esto, quizás a futuro me transforme en el campeón del juego, pero quién sabe. Por ahora, nada les puedo decir. Como no he profundizado en el juego, ignoro si bajo la excusa de buscar personas caídas en accidentes aéreos hay una suerte de argumento o trama (como en Obra Dinn, que vaya que vamos descubriendo terribles y maravillosas historias).

Unsolicited. El juego de la burocracia o la repetición por antonomasia. Pero demonios que es divertido y cautivante. Uno debe llenar formularios de cartas de distintas empresas, ya sean las que piden donaciones, las que mandan premios en concursos que la gente nunca participó, ofertas de crédito, de trabajo, etc., entre otras cosas. Uno debe llenar y mandar la mayor cantidad de cartas/formularios y satisfacer a todas las empresas que contratan tus servicios, que son varias a medida que avanza el juego. Habrá que esforzarse harto, como en todo trabajo, ejem.

Papers, please.  Somos el inspector de aduanas de Arstotzka, un país de estilo soviético que recién abrió sus fronteras, en medio de conflictos con otros países como Republia (¿les suena el nombre?), Imporia, Unión Federal, Kalochia, Obristán, Antegria. Uno deberá revisar pasaportes, documentos, permisos, tickets, toda una serie de mecanismos que irán complicándose a medida que aparecen grupos terroristas, que los líderes te presionan, que las cuentas te pasan factura (te pagan cinco créditos por persona atendida, y vives en un departamento clase 8 y vives con cuatro personas y tú eres el único sostén del hogar)... Hay sobornos, humillaciones, te pasan rifles, personas te piden que por favor las dejes pasar para poder ver a sus familiares, para no volver a sus países en donde los matarán, si pillas a alguien con un documento falsificado puedes simplemente negarle el pasaporte y dejarlo ir o, por otra parte, arrestarlo y que se los lleven los guardias... Todo desde nuestra cabina. ¿Y qué haremos nosotros? ¿Obedeceremos a nuestra patria, nos aprovecharemos de las ventajas de nuestra situación y sacar un dinerillo extra, colaboraremos con los terroristas, les mentiremos a nuestros líderes? Hay veinte finales distintos, todo dependiendo de nuestras acciones y también de los conflicos que se desenvuelven más allá de nuestra cabina (lo sabremos por el periódico, pero ¿el periódico de nuestra patria nos dice todo, nos dice la verdad? En efecto, un juego sobre la moral y sobre el mal en manos de una persona común y corriente, en apariencia con menos importancia que un gusano. Pero he ahí el poderío del conflicto: ¿qué son las grandes figuras carismáticas y las grandes banderas sin pequeñas personas que, de una forma u otra, se dejen ensombrecer y colaboren ya sea por miedo o dinero o lo que sea? Y, claro, es endiabladamente divertido ir descubriendo cómo se desenvuelve todo mientras nosotros, simplemente, denegamos o permitimos el paso de docenas de personas, con grandes o pequeños sueños e ideales.

Y luego vino Return of the Obra Dinn, del que ya hablamos y que supuso un salto aún más grande en la narrativa jugable de Lucas Pope, un verdadero genio de los videojuegos. Espero que se diviertan con los juegos listados. Saludos y... y... ¡gloria a Arstotzka!

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