Director: Ridley Scott
Sabemos que en esta vida no todo es perfecto, pero aún así intentamos alcanzar la llamada perfección, habiendo algunas cosas -de todo tipo y ámbito- que logran rozarla. Yo no soy la excepción a ello, y sin pretender que todos los posts que escribo sean perfectos, sí quiero que queden lo mejor posible, y que finalmente me dejen satisfecho conmigo mismo. Escribo esto en este post en particular primero porque "The Counselor" fue el primer post que escribí para este blog, y, releyendo los posts me di cuenta de que ese texto, junto con un par más, no me agradaban -obvio, cada uno es su peor crítico, como yo, aunque también conozco casos opuestos-. Por eso decidí reescribir el post de "The Counselor" -y en las próximas semanas vendrán las otras reescrituras, que son poquitas, de verdad-, quedando clarísimo que el primero se fue al cementerio de los posts.
Y esto no es tan sólo una reescritura, ya que tuve la agradable oportunidad de ver de nuevo este filme, con el que lo pasé genial en el primer visionado, y que en este segundo me sigue gustando notablemente. Por desgracia, este filme ha sido injustamente vapuleado e ignorado, pero qué se le va a hacer. Yo al menos quiero escribirles el porqué me gustó tanto este excelente filme que trata, entre otras cosas, sobre los problemas de creer tener algo perfectamente planeado, y que la naturaleza imperfecta de las cosas cambie el rumbo que queríamos.