viernes, 21 de febrero de 2014

Nebraska - 2013


Director: Alexander Payne

  Mejor actriz secundaria, mejor actor, mejor guión original, mejor fotografía, mejor director, mejor película. Todas esas son las nominaciones que Nebraska tiene de cara a los próximos premios Oscar del dos de Marzo. Y, de hecho, Nebraska era la última película que me faltaba por ver en cada una de dichas nominaciones. Era que no, también era la que más deseaba ver de las nueve nominadas a mejor película, y, si me apresuran, es, sin dudarlo, mi favorita, y cuenta con todo mi beneplácito para que ojalá se quedé con la estatuilla. Es que Nebraska es simplemente genial, un ejemplo de buen cine. Qué mierda. Es un ejemplo de gran cine.

  Nebraska es una road-movie en la cual vemos como Woody Grant -un magnífico Bruce Dern- cree que ganó un millón de dolares, aunque, lamentablemente, la carta que le dice que ganó no es más que una promoción de revistas. Pero nuestro viejo y terco Woody no toma en cuenta dichos factores, y está determinado a ir a Lincoln, Nebraska, a buscar su tan ansiado premio, iniciándose un viaje en el cual lo acompañará su hijo Davey -otra potente actuación de Will Forte-.


  Road-movies. Mis queridas road-movies. Una de las tantas cosas que me encantan de las road-movies es que tienen, como base central -y como podrán adivinar-, un viaje. Del campo profundo a la ciudad, de la ciudad al campo profundo, de la ciudad a la ciudad, o del campo profundo al campo profundo. Realmente no importa. Quiero decir, el punto de partida siempre es importante, al igual que el punto final. Procedencia y destino. Dos lugares importantes en la vida de  toda persona. De donde venimos, hacia donde vamos. Qué dejamos en el camino, qué nos espera adelante. Claro que son importantes, pero lo que realmente importa, lo que deja huella, marca, pensamientos es el viaje mismo. Como se ha dicho tantas veces, en el viaje, en la carretera, no hay ni pasado ni futuro. Sólo hay presente. Sólo estás tu, yo, el paisaje. El viaje es un estado crepuscular de resultados epifánicos, sinceros y en ocasiones insondables, como todo lo relacionado con el interior del ser humano.
  En este magistral filme vemos el viaje de Woody y Davey. Padre e hijo. De Montana a Nebraska. Ambos inician un perentorio y maravilloso viaje donde hay viejos recuerdos que retornan fugazmente, inefables acontecimientos que suceden, pero donde lo que importa, más allá de que el padre haya sido un alcohólico  o ahora parezca tener una incipiente demencia senil, o el hijo trabaje en una tienda de artículos tecnológicos, más allá de ese inexistente dinero ganado, es cada minuto que comparten el uno con el otro. Cada momento es una instancia donde estos personajes, inicialmente grises, intentan solazar sus vidas de aquellas cosas que los asfixian, disfrutando de los hermosos paisajes del oeste y medio-este de Estados Unidos, o de cualquier cosa que encuentren en el camino. Es una forma de recuperar para sus aletargadas vidas el color que alguna vez -quizás- tuvieron. Y no sólo recuperar el propio color, la propia vitalidad, ya que todo surge del gesto que tiene Davey para con su padre, siguiendo la fantasía en la que vive Woody, que no es un completo desconsiderado.
  Pasado, presente, futuro. ¡Qué importa el tiempo! Siempre va a haber, pero no para nosotros. Algunas cosas es bueno saldarlas antes de que sea demasiado tarde -incluso cuando realmente no sea demasiado tarde-.


  Junto con la maravillosa historia que se nos relata, este filme cuenta con tantos excelentes detalles que hacen de su visionado una gozada en su estado más puro. Como la vida misma, en este filme vemos momentos de extrema hilarancia, como aquella pequeña travesura que los hermanos Davey y Ross hacen más o menos pasada la hora de metraje, o cuando Davey busca la dentadura perdida de su padre -bromas iban, bromas venían, todas bastante simples, pero no por ello menos divertidas-, o cuando varios familiares se reúnen; también vemos a personajes realmente detestables, repugnantes rapaces que no se les cae la cara de vergüenza ni por lo que dicen ni por lo que hacen; y tenemos los momentos emotivos, momentos cuya mayor fortaleza es la sobriedad con la fueron tratadas. Silencios que en su magnitud contienen las abstrusas dimensiones de los sentimientos humanos.
  Si he de mencionar algunos de los mejores momentos, los que suceden en el bar reflejan la impía naturaleza socialmente aceptada en la que algunas personas pueden llegar a caer -bajo, muy, muy bajo-. Pero me quedo con los momentos donde la historia familiar se hace más presente que nunca, como cuando Davey visita el pequeño periódico de Hawthorne, o cuando los cuatro -padre y madre, los dos hijos- visitan la casa en la que Woody creció. Más silencios.
  Es imposible no conectar con los acontecimientos de este filme. Una historia sencilla pero potente.


  En cuanto a aspectos técnicos, comienzo con la sobria puesta en escena de Alexander Payne, que, como ya anoté anteriormente, es sencilla, apacible, y por lo mismo, completamente digna de admiración. Dicha puesta en escena está fotografiada, en un precioso blanco y negro, maravillosamente por Phedon Papamichael -que ya trabajó con Payne en las igualmente road-movies "The Descendants" y "Sideways", o para George Clooney en "The Idus of March" y en la reciente "The Monuments Men"-, de cuya labor no hay más que decir: magnífica (labor que pueden disfrutar con los hermosos encuadres que hay en las capturas de este post). El guión de Bob Nelson es igualmente magistral. Sencillo, con un excelente sentido del humor, pero de una profunda capacidad reflexiva. Las actuaciones son soberbias. Bruce Dern, Will Forte, June Squibb, Bob Odenkirk están a sus anchas en estos tremendos papeles.
*editado* (perdón, jaja): Se me olvidó mencionar la banda sonora. Como todo lo demás, es totalmente evocadora. Conmovedora, es el perfecto complemento a la imagen.


  Relacionado al blanco y negro, no tengo nada más que decir que fue una excelente elección. Conforme escribía el post, me di cuenta de que quizás, inicialmente el blanco y negro tuviera que ver con lo gris que es la vida de Davey o de Woody, y que con los minutos avanzando, iba apareciendo el color que, no obstante, es indiscernible a los ojos, pero no ante el alma.
  
  Como he dicho durante todo el post, estamos ante un maravilloso filme. Espero que se lleve la mayor cantidad de Oscares posible. Los dejo, luego del cuadro resumen que está abajo de estas mismas letras, con un festival de capturas que demuestran la maravillosa fotografía digna de reconocimiento. No se las pierdan, son realmente bellas.

------------------Nominados a Mejor Película y Mejor película de habla no inglesa--------------
(los que están en rosado son aquellos que tienen su post, y pueden hacer click para leer al respecto)


The Broken Circle Breakdown - Jagten - La Grande Bellezza - The Missing Picture - Omar

Otros nominados: Blue Jasmine (mejor actriz y actriz secundaria) - Prisoners (mejor fotografía) - Inside Llewyn Davis (mejor fotografía) - The Grandmaster (mejor fotografía) - August: Osage County (mejor actriz y actriz secundaria) - Before Midnight (mejor guión adaptado) -

No hay comentarios.:

Publicar un comentario

Vamos, dime algo, así no me vuelvo loco...