viernes, 21 de noviembre de 2014

Texas Killing Fields - 2011


Directora: Ami Canaan Mann

   Con sorpresa supe que anteayer era el día internacional del hombre. No tenía idea de tal hecho, tampoco un contacto que tengo en facebook, femenino, quien además de sorprendida andaba de muy buen humor: "jaja, ya no se les ocurre qué inventar" -retoqué un poco la ortografía, claro-. Luego busco en wikipedia y veo que dicho día se "celebra" desde hace unos quince años, aproximádamente... tal parece que no tiene tanta importancia mediática. No es que me importe, en todo caso. Éstas son discusiones eternas y sin solución alguna. Pero en fin, cambiemos de tema: "Texas Killing Fields" no es, como pensaba, la opera prima de la hija de Michael Mann, antes idolatrado por mí pero ahora nada más que bien apreciado -irregular filmografía la suya, pero con altísimos puntos altos-, sino la segunda que ha dirigido; un drama policíal, la resolución un homicidio, etc. Se nota que le falta tiempo y oficio a la hija de Michael Mann, pues "Texas Killing Fields" -producida por su padre- se resiente a medida que corre el metraje y poco a poco demuestra que, en el fondo -aunque ni tan al fondo-, es un sinsentido y un capricho. No es que sea malísima, quiero aclararlo, pero sigue faltando una verdadera mirada propia, de la cual carece la hija de Michael Mann, que a todo esto se llama Ami (Canaan). Y un honesto consejo: por favor, no confundir con Aimee Mann -quizás por eso está el Canaan al medio-.


  Se ha dicho: drama policíal, un homicidio que debe ser resuelto, una esfera de maldad que hay que romper. Brian y Mike son detectives, una chica sin nombre aparece muerta en algún lugar, incluso hay otra chica que desaparece... pero en otro condado en el cual trabaja Pam, ex de Mike. Además está Anne, un chica problema con una madre negligente que es, en cierta forma, apadrinada por Brian. Todos ellos, era que no, se ven envueltos en esta espiral de maldad y depravación.


  Danny Boyle iba a dirigir esta película, pero el hombre se echó para atrás debido a que la película era muy oscura. Ami Canaan Mann asumió el reto, quizás envalentonada por su padre, sumergiéndose en ese empantanado terreno que es la psiquis humana, o la psiquis redneck y su gusto por las jovencitas, psiquis redneck arraigada en esos vastos, lúgubres y siniestros campos que se extienden más allá de los terrenos de la ciudad. No por nada la película está inspirada en hechos reales: esos campos son un verdadero cementerio de inocentes jovencitas cuyos cuerpos son abandonados por ahí, en rincones alejados de la civilización y la moral. Hay documentales al respecto, y están en youtube. Pero estoy divagando. El punto es que esa base real que tiene la película, la que supuestamente le dota de insondable oscuridad e insoportable maldad, brilla por su ausencia o, al menos, se desaprovecha alevosamente: no estamos ante un denuncia -furiosa o timorata-, tampoco ante una alegoría ni mucho menos ante un reflejo de la cruda realidad, a pesar de que claramente esas eran las intenciones -¿cómo puedo notarlo? Por sus personajes, por sus acciones y palabras, y por los rumbos que toma la investigación: todo hacia esa fallida meta propuesta: transparentar y difundir una realidad, de seguro abandonada por los desinteresados altos mandos-. Aunque lo intenten, y aunque sea por momentos un correcto adornado, esa maldad se ve disminuida ante lo que durante casi todo el metraje queda mejor, o mejor dicho, más o menos "bien logrado": la investigación, el procedimiento, el misterio detrás del cadáver. Y tampoco se ilusionen mucho con esto, pues al momento de las resoluciones vemos que fallan dos elementos fundamentales: el guión de quien haya escrito la película, y la dirección de Ami Canaan Mann. A grandes rasgos, me temo que "Texas Killing Fields" hace aguas por todos lados: es una película fallida y terriblemente desaprovechada, pues con mejores manos y mentes detrás, quizás estaríamos ante una de las buenas películas de la década.


  Una película, si es que está bien hecha desde la narrativa, pero muy bien hecha, puede darse el lujazo de no tener ningún tipo de mirada sobre lo que relata. Para "Texas Killing Fields" no era necesario que el guionista o la directora plasmaran una mirada sobre los asesinatos que ocurren en Texas, pues a decir verdad, no se hace realmente imperioso que se nos deje claro la opinión al respecto; digo, si no están en contra de los asesinatos y el abandono en el que viven muchos de los habitantes de por ahí, ¿entonces qué dirán?, ¿harán uan apología al respecto? Claro que no. Es como con las películas de la esclavitud: obviamente estarás en contra y tu relato se encargará de dejarnos claro ello; lo importante es darle fuerza al relato, algo de lo que carece la presente pelicula. En este caso, la mirada se plantea de manera inherente al relato, con la clara intención de que éste hable por los responsables; pero como el segundo no funciona y se desmorona a medida que llegamos a la conclusión, pues lo primero sufre el mismo destino. Lo central acá, en esta entrada en la que explico el porqué "Texas Killing Fields" falla estrepitosamente y no me gusta, no es su falta de mirada, sino la debilidad de su relato, primer y prácticamente exclusivo síntoma de una falta de personalidad. Y ni siquiera la estética oscura y lluviosa dice mucho: ingrediente típico que unos pocos saben utilizar bien. Se nota que Ami Canaan Mann dirigió siguiendo un manual y que el guionista hizo lo mismo concerniente a la escritura...

  "Texas Killing Fields" se encasilla fácilmente en el procedimiento y el misterio, y no logra salir de ello. Hay falta de valentía, pues los elementos que mete al baile no están organizados ni conjugados en pos de la propia naturaleza de la película -si es que la tiene... Lo dudo-, sino que intentan amoldarse al drama policíal más convencional y normalito, dando como resultado una historia mal cohesionada, con muchos datos dispersos que no nos llevan a ningún lado, cuando claramente tenemos que llegar a algún punto en algún momento, pues si no en dónde mierda está la gracia, pregunto. La principal causa de esa dispersión de elementos y datos es el hecho de que el guionista no sabe qué resolver, qué merece más procedimiento, si el cadáver que se encuentra en el condado de los dos detectives principales, o el caso de la desaparición en el condado de la esposa de uno de los detectives principales: cada caso tiene sus pistas y sus implicancias y ciertamente algo que los une, pues uno no es tonto y lo nota del principio. El problema es que todo el entramado es antojadizo y no tiene una base argumental lo suficientemente sólida como para soportar todos los acontecimientos que luego acaecen, ilógicos y rozando el absurdo. Como consecuencia de ello tenemos dos líneas mal desarrolladas y peor resueltas que dividen el relato, lo disgregan y lo despedazan. Y ya ni hablar de las resoluciones, que no son más que salidas fáciles y rápidas que se tomaron para acabar con los entuertos, ya que no se les ocurrió nada mejor.

  En resumidas cuentas, "Texas Killing Fields" es un intento de policíal perturbador y oscuro que no tiene ni la suficiente maldad de fondo como para sustentar el relato, ni tampoco tiene las herramientas como para darle fuerza al relato mismo, pues los elementos utilizados -personajes sobre todo- son sosos, sin fuerza ni personalidad: puros clichés y lugares comunes que investigan o huyen o lo que sea: actúan convencionalmente, de acuerdo al arquetipo que pertenezcan -rednecks con gusto por jovencitas... claramente no podían faltar-. Por un momento todo se disfraza de correcto guión, correcto misterio y correcta atmósfera, pero finalmente vemos la verdadera cara y nos decepcionamos que todo lo grande que aparentaba ser fuera, en realidad, una pequeñez sin gracia ni actitud.
  Pero hay más -poquito-...


  En fin, no tengo muchas ganas de seguir hablando de esta película. No es tan, tan terrible como puede parecer, pero estos reproches se sienten y terminan molestando bastante -y eso que ni hablé de las pobres actuaciones-.
  Allá ustedes si la ven, pero no esperen una gran película; mejor sepan que estarán ante un compendio de pistas y situaciones unidas desordenadamente y por capricho, pues eso es "Texas Killing Fields": un capricho, fallido y débil. Alguien quiso hacer un policial oscuro e hizo lo primero que se le ocurrió: chicas muertas, rednecks medios locos, detectives distintos, nazis y negros, entorno tan vivo como muerto, etc.; hay que saber unificar todo esto y hay que tener talento para ello, o si no vean "True Detective", que tiene los mismos elementos y, he acá la diferencia, algo más: una mirada que trasciende lo obvio de lo inmediato.

Capturas oscuras

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