Han sido cinco días de paisajes abandonados sin dios ni ley: eternos desiertos, áridas llanuras y vastos valles en los que los respectivos personajes no hacen más que luchar por sus vidas, si es que nos ponemos muy generalizadores y algo facilones al momento de hablar; sobrevivencia, si somos algo más exactos. Ahora nos ubicamos en Canadá, en la ciudad de Woodheaven, refrescante lugar rodeado de bosques y ríos, pero igualmente sin dios ni ley que la resguarde. De "Wolf Creek 2" a "WolfCop" el salto se justifica por el Wolf del título y porque ambos responden al género del terror, aunque lo de la cinta australiana -muy buena- es más serio y profesional que la comedia sin sentido ni dignidad de esta basura canadiense, la cual da miedo a raíz de lo mala e insultante que es -y me quedo corto, me temo-; así que de terror, nada, aunque de seguro se preferiría llamar exploitation, miren que eso parece ser más cool. No me tomen por demente: ante estas propuestas uno no llega esperando una gran película sino algo divertido, pero cuando te toman el pelo de esta manera, tan descarada y desvergonzadamente, más encima por un sujeto sin nada de talento, pues entonces no sé qué mierda decir... de verdad, no alcanzo a dimensionar la magnitud de la ira que provoca el visionado de esta basura sangrante y maloliente. Y vuelvo a preguntarme, seriamente, ¿debería haber esperado un resultado final distinto? Soy un puto ingenuo de mierda, eso lo sé bien, y lo peor es que no cambiaré... no cambiaré nunca.
En ese pueblo de mierda llamado Woodheaven, un antro de corrupción y bajeza humana -otro más-, Lou es un policía alcohólico que no merece ser llamado un oficial de la ley y que malvive entre bares, la estación de policía y su pocilga de casa, a la que llega con alguna prostituta ocasional -o fémina que hace lo que quiere con su cuerpo-. Un día, algo raro pasa en los bosques, lo mandan a investigar, ¡y voilá! Se convierte en un hombre lobo. Porque por algo la película se llama "WolfCop", digo. Anyways, su conversión es el inicio de una ridícula trama que este policía lobo, era que no, debe resolver, justo cuando, miren ustedes, se acerca un eclipse.
No saqué capturas porque esto es una basura y no tenía la más mínima intención de dedicarle más tiempo de mi vida a esta deleznable sucesión de estupideces -a excepción de escribir esta entrada, cuya única intención es proteger la integridad de quienes se den el trabajo de leerla para así poder prevenir que se hagan un daño irreversible... y si lo hacen, habrán elegido mal, terrible, horrible-. Además, salvo algún chiripazo, visualmente "WolfCop" es un asco, equiparable a lo que un "estudiante de cine" hace en su primer año de universidad -y hay casos que superan con creces a esta bazofia-... y créanme eso, miren que he visto varios. Me llama la atención que haya gente con dinero que sea capaz de pensar que es buena idea tirarlo a la basura financiando mierdas como ésta, segunda película de un director que, por desgracia, seguirá en las andadas, pues al final de los 70 minutos de ¿película? se anuncia con bombos y platillos -como si alguien fuese capaz de sentir entusiasmo ante tan mala noticia- que se viene un "WolfCop II" este 2015 cada vez más cercano. Debería sentir vergüenza el Lowell Dean este, no sólo por terminar esta cosa sin alma ni vida, sino porque luego de robarnos nuestro tiempo, ¡se atreve a rodar una secuela! Yo le daría cárcel a este estafador, pero sabemos que en este mundo no hay justicia, y cuando la hay, el victimario se hace víctima y quienes salen perdiendo son los furiosos ciudadanos. ¿Es exagerada mi ira? Supongo que algunos dirán que sí, que soy un maldito hipster que prefiere películas turcas de tres horas que se cree demasiado inteligente para ver algo de explotación, pero déjenme decirles algo, desgraciados falaciosos, "WolfCop" no es una cinta de explotación, no es una película en lo absoluto, y no hay respeto por el espectador ni dignidad propia en ningún minuto de su escaso pero no por ello menos insufrible metraje. Respondiendo mi pregunta: No, no exagero en mi ira, pues no soy un maldito hipster -puedo disfrutar con todo tipo de propuestas, como el terror de "Wolf Creek", lo independiente de Hal Hartley o la grandilocuencia de Nolan- y la explotación no es la simple explotación, valga la redundancia, de uno o varios tópicos -como la violencia, el sexo, la violencia...-; se requiere de verdadera habilidad cinematográfica para que una idea alocada y absurda acabe siendo una película decente, disfrutable, y que respete su condición de cine y al espectador, que no es nada tonto -a menos que guste de "WolfCop"-. "Tráiganme la cabeza de la mujer metralleta" es una gran ejemplo de una excelente película de explotación, principalmente porque su director, Ernesto Díaz Espinoza, es un cinéfilo de tomo y lomo -lo sé porque he asistido a sus charlas, en las que el tipo se maneja a la perfección cuando habla de Hitchcock, Robert Rodríguez, el terror de la Hammer, los policiales setenteros italianos, el de artes marciales, la serie B e incluso Z- y sabe cómo construir una película de acuerdo a sus propias necesidades e identidad cinematográfica, dando como resultado una explotación que queda de maravillas. Pero lo que el deleznable señor Dean considera explotación no es nada más que un festival de violencia gratuita, desmembramientos varios y litros de sangre por doquier sin ningún tipo de sustento. De seguro el Dean este dice "hey, mi película ez de ezplotazión porque hay muzha zangre, un hombre lobo y otraz zorprezaz locaz que lez volará la cabesa... es lo mejor que he hezho" (sic). Desde luego, de todo esto se deduce que Lowell Dean no tiene cerebro y, por ende, carece de talento cinematográfico, o si no miren su película y sus síntomas: narrativa llena de clichés asquerosos -el guión es inverosímil y de no creer-, una dirección de actores que brilla por su ausencia -hay malos actores que actúan peor cuando son dirigidos por alguien como Dean-, y una estética de mierda -la ¿fotografía? y ¿banda sonora? son... uf... un asco- que desemboca en una secuencia final para el olvido, tan horrible y ridículamente mala -hay errores de montaje y continuidad que, por ejemplo, mi profesor de primer año no me los hubiera perdonado bajo ningún concepto- que le daría cáncer cerebral al mismo diablo. El anti-cine.
Viejo, no sé cómo mierda yo sigo vivo. Quizás prevenirlos de ver este disparate ridículo y mierdoso es mi misión divina en este mundo. En serio, no lo vean. Si alguien les recomienda "WolfCop", golpéenlo en la cara y huyan tan rápido como puedan; si va más allá y luego de recomendarles "WolfCop" les sugiere que la vean juntos, entonces déjenlo inconsciente, huyan de inmediato y llamen al FBI o algún mercenario con 100% de efectividad... no quieren a alguien así en este mundo. Y ojo, que no soy un hater de lo B, lo Z, lo exploitation -ya debería haber quedado claro, pero lo reafirmo para que no me miren feo-: odio cuando se insulta al espectador de esta manera -a mí, para serles completamente sincero-, y, peor aún -esto me convierte en un mono gigante furioso-, cuando se insulta al cine.
Las penas del infierno para este Lowell Dean y su "WolfCop". No hay perdón de dios... tampoco de mi parte, pues no perdono -sólo dios perdona-, aunque sí soy capaz de dar vuelta la página. Y en este caso, yo ya la di vuelta: "WolfCop" es de lo peor y, por lo mismo, completamente olvidable. No lleguen a verla, les hablo en serio. En lo que respecta a mí, me voy a hacer terapia.
Viejo, no sé cómo mierda yo sigo vivo. Quizás prevenirlos de ver este disparate ridículo y mierdoso es mi misión divina en este mundo. En serio, no lo vean. Si alguien les recomienda "WolfCop", golpéenlo en la cara y huyan tan rápido como puedan; si va más allá y luego de recomendarles "WolfCop" les sugiere que la vean juntos, entonces déjenlo inconsciente, huyan de inmediato y llamen al FBI o algún mercenario con 100% de efectividad... no quieren a alguien así en este mundo. Y ojo, que no soy un hater de lo B, lo Z, lo exploitation -ya debería haber quedado claro, pero lo reafirmo para que no me miren feo-: odio cuando se insulta al espectador de esta manera -a mí, para serles completamente sincero-, y, peor aún -esto me convierte en un mono gigante furioso-, cuando se insulta al cine.
Las penas del infierno para este Lowell Dean y su "WolfCop". No hay perdón de dios... tampoco de mi parte, pues no perdono -sólo dios perdona-, aunque sí soy capaz de dar vuelta la página. Y en este caso, yo ya la di vuelta: "WolfCop" es de lo peor y, por lo mismo, completamente olvidable. No lleguen a verla, les hablo en serio. En lo que respecta a mí, me voy a hacer terapia.
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Vamos, dime algo, así no me vuelvo loco...