sábado, 25 de abril de 2015

Red Hill - 2010


Director: Patrick Hughes

  La curiosidad mató al gato, dicen, y es por curiosidad, mera curiosidad, la razón que me hará ver determinadas películas a futuro. La retrospectiva de Maya Deren no ha acabado, pero está en pausa a la espera de que lleguen un par de piezas más; mientras tanto, hay que matar la curiosidad antes que la curiosidad te mate a ti -frase para el bronce-. ¿Y cómo lo hago? Con este título australiano, un país del que provienen muy buenas películas, que parecía prometer bastante. Por desgracia, y sin ser una mala película, debo decir que "Red Hill" queda al debe y no logra escapar de su corrección narrativa y convencionalismo cinematográfico. Para pasar un buen rato, lo que no es suficiente para quien quería un golpe o un tiro a la cabeza. No señor, no basta con el resultado final.


  Shane Cooper es un policía de la ciudad que por motivos personales solicita el traslado a un pequeño y aparentemente tranquilo pueblo llamado Red Hill. Desde luego, era que no, naturalmente, la cosa no será del todo tranquila, es más, el primer día será infernal.


  Ya lo decía cuando comentaba "Terribly Happy", película danesa que tenía un planteamiento similar, es decir, policía de ciudad trasladado a pequeño pueblo por la razón que sea: no importa si la premisa no es muy original, lo que importa es el agregado especial que le da un toque único y distintivo a la película. En "Terribly Happy" el agregado es la relación psicológica y subyacente del protagonista con su nuevo pueblo, conflicto interno que explota en formato físico todas las desconfianzas y rarezas costumbristas de manera más que contundente y directa; por otra parte, en "Red Hill" dicho agregado es que ésta se desarrolla a lo largo del primer día de Shane Cooper en su nueva estación, dando la impresión de que todo va a suceder de sopetón y sin que nos lo esperemos. Y en cierta forma, es así, pues la película tiene un muy buen arranque, con este nuevo policía acostumbrándose más o menos bien a la geografía humana de la zona, mientras se anuncia que una tormenta llegará esa misma noche -clara metáfora de los conflictos posteriores-, además de otro par de hechos aparentemente sin explicación lógica -animales destripados...-. Eso está bien, más aún cuando el peligro es inminente y uno no sabe qué esperar exactamente. Pero de este punto en adelante, la película comienza a decaer tanto en su construcción narrativa como en la forma en que el director dirige y resuelve las escenas, los conflictos y la tensión. Eso sí, hay que aclarar que hay notables momentos, como el de la pantera -inesperado y con una atmósfera que no se siente ni anterior ni posteriormente-, pero lamentablemente se cuentan con los dedos de una mano.
  Decae en tanto construcción narrativa pues una vez que el conflicto explota, la dinámica y mecánica del mismo es repetitiva y a la larga un poco cansina, pues ver disparos y huidas y muertes y todas esas cosas, una y otra vez, progresivamente hace que el impacto se pierda por completo. Una vez que el desarrollo ya no da más de sí llegamos a un clímax que, aunque bien hecho y resuelto, no pega lo suficientemente fuerte, sobre todo porque se nutre de una verdad escondida cuya revelación no le insufla poder dramático al momento -y porque peca de cliché, algo que contraviene el interesante punto de partida "original"-.
Sin embargo, el peor mal de la película es que el director no toma buenas decisiones que refuercen las pocas virtudes e incluso aprovechen los potenciales escondidos. Enumeraré los aspectos a reprochar:
-Privilegiar la acción pura y dura por sobre la tensión psicológica: Primero que todo, en esta película no hay tensión psicológica, simplemente una amenaza que se anuncia y luego toma forma y después encuentra resistencia armada en el pueblo. Disparos por allá, disparos por acá, sangre de por medio y mucha muerte esparcida en las calles y montañas de "Red Hill". Eso es todo -además, claro, de la débil verdad escondida-. Shane Cooper es, simplemente, una pieza más que cae en este juego de infelices casualidades... digo, por ser el protagonista tiene un rol importante y eventualmente crucial en el devenir de los hechos, pero a lo que me refiero es que eso no es suficiente, pues no dejan de ser disparos locos. "Terribly Happy" tenía un componente psicológico usado de manera magistral, en sus mejores momentos alcanzando cotas insoportables de asfixia y suspenso; "Red Hill" es, repito, disparos que se responden con más disparos y más disparos..., que no logran atraerte y atraparte en la situación. A grandes rasgos, uno queda indiferente.
-Perder la sólida sensación de peligro inicial: Si en el punto anterior reprocho lo que pudo ser y no fue, acá hago algo similar pero con un elemento que efectivamente tuvo lugar, aunque haya sido por no muchos minutos, y que decae, como todo, una vez que la amenaza se materializa y comienza a hacer de las suyas. La sólida sensación de peligro inicial te desorientaba y descolocaba, el desconocimiento era la principal virtud de la película, virtud representada en Shane Cooper. Pero el director deja de lado la exclusividad de Cooper para mostrarnos cada muerte y cada tiroteo, entregándonos toda la información posible, no dejando nada a la imaginación ni el suspenso... Hubiera sido mejor sugerir la violencia salvaje sin despegarse nunca del protagonista, quien caminaría en las vacías y silenciosas, eventualmente sangrientas calles del pueblo, y nosotros sin saber quiénes son los caídos y dónde se sigue desarrollando la masacre. Saber todo es contraproducente y contraviene la atmósfera inicial.
-Aunque los personajes sean comunes y corrientes, algunos pobremente dibujados, se agradece que la amenaza tenga matices en su personalidad y se le apliquen mutaciones a lo largo del desarrollo, desembocando en un proceso más que interesante. Por desgracia, la trama general no le hace justicia a tan carismático personaje.
  En pocas palabras, "Red Hill" es una película tremendamente desaprovechada, aunque no iría tan lejos para decir fallida. Pero con el potencial inicial, vaya que decepciona mientras se desarrolla. Lo peor es que debajo de todo, de esa capa de rudeza no hay más que un relato conservador y desbordante corrección moral. Patrick Hughes luego hizo "The expendables 3", así que las piezas van, digamos, encajando, ¿no?

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