Director: Don Siegel
Hoy en la mañana terminé de leer Los hombres oscuros, la primera novela de Nicomedes Guzmán, y permítanme decirles que me pareció un libro maravilloso y su lectura, inspiradora. Todo cortesía de la biblioteca de mi abuelo. Me leería con gusto La sangre y la esperanza, que es su segunda novela, pero, por desgracia, mi abuelo sólo tiene el tomo dos pero no el uno, y ¿quién demonios edita un libro en dos partes cuando originalmente se publicó como uno solo? En cualquier caso, ahora voy a empezar con El río, la novela autobiográfica de Alfredo Gómez Morel, de la cual, póstumamente, se han publicado continuaciones llamadas La ciudad y El mundo, y se dice por ahí que hay más continuaciones inéditas. Ahora, hablando de cine, ¡volvemos a la filmografía de Don Siegel! Retomamos la senda con "Crime in the Streets".
"Crime in the Streets" es un potente drama cuyo tema central es la delincuencia juvenil, tópico que abordaron numerosas películas en aquellos años, partiendo por "Rebelde sin causa" y pasando por otras menos conocidas como "The Delinquents", la excelente opera prima de Robert Altman, o "The Young Savages", de John Frankenheimer, entre otras tantas cuyos nombres se me escapan porque no las he visto (la de Frankenheimer tampoco, pero me sonaba). Ya Michael Curtiz había dirigido, a finales de los treinta, la gran "Angels with Dirty Faces", filme de temática similar que también se acercaba a propuestas como "Little Caesar", "The Public Enemy" o "Scarface", las cuales pretendían quitarle glamour a la figura del gángster y demostrar que la vida dedicada al crimen no paga.
El presente filme nos cuenta la historia de Frankie Dane, interpretado de manera soberbia y descarnada por el gran John Cassavetes (en uno de sus primeros roles en el cine), un pendenciero y problemático adolescente, líder de una pandilla callejera que gusta de acechar jovencitas, golpear a otros subnormales como ellos y básicamente despreciar a todo adulto ubicado en un radio de un kilómetro a la redonda, al que se le mete entre ceja y ceja la idea de matar a un adulto que le dio una bofetada (y que previamente había logrado que un policía apresara a uno de los matones). Si bien está claro que la película guarda un fondo moralizador (lo cual no es algo malo de por sí), el tratamiento otorgado tanto por el guión como por la puesta en escena de Siegel evitan los lugares comunes discursivos y argumentales, centrándose menos en la crítica u observación social que en el estudio de personajes, de carne y hueso, y de realidades precarias, sufridas y trágicas, de vecindarios sucios y pobres en donde vive gente sin futuro, condenados a una existencia de privaciones y humillaciones.
Siegel ofrece un retrato crudo y su narración es, como ya es sabido, precisa y concisa, directa al grano pero también sutil al momento de crear y potenciar tensión y atmósfera, que en su punto álgido se vuelven asfixiantes: mientras más se acerca el asesinato planeado, mientras más oscuro parece ponerse todo, más a fondo observamos la conflictiva y vulnerable personalidad del protagonista, más se desnuda su alma.
No señor, "Crime in the Streets" es mucho más que una historia de pandilleros o una lección socio-moral: es una historia de humanismo.
Gran película.
El presente filme nos cuenta la historia de Frankie Dane, interpretado de manera soberbia y descarnada por el gran John Cassavetes (en uno de sus primeros roles en el cine), un pendenciero y problemático adolescente, líder de una pandilla callejera que gusta de acechar jovencitas, golpear a otros subnormales como ellos y básicamente despreciar a todo adulto ubicado en un radio de un kilómetro a la redonda, al que se le mete entre ceja y ceja la idea de matar a un adulto que le dio una bofetada (y que previamente había logrado que un policía apresara a uno de los matones). Si bien está claro que la película guarda un fondo moralizador (lo cual no es algo malo de por sí), el tratamiento otorgado tanto por el guión como por la puesta en escena de Siegel evitan los lugares comunes discursivos y argumentales, centrándose menos en la crítica u observación social que en el estudio de personajes, de carne y hueso, y de realidades precarias, sufridas y trágicas, de vecindarios sucios y pobres en donde vive gente sin futuro, condenados a una existencia de privaciones y humillaciones.
Siegel ofrece un retrato crudo y su narración es, como ya es sabido, precisa y concisa, directa al grano pero también sutil al momento de crear y potenciar tensión y atmósfera, que en su punto álgido se vuelven asfixiantes: mientras más se acerca el asesinato planeado, mientras más oscuro parece ponerse todo, más a fondo observamos la conflictiva y vulnerable personalidad del protagonista, más se desnuda su alma.
No señor, "Crime in the Streets" es mucho más que una historia de pandilleros o una lección socio-moral: es una historia de humanismo.
Gran película.
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