martes, 21 de noviembre de 2017

Side Effects - 2013


Director: Steven Soderbergh

¡Alright, alright, alright! Todavía faltan un par de peldaños para llegar a "Logan Lucky" y toca el turno de "Side Effects", película que en su momento vi y que me encantó, y que vuelve a repetir las buenas sensaciones de aquel lejano visionado. No aparece Matthew McConaughey, por si acaso, pero ayer sí que decía su famosa frase, ¡y en varias ocasiones!


Escribe Scott Z. Burns, mismo guionista de "Contagion". De aquella película reaparece Jude Law. Channing Tatum, múltiple colaborador de Soderbergh, también se deja ver en este exquisito, fascinante y magnífico thriller psicológico que nos cuenta la historia de Rooney Mara, una joven con historial depresivo (y diagnosticado, que la cosa no es ponerse a llorar y decir que tienes depresión, y eso lo sé porque... porque he visto varias películas en donde se hace tal aseveración, por supuesto, ja: ustedes ya ven que soy una persona sana, saludable y salubre -no salobre; salobre no soy-, incluso salaz, oh sí, muy salaz) que vuelve a mostrar síntomas de depresión cuando su marido, Channing Tatum, es liberado tras una buena temporada tras las rejas. En esta ocasión la cosa parece ser más grave, con intentos de suicidio incluidos, por lo que la muchacha decide recurrir a un psiquiatra, magistralmente interpretado por el gran Jude Law (y qué joven es: ¡tiene 44 años!... yo juraba que ya superaba los cincuenta), quien, para combatir la enfermedad, le receta algunos medicamentos que pueden ser más dañinos que reparadores gracias a los benditos efectos secundarios que crean la excusa perfecta para fabricar más medicamentos que contrarresten tales efectos. El resto de la trama se las dejo a ustedes, pues develar más arruinaría gran parte de la película. Lo que les puedo decir, a parte de redundar en la excelente dirección de Soderbergh, tan elegante como sobriamente salvaje, y del excelente guión de Burns, notable tanto por el preciso y cuidado entramado de personajes, conflictos y motivaciones (y varias sorpresas), como por los múltiples tópicos y temas candentes que pone sobre la mesa (justamente de eso voy a hablar, brevemente, después del paréntesis), es que "Side Effects" va más allá de la mera denuncia obvia y políticamente correcta para mostrarnos las peligrosas zonas grises del negocio farmacológico así como de esa necesidad cuasi cultural de vivir bajo la influencia de una pastilla: el grandilocuente mercado de medicamentos, la ganancia como meta y no el bienestar de los consumidores; le guerra entre laboratorios, prácticas anti-éticas, experimentación social, pacientes convertidos en clientes, etc. Podría decirse que el rollo farmacológico (que no es lo mismo que farmacéutico: lo acabo de aprender, escritura en vivo... me pica la rodilla) es un macguffin, pero un macguffin que, paradójicamente, es parte esencial no tanto de la trama pero sí de la película, de su sustancia y discurso. En cualquier caso, ambos pilares están sólida e integralmente relacionados: "Side Effects" es una película impecable, un grandioso thriller. Por lo demás, cuenta con las grandes interpretaciones de Jude Law, Rooney Mara, y unos efectivos Channing Tatum y Catherine Zeta-Jones... y Vinessa Shaw también. Y muy buena, casi adictiva banda sonora: sintoniza a la perfección con esta atmósfera de ambigüedad, inestabilidad, locura subyacente, y violencia contenida y psicológica que propone Soderbergh. Así que no teman: "Side Effects" sólo garantiza satisfacción. No se la pierdan, oh no. Qué racha, ¿eh?

...al diablo con los medicamentos... yo prefiero Rocklets, M&M's, Chubis...

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