martes, 30 de julio de 2019

Ga, Ga. Chwala bohaterom - 1986


Director: Piotr Szulkin


ULTR

Esta película polaca tampoco encaja muy bien en la idea, en el concepto que engloba este ciclo sin nombre, pero no pasa nada, es una película muy bien hecha (sorprendentemente bien hecha, añadiría, excelentemente resuelta no obstante su -más o menos- bajo presupuesto), entretenida, que posee no pocos atributos fílmicos. Primero que todo, "Ga, Ga" es una propuesta de ciencia ficción que contiene un marcado carácter satírico, una sátira política, también social e incluso religiosa. Tiene un negro sentido del humor, desenfadado pero con un desenfado ácido, punzante, que mete el dedo en la llaga, manteniendo un tono oscuro, no es una comedia en su acepción más ligera y liviana: no quiere, necesariamente, hacer reír; quiere burlarse de la podredumbre que retrata, contar el chiste de la humanidad y su decadencia, refregarnos la mierda en los rostros. La trama nos sitúa en un futuro en donde el espacio exterior está poblado de penitenciarias espaciales, un futuro en donde la humanidad quiere explorar nuevos mundos y para ello envía presos a planetas desconocidos, para explorarlos y habitarlos y gobernarlos, y en este caso envían al Robert Redford polaco, uno de esos criminales con buena moral aparentemente, que llega a un planeta muy, muy similar al nuestro, pero un poco vuelto loco, bastante demente, que lo recibe como un héroe, ofreciéndole toda clase de comodidades (prostitutas, alojamiento, comida), aunque en realidad el plan sea sacrificarlo: la idea es que el "héroe" cometerá un crimen y su castigo, muerte por empalamiento (un palo sin lubricar, para peor), será transmitido por televisión con el fin de infundir el respeto, digo el miedo, en la población, para que nadie haga cosas malas. Desde luego, nuestro Robert Redford polaco no quiere prestarse para semejante destino, por lo que decide aprovechar ciertos privilegios (como el armamento que le regalan) para poder huir y, de paso, rescatar a la prostituta menor de edad de la que se ha enamorado. Sí, sí, suena a locura, incluso a despropósito, pero es que la película bebe e incorpora en su ADN la serie B, aquel viejo pulp tan querido. De paso (primordialmente, en realidad) lanza dardos envenenados a muchas cosas, como la banalización de la violencia y la amoralidad (la televisión como un maldito y ridículo circo domina-mentes; el planeta descrito como una sociedad egoísta que se pasa cualquier moral por el ojete con tal de obtener dinero o lujos o lo que sea; etc.), la imaginería religiosa (el protagonista sería empalado junto a otros dos "héroes", el del centro es un mesías que nunca llega, acaso ni siquiera exista el desgraciado), regímenes políticos, el menú continúa. Sumen a ello un apreciable cuidado al momento de trazar personajes (está bien, no estamos ante un sesudo estudio psicológico, pero oye, siempre se agradece cuando los personajes, breves o no, realmente demuestran una construcción de fondo, aunque no sea obvia, como la prostituta que el protagonista rechaza al inicio, cuyos máximo cinco minutos son bastante desconcertantes, y una continuidad a lo largo del relato, lo cual habla bien del relato mismo), una puesta en escena variada en recursos y un ritmo de acontecimientos que, no obstante el tempo carente de prisas, hace que los apenas ochenta minutos de metraje fluyan sin altibajos. Entretenida y por momentos turbadora, claro que sí.
Si no demuestro tanto entusiasmo, si no elevo esta película a un objeto de culto o pequeña obra maestra, es porque, aunque son loables sus intenciones y notablemente logrados sus resultados, tampoco es que estemos ante una obra particularmente escandalosa o atrevida, no es que sus críticas sean muy originales ni muy profundas ni muy cortantes, son cosas que ya se han planteado y explotado antes, en comedias y dramas, de mejor forma. Sus intenciones y logros están, los vemos y estimamos como corresponde, pero al menos yo no me siento realmente impresionado por su "ferocidad", ataca tópicos atacados continuamente; por lo demás eso de rescatar a la prostituta es un tema trillado y, bien lograda y todo, "Ga, Ga" es una película que cumple lo que promete, pero cuyo visionado no es realmente perdurable, aunque no puedo dejar de recomendarla. No tiene desperdicio alguno.
Desde luego, Piotr Szulkin es un cineasta cuya obra, a su tiempo, merece la pena ver y descubrir, al menos para poder disfrutar de propuestas de ciencia ficción poco comunes (aunque ésta, dentro de todo, tiene harto de convencional). Eso queda para más adelante. Por ahora continuemos con este ciclo, a ver si nos acercamos al concepto original que lo inició todo.

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