Director: Steven Soderbergh
No es que quiera añadirle fuegos artificiales y hacer un brindis al respecto, pero hoy se cumple un año desde los comienzos de este blog, o mejor dicho, del recomienzo. Un nueve de noviembre, mismo día en que cayó el muro de Berlín hace más de veinte años. Sería banal comparar la importancia de ambos acontecimientos, pues ya sabemos cuál es el que supuso la gran unión de una sociedad dividida por otros, pero no podemos negar que el cine también es capaz de unir personas -como muchas cosas, en realidad-. Con respecto al primer aniversario de este blog, no diré que "nunca pensé que todavía estaría vivo en esta aventura bloguera", ya que en mi caso no aplica pues desde el inicio que pretendía -y pretendo aún- no parar en ningún momento. A veces caen depresiones blogueras, pero el tiempo -un par de días- demuestra que son insignificantes y que es mejor seguir viendo y comentando películas, pues no hay mejor cura que esa. Desde esos comienzos timoratos, breves y no muy bien escritos -a veces me da un poco de dolor estomacal releer un par de entradas antiguas-, he llegado hasta el día de hoy, cuando ciertamente tengo algo más de seguridad al escribrir mi opinión, con más decoro y una escritura algo más depurada -lo digo con modestia: la autocomplacencia nunca (me) ha llevado a ningún lado-. Admito que a veces me pongo ampuloso y que me extiendo bastante, pero qué se le puede hacer, el cine exhalta mis pasiones y escribir al respecto siempre es un gozo -hasta que toca leerme, claro-; y más importante, la gracia es escribir todo lo que uno crea necesario.
En fin, Cine en tu cara me ha ayudado mucho a mejorar en varios aspectos que espero seguir mejorando para que los pocos que me lean -gracias de nuevo- tengan una experiencia agradable y, mejor aún, descubran películas y se animen a verlas, escriba bien o mal de ellas. Porque esa es la gran lección de todo: cada uno elige qué ver y qué opinar, y nadie debe intervenir en ello. Para mí es tan personal que decir "ve esa peli y ésta no" es como decirle a un hijo/a con quién salir y quién no. No corresponde.
Pero ya es hora de parar e ir a lo que nos ocupa: el cine. No pensé que "The Limey" iba a ser la película que comentaría en este primer aniversario, pero como he estado ocupado este último par de días y no he podido ver mucho, decidí darle un segundo visionado a esta corta cinta de ochenta y algo minutos. Es un interesante visionado, claro que sí, pero al ser el segundo, ahora me permito ver cosas que antes no había apreciado, lo que contribuye a que en esta ocasión no haya quedado particularmente emocionado como la primera vez.