Creador: Terence Winter
Desgraciadamente ha sido una semana sin películas para mí, pero al menos lo pude remediar un poco con el episodio correspondiente de Boardwalk Empire, que esta semana nos trajo el final de su cuarta temporada. ¿Fue una buena temporada, tuvo un buen final? Eso lo sabrán mientras leen lo que sigue, que viene -por supuesto- sin spoilers.
No es la primera temporada, pero comentaré algunas cosas como si lo fuera. La serie trata sobre Nucky Thompson -interpretado por el siempre genial Steve Buscemi-, quien hace negocios sucios en Atlantic City en los años 20, específicamente en los días de la ley seca -aquella que prohibía la venta de alcohol-, otorgando licores ilegalmente, además de tener un alto cargo público.
Pero luego de los sucesos acaecidos en las tres temporadas previas, Nucky se encuentra en un estado de inercia con respecto a los negocios. Como es lo que siempre ha hecho, es lo que debe seguir haciendo, quiera realmente o no. Parece que ya no tiene un propósito, pero eso irá cambiando a medida que avancen los episodios, ya que de a poco encontrará algo que lo motive a seguir los caminos que toma.
Esta temporada sigue teniendo muchos de los elementos que hacen de esta una serie de calidad, aunque debo admitir que es la peor de las cuatro que van, sin que eso signifique que es una mala temporada. Sólo es regular, ya que todo lo bien que iba decae al final, al contrario de las tres primeras, donde todo va bien y termina aún mejor. Y esa es la gran debilidad de esta temporada: su final -y un par de otros aspectos que voy a mencionar-.
Comenzaré con los otros aspectos que debilitan esta temporada. El primero de ellos corresponde a las tramas de algunos personajes secundarios, varios de ellos tremendamente desaprovechados.
El personaje de Gillian Darmody, a mi juicio, tiene una trama bastante débil que desaprovecha los potenciales que tiene para aportar a la historia principal. Se le relega a una disputa legal que demora los doce episodios que dura la temporada, y a un romance que sirve para mantenerla en pantalla unos cuantos minutos más. Desde luego, ambas tramas en que se ve involucrada se unen -en cierta forma- y cobran sentido al final. No puedo decir que estén demás, pero sí que están demasiado alejadas del hilo principal. Es básicamente para atar algunos cabos no repentinamente.
Richard Harrow es otro de los excelentes personajes de esta serie -siendo uno de mis favoritos-, no sólo por la genial interpretación que le da Jack Huston -el nieto del mismísimo John Huston-, sino por lo complejo de su personaje, dotado de una sensibilidad única, pero a la vez capaz de convertirse en una efectiva y temeraria máquina de matar. Es esta dualidad -reflejada en su rostro, terrible consecuencia de haber estado en la primera guerra mundial- la que hace que este personaje conquiste a todos.
Su presencia en cada episodio que le toca aparecer siempre es motivo de agradecimiento, y la trama familiar que tiene al inicio de la temporada me parece genial, pero luego va desapareciendo de los episodios, hasta que se mete en otra trama a la vez cercana y alejada de la principal -la de Nucky-. Sus potenciales dramáticos están bien usados al principio -y para qué ando con cosas, también al final-, pero su aporte hacia el final de la temporada obedece a tener que solucionar algo, y no a algo que sepa explotar bien su complejidad dramática. No es un personaje usado por su capacidad propia de aportar a la trama, sino porque era el más apropiado para hacer eso -sin la carga emocional que lo caracteriza-, el del gatillo fácil.
El otro aspecto que no me gustó fueron sus últimos tres episodios, que hacían decaer la intensidad de la temporada entera.
Boardwalk Empire siempre ha sido una serie lenta, pero de una intensidad tremenda que se eleva hacia el final de cada temporada. Siguiendo esa forma de narrar, esta temporada iba por el mismo camino: todas las tramas se van desarrollando, tomándose su tiempo, con calma, con algún acto de violencia por ahí, hasta juntarse al final para resultar en un estallido de violencia, sangre, disparos y finales geniales, sólo que en este caso ese estallido nunca pasó.
Tampoco quiero que piensen que estoy decepcionado, ya que estos tres episodios no son malos, pero no son tan buenos como los 9 previos, y siento que el grado de resolución que caracterizaba cada final de temporada no se encuentra. En otras palabras, no es el final que esperaba.
En cierta forma este tipo de resolución me recuerda a Sons of Anarchy, donde -salvo algunas ocasiones no tan abundantes- las cosas no se resuelven matando a todos, sino que por la vía del diálogo y del trato -deshonestos o no, funcionan igual-.
En cierta forma este tipo de resolución me recuerda a Sons of Anarchy, donde -salvo algunas ocasiones no tan abundantes- las cosas no se resuelven matando a todos, sino que por la vía del diálogo y del trato -deshonestos o no, funcionan igual-.
Fue un buen final -no un gran final-, pero no el que esperaba. Quizás aprenda a apreciarlo más con el tiempo.
A parte de ese par de aspectos, lo otro es siempre genial: los diálogos, la violencia -sin miedos-, los personajes -los viejos y los nuevos-, el ritmo, etc.
La trama principal es siempre intensa, bien lograda y con bastantes sorpresas. A esta temporada se suma el Doctor Valentin Narcisse, un exageradamente educado hombre negro que lucha por los derechos de los "libios" -así se refiere a los negros-, quien tiene negocios más turbios que traficar alcohol. Con él llega Daughter Maitland, cantante que hace lo suyo en el Club Onyx de Chalkie White.
También aparece J. Edgar Hoover, uno de sus oficiales llamado James Tolliver, y un par de sujetos provenientes de Florida que quieren hacer negocios con Nucky.
Willie, hijo de Eli Thompson -hermano de Nucky-, también tiene mucho que aportar, y me gusta mucho el potencial que tiene este personaje. Apuesto a que hará grandes cosas a futuro.
Con respecto a Chicago, nada más debo decir que Al Capone sigue igual de loco y genial, y que seguirá abriéndose camino para ser quien ya todos sabemos que fue. Ojo al personaje de Michael Shannon -ese impecable actor que merece más atención, aunque ya tenga bastante-, cuya evolución esta temporada ha mejorado. Y también le auguro grandes cosas.
La trama de Chicago me gusta, pero sufre un poco del síndrome "desaparezcamos un par de episodios", aunque realmente no me puedo quejar. Cuando vemos las escenas de Chicago, no hay nada que decir en contra.
La trama de Chicago me gusta, pero sufre un poco del síndrome "desaparezcamos un par de episodios", aunque realmente no me puedo quejar. Cuando vemos las escenas de Chicago, no hay nada que decir en contra.
En cuanto a hechos específicos, lo único que diré es que hay una pelea memorable por su extrema crudeza que ocurre en el episodio final. Toda una montaña rusa de emociones la pelea esa. Qué manera de estar nervioso.
Al igual que en temporadas previas, hay varias muertes, y varias de esas corresponden a personaje importantes, aunque la que pasó al final-final de la temporada me dejó mal. Realmente mal, me costaba creerlo, pero así son las cosas. Un genial personaje que es despedido con respetuoso silencio cuando los créditos finales aparecen.
A parte de ese último hecho, este final me parece interesante -ya dije que no era el que esperaba-, ya que hace presagiar una quinta temporada que puede ser de infarto. Digo, todos los movimientos que pueden suceder a partir de lo que quedó. Como dije, no fue una explosión al final, pero quizás lo sea la quinta temporada entera. Uno nunca sabe.
Una temporada casi redonda, que termina de luto, y yo me despido honrando a ese gran personaje, lamentando su terrible muerte -al menos puedo verlo de nuevo visionando sus tres primeras temporadas otra vez-. Esperando la quinta temporada, que va a ser la última.
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