Director: Anthony Mann
Anunciaron las películas que competirán en la Selección Oficial y en Una Cierta Mirada. Todo positivo, eh, pero "analizar" la muestra da para largo, sólo apuntaré un par de cosas que llamaron mi atención: "Under the Silver Lake", el "Inherent Vice" para adolescentes de David Robert Mitchell compite por la Palma de Oro (lo cual no esperaba, dado que se estrena un mes después en Estados Unidos); Spike Lee también compite por el premio mayor, y espero que esta vez haga algo bueno, maldita sea, y que no sea el hazmerreír de la competencia; veo que hay fuerte presencia asiática, con nombres conocidos como el de Lee Chang-dong (que vuelve luego de ¿casi una década? desde su última película), Jia Zhangke (el chino... chino de verdad, digo), Hirokazu Kore-eda (el de las películas bonitas y conmovedoras), y ese otro que a mí no me sonaba de nada: Ryusuke Hamaguchi, cuya película más interesante dura ¡317 minutos! Por lo demás, también compiten nombres como Matteo Garrone, Christophe Honoré, Asghar Farhadi, Pawel Pawlikowski, Jafar Panahi, Stéphane Brizé, y ojo, el mismísimo Jean-Luc Godard, lo cual, ya les digo, es el colmo de la pedantería y el puritanismo y el conservadurismo y el esnobismo y blablabla, si todos saben que Godard no ha hecho nada bueno por el cine. Lo único malo es que no estarán las películas que Netflix robó, que no eran para nada malas así en el papel, a saber: lo nuevo de Cuarón, de Jeremy Saulnier, la película restaurada de Welles... Netflix hijos de puta; no estoy solo en esta diatriba, ¿cierto?, ¿cuento con ustedes, cierto? ¡¿CIERTO?! Veo veo, qué ves, una nueva edición de "camino a Cannes", en donde comentaré algunas películas de los directores y directoras que compiten por la Palma de Oro. Oh, sí. Mierda, tengo menos de un mes, ja, ja, mejor me pongo a ello de inmediato...
Película protagonizada por ese maravilloso actor que es Henry Fonda y secundada por un joven Anthony Perkins, en uno de sus primeros roles de importancia. Fonda interpreta a un cazador de recompensas que llega a un pueblo para entregar al criminal apropiadamente dado de baja y luego cobrar su recompensa, en donde el joven Perkins es el joven e inexperto (pero idealista y saludablemente obstinado) sheriff de la ciudad, y el grueso y ronco Neville Brand interpreta al hosco malhechor de una ciudad que se precia de tranquila y correcta, pero que está mucho más podrida de lo que ignora, con la vena racista latiendo con fuerza bajo esa apacible estampa de postal turística. Fonda es recibido como si fuera un criminal; nadie da un peso por Perkins y Brand jura que la ciudad es suya y puede hacer lo que guste. Con una estructura y un entramado dramático de corte tradicional (no lo mismo que esquemático ni nada por el estilo), Anthony Mann nos entrega otro extraordinario western dirigido de manera magistral en donde básicamente todo destaca excelentemente, ya sea las interpretaciones, la escritura de las tramas y de los personajes, o la puesta en escena de un director que perfectamente puede ser elevado a la categoría de genio. El inicio es sensacional, el final es demoledor (cómo se maneja Perkins en ese duelo, ya ni hablar de la cámara: si no me creen, tienen capturas abajo), y el desarrollo es una clase de tensión, distensión y dominio del espacio-tiempo cinematográfico.
"The Tin Star" es una película sobre la importancia del orden y, más importante, del valor de los propios principios morales, los cuales pueden ser más fuertes que cualquier manipulada ley o lazo económico-político. Henry Fonda es un hombre con mucho que enseñar, Perkins es un joven con mucho que aprender, y los conflictos que surgen en la ciudad componen la oportunidad perfecta para demostrar de qué están hechas aquellas personas que no se doblegan ante la adversidad.
Poco más que añadir: extraordinario western, grandes actores (voy a insistir en que Fonda es uno de los mejores actores de toda la Historia, y siempre es un placer verlo en pantalla), genial director. Así no hay por dónde perderse: no se la pierdan.
"The Tin Star" es una película sobre la importancia del orden y, más importante, del valor de los propios principios morales, los cuales pueden ser más fuertes que cualquier manipulada ley o lazo económico-político. Henry Fonda es un hombre con mucho que enseñar, Perkins es un joven con mucho que aprender, y los conflictos que surgen en la ciudad componen la oportunidad perfecta para demostrar de qué están hechas aquellas personas que no se doblegan ante la adversidad.
Poco más que añadir: extraordinario western, grandes actores (voy a insistir en que Fonda es uno de los mejores actores de toda la Historia, y siempre es un placer verlo en pantalla), genial director. Así no hay por dónde perderse: no se la pierdan.
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