Director: Chad Stahelski
Me invitaron a ver "John Wick 3" y de hecho vengo recién llegando del cine, mañana iba a hablar al respecto pero hablar de una película como esta no es nada difícil así que mejor hablamos rápido y luego adiós, a dormir que mañana es otro día. (A todo esto, me cuesta creer que la primera "John Wick" es de hace ya cinco años).
"John Wick 3" me ha divertido, es una película de acción que cumple lo que promete aunque a estas alturas la promesa la sepamos al revés y al derecho, debiendo incrementar los efectos para causar algún tipo de impacto. Así las cosas, las escenas de acción son más locas, más violentas y un poco más sangrientas (aunque ya las he visto, y mejores, antes en títulos de Kim Jee-woon, Park Chan-wook e incluso esa nadería de "The Villainess"), aunque nada tan grave como para no dejar que los niños entren en compañía de sus padres. Y el ritmo no se detiene, como era de esperar, pues, como recuerdan, todos los asesinos van tras John Wick luego de haber roto las reglas, ganándose una recompensa de 14 millones de dólares por su cabeza, y debe huir, correr, escapar, porque hay ojos en todos lados y en todos lados hay cuchillos dispuestos a dejarle algo más que recuerdos. Luego viene algo parecido a una trama, un argumento, más o menos lo siguiente: John Wick no quiere que lo persigan así que hará todo lo posible por revocar su destierro, desde luego, a balazo y cuchillazo limpio, con patadas y puños, y en esta ocasión hubo una curiosa fijación con atacar los genitales enemigos, ya sea con patadas, balazos, cuchillazos, perros feroces y seguramente algo más, mientras, a su vez, de entre todos los asesinos que quieren cobrar la recompensa, uno especialmente letal, un japonés que cuando no es asesino se dedica a regentar su restaurant de sushi, contratado por los de la High Table, la gran organización que maneja la estructura del negocio del asesinato. Aunque la cosa sea un poco repetitiva, supongo que el conjunto está bien para lo que es, y las escenas están resueltas y ejecutadas con pulso, las dos horas se pasan volando y, como buen asesino que es (a pesar de añorar a su esposa, digno de todo buen cristiano), esta película seguramente tiene más asesinados que minutos, o sea, si la película dura poco más de dos horas, vamos, ¿no creen que los bang bang superen los 130 cadáveres? A todo esto, y sólo para estirar el chicle, el giro final no tiene la menor coherencia (es una abierta contradicción al final de la segunda entrega) y se nota que lo hicieron solo para inventarse algo en la ya anunciada cuarta parte de la franquicia, y a estas alturas, los creadores tendrán dolores de cabeza para pensar en nuevas y nunca-antes-vistas maneras de matar, y si lo logran, vaya, que alguien les dé un premio a estos genios, ¿o no?
Ni Freddy Krueger o Jason o Michael Myers, y mira que eran malos-malos, mataban tanto por diosito santo de mi corazón...
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