Para ser completamente justo con Gantz, el manga del que hablaba en la entrada número seis de este regreso en modo "blog de variedades" (eso es lo bueno de este nuevo formato: puedo hablar de algo cuantas veces quiera, en la medida que vaya recordando o pensando nuevas cosas), hay algo que olvidé decir, algo bastante específico que no variaba realmente mi impresión final y total y global, pero que merecía ser mencionado. Sin entrar en muchos detalles, todo este estúpido rollo de humanos versus extraterrestres superpoderosos alcanza un punto cúlmine cuando aparecen los villanos o enemigos definitivos, los que tienen más deseos y probabilidades de vencer, conquistar y/o destruir a la maldita raza humana, sin embargo también hay otros extraterrestres, tan avanzados que no tienen la más mínima intención de conquistar a los humanos (aunque puedan vencerlos con un chasquido de dedos... en sentido figurado, claro, pues estos extraterrestres en particular, a diferencia de todos los demás que intentan conquistarnos, que por lo demás son antropomorfos y deben recurrir a métodos humanos como lo es la guerra y el uso de armamento, abuso y violencia, estos otros extraterrestres, digo, no tienen una forma que los humanos puedan imaginar, por lo que se presentan a sí mismos de variadas formas que remiten a una u otra cosa dentro del imaginario colectivo humano, pero nunca sabremos cómo realmente lucen o qué realmente son, o lo que es lo mismo, no sabemos si tienen dedos que chasquear para destruir a un humano, aunque hagan lo que hagan, pueden hacerlo de un instante a otro), pero que llegan para responder ciertas preguntas, cualquier pregunta que quien logre plantarse frente a ellos pueda plantear. Y el protagonista, Kei Kurono, un muchacho egoísta y superficial (y muy caliente) que crece y madura y canaliza sus impulsos hacia un sentido de responsabilidad y empatía luego de ser el héroe cada maldito número, llega y pide cosas y pregunta cosas, o quizás reacciona a lo que revelan los extraterrestres. Para empezar explican todo el embrollo: lo de los extraterrestres y los múltiples enfrentamientos y qué es Gantz (ese aparato con forma de bola negra que atrapa a las personas en ese "videojuego" maldito, cosa que no mencioné en la entrada número seis porque no es realmente necesario hacerlo). Básicamente, que ellos "ayudaron" a los humanos a defenderse, dándoles la máquina Gantz y todo eso. Pero Kei Kurono y los demás se sienten agradecidos, y el o los extraterrestres los dejan en su lugar: que no los "ayudaron" por generosidad o porque los humanos fueran especiales o dignos de ser salvados por su condición de humanos (no dicen el porqué los ayudan, pero uno puede inferir que estos extraterrestres lo hicieron para mantener cierto orden o equilibrio en el universo, y que si no actuaron directamente -porque son tan fuertes que podrían vencer en un parpadeo a los otros extraterrestres que tantos problemas dan a los humanos- fue porque una acción directa alteraría el orden tanto como dejar que los humanos fueran conquistados); hablan de lo grande e inmenso que es el universo, de lo pequeña que es la raza humana, inherentemente insignificante, insignificante como lo es para nosotros una bolita de barro seco, una bolita sin nada especial que dejamos aquí o allí dependiendo de nuestra conveniencia, tan insignificante que la raza humana entera puede deshacerse y rehacerse como uno crearía y desharía una figura de barro, es decir que la humanidad es materia, esencialmente materia, y que todo el asunto de las emociones y las religiones y la filosofía y las leyes y los ideales colectivos son basura, un adorable intento por rellenar el vacío que es el ser humano dentro del gran plan de seres superiores, acaso como si los personajes de un videojuego intentasen revelarse contra los deseos de los desarrolladores. Kei Kurono y los demás se ponen a llorar, se enojan, dicen que la vida humana sí significa algo, en ello algunos intentan reaccionar violentamente contra los extraterrestres, pero estos se deshacen de los impulsivos como el Doctor Manhattan pone fin a Rorschach, separando o rompiendo los enlaces que mantienen unidas las partículas que juntas conforman una entidad humana. De forma cruel, el extraterrestre (que se apodera del rostro de Einstein, Marilyn Monroe, Hitler, artistas y músicos y demás personas conocidas) revive personajes importantes que ya habían muerto para que los que no murieron se alegren y los revividos se alegren, y se abracen, para que luego el extraterrestre haga explotar a los revividos. Así como así. Y aunque esto es desconsolante y desolador, algo que de todas formas Kei Kurono y los demás no quieren aceptar (entre otras duras revelaciones, como que tampoco existe dios o un dios), el extraterrestre dice qué sucede con las personas una vez mueren, asediado por preguntas de qué sucede con las almas de los muertos, como por ejemplo aquellas personas que fueron revividas para morir diez segundos después, si son sólo cuerpos o tenían realmente un alma, esa es una pregunta, la pregunta, y el extraterrestre dice que todos los humanos que conforman lazos afectivos estrechos en una vida, en la siguiente van a estar unidos desde el inicio en otra forma, por ejemplo una de las amantes de Kei Kurono en la próxima vida será su madre, otra amante será su hermana, y así, de manera directamente proporcional al grado de cercanía afectiva y/o emocional de una vida, en la siguiente los lazos serán tan fuertes que esa próxima vida la comenzarán juntos, como familia seguramente. Ignoro si esta teoría se la inventó el autor del manga o si éste se inspiró en algún tipo de religión o filosofía o lo que sea, pero me pareció bastante interesante, y todo ese segmento de la charla me hizo pensar que, ciertamente, valió la pena llegar a ese momento, aunque haya tenido que pasar por un montón de cursi mierda sin pies ni cabeza (aderezado a veces con buenas escenas de sexo). He aprovechado de "recordar" esa parte en internet, y aunque no hay nada tan importante como para cambiar todo lo que he escrito (lo que sería una lata), sí es importante agregar que los extraterrestres dicen que el "alma" por la que preguntan Kei Kurono y los demás son esos 21 gramos que se desprenden de nosotros al morir, 21 gramos que son información que se transfiere a otra dimensión y que se junta con otras informaciones provenientes de otras personas. Supongo que a esa teoría de los 21 gramos le da un giro tecnológico o algo así. No es que me importe en verdad, pero como dije, me pareció una manera interesante de ver lo de las vidas presentes y siguientes. Fuera de eso, Gantz es una mierda. Fin del comunicado.
Siempre he pensado en Lost Highway y Mulholland Drive como películas hermanas, y por lo mismo, cuando pienso en ellas lo hago como si fuesen películas consecutivas, pero olvido que entre ambas Lynch dirigió "A Straight Story", una pequeña maravilla en donde un viejo decide recorrer gran cantidad de kilómetros para ir a ver a su hermano, delicado de salud y con quien no se habla desde hace décadas. Y claro, olvido lo más importante: que este viejo emprende el viaje en una podadora de césped a la que engancha un remolque. La he visto sólo una vez y no la recuerdo tanto en detalles específicos, pero sí como una gran lección y baño de humanidad... y de cine, claro, ese cine que engrandece las pequeñas historias, las historias simples.
Y, aunque siento que pronto llegará el momento en que volveré a leer libros, sigo pasando las noches viendo el streaming de Pokimane y Valkyrae jugando Among Us, ambas transmisiones al mismo tiempo, una en cada mitad de mi pantalla, porque resulta tremendamente entretenido, especialmente cuando ambas son impostoras juntas. Son la perfecta pareja de impostoras y me encanta verlas y lo paso bien, para qué negarlo. De hecho ahora mismo Valkyrae y Poki están jugando, y Rae es impostora y casi mata a Poki, pero no se atrevió y Poki quedó con suspicacias... ¡Hubo 5 muertes en el primer round!
Y bueno, todas estas cosas iban a ser una especie de introducción, pero me he alargado más de lo necesario. No importa. Mañana hablaremos de lo que iba a hablar hoy. Estén preparados y preparadas.
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