Ayer, o mejor dicho hoy mismo, casi a las cuatro de la mañana, luego de tres horas de no poder dormir ni mierda, fui al baño a hacer caca y cuando estoy sentado, preparándome para cagar, aparecen no una ni dos sino que tres, ¡tres!, putas polillas a volar y hacer sus ruidos feos alrededor de mi, como si de un cruel ritual se tratase, de una vil burla. No soy asustadizo con los bichos pero demonios, la cosa fue desagradable y sorpresiva así que me apure e hice caca rápido y me lavé las manos y me fui a mi cama a intentar dormir, pensando que, maldita sea, ¿ya no se puede hacer caca tranquilo? En fin, venimos a completar nuestras palabras de admiración por Stray Bullets, la obra maestra de David Lapham.
Bueno, decíamos que durante diez años, de 1995 a 2005, Lapham estuvo publicando Stray Bullets, 40 números para ser precisos. Faltaba uno, el 41, pero, imagino, complicaciones o dificultades económicas (recuerden que Lapham publicaba su gran obra magna de manera totalmente independiente, viviendo de eso durante dicha década) hicieron que no pudiera continuar con las publicaciones y, por tanto, debiese ponerse a trabajar en proyectos más comerciales y menos personales, lo cual no vio con malos ojos, pues de todas formas pudo plasmar su talento y su visión en varias piezas que llegaremos a comentar alguna vez. Desde luego, lo único malo de esa época es que no podía publicar Stray Bullets, hasta que, nueve años después, hizo un trato con Image Comics, que publicó ese número 41, completando el interrumpido quinto arco, ese perverso y violento arco que recuerda a Yojimbo. Los cinco arcos los comentamos ayer.
Stray Bullets: Killers, miniserie de ocho números, comenzó a publicarse junto con el número 41. La protagonista es, mayormente, Virginia, si bien aparece un nuevo personaje que parece perfilarse como protagonista, y quizás lo sea, aunque la sombra de Virginia sea algo que pocos personajes pueden contrarrestar. No es una crítica negativa, en todo caso, pues este personaje, Eli, tiene una presentación interesante y una relación involuntaria con el submundo criminal de Baltimore cuyos altibajos tan bien conocemos. Eventualmente Eli y Virginia se conocen, y se aman mucho, pero son muy diferentes y Virginia acarrea con mucha oscuridad a sus espaldas. Los acontecimientos principales suceden después del quinto arco de Stray Bullets, nuevamente con una Virginia que cambia de aires luego de su fallido regreso al colegio. En todo caso, Killers comienza con un flashback de Eli y cómo el ambiente criminal lo afecta, para luego pegarnos una elipsis que cae ya a mitad de los ochenta. Son ocho números muy bien escritos y desarrollados, que plantean muy bien sus variados temas y perspectivas. Podríamos hablar de que es un drama sobre el amor adolescente, casi un coming of age, pero las diferencias entran en juego cuando los crímenes también entran en escena. Por ejemplo, Eli coquetea con delitos menores, especialmente porque su primo vende marihuana a jóvenes con dinero, cuicos, pijos, etc., pero Virginia a esto le parece una broma, un juego de niños, pues ella se codea con el ya conocido Dez Finger, lugarteniente de Harry, lugarteniente algo descontento que intentará hacer sus propias jugadas, y por cosas de lealtad Virginia está con él, de su lado. Pero, como digo, no todo son tiroteos y muertes y guerras entre criminales. Incluso este submundo criminal tiene su lado humano y cotidiano, que no viene al caso detallar, pero lo vemos, entre otras veces, cuando Virginia tiene que ser la nana de los hijos de Dez Finger, por ejemplo. Killers es lo más avanzado que ha llegado, en términos temporales, Stray Bullets, es decir el año 1986, descontando el primerísimo número 1, que transcurre el año 1997, con un Joey (el hijo de Rose, la hermana de Spanish Soctt, el underboss de Harry, ejem, padre de Joey) que se vuelve loco de furia cuando piensa en una de las víctimas cuyo cadáver debe tirar por ahí, víctima que según él, conoce, por lo que debe vengarla, es decir vengarse contra Harry. Si bien no podemos confiar en la mente de Joey, tengo una teoría sobre quién es el cuerpo que transporta de noche y por qué cree conocerlo. Quizás conozca a esa persona, quizás la haya confundido con otra persona, pero en esencia creo saber quién es. Si no les importan las especulaciones (difícil decir que es un spoiler porque en teoría nada ha sido revelado), de todas formas les advierto quién creo que es: yo pienso que es Virginia la persona muerta que transporta. ¿Pruebas? Quizás en el párrafo final.
Luego de Killers, Lapham lanzó Stray Bullets: Sunshine and Roses, una miniserie de 42 números, de irregular publicación, al parecer por problemas de salud de los Lapham, si bien esto no es seguro, lo leí en un tuit cuya veracidad no ha sido confirmada. Sunshine and Roses comenzó en febrero de 2015, con una publicación mensual. Hasta el número 19, octubre del 2016, fue prácticamente una publicación sin interrupciones (a lo más se saltaron dos o tres meses entre números; nada grave, supongo). En realidad el número 20 llegó dos o tres meses después, en enero del 2017, y hasta el número 40, que se publicó en noviembre de 2018, también fue una publicación regular, saltándose un mes un par de ocasiones. Sin embargo el número 41 se publicó casi un año después, en junio del 2019. Y el número 42 más de un año después, en agosto de este año 2020. Digo todo esto con un mero afán documental, o de documentar hechos y fechas. De hecho, el número 42 puede que haya sido originalmente algo diferente, pues incluso la portada era distinta. ESTA era la portada original del número 42 de Sunshine and Roses; ESTA es la portada que finalmente se publicó. Desconozco la historia detrás de dicho cambio y si dicho cambio implica algo más, como si por ejemplo habían más números planificados y se cerró todo de manera más rápida; si la portada original implicaba otra historia que alargaría un poco más la cosa, etc. En realidad no hay mucha información al respecto, y yo no tengo los medios para preguntárselo a Lapham (no uso ni twitter ni instagram).
Sunshine and Roses nos cuenta, en esencia, el episodio de cómo Orson y Beth y Nina jodieron a Harry, tanto que tuvieron que esconderse en el pueblo de mierda que vemos en el arco números dos, Some Where Out West. Es una genialidad pura, al menos en sus primeros 25 números. Es Stray Bullets en estado puro. Grandes y variopintos personajes, personajes humanos de carne y hueso, tridimensionales, humanos, reales, etc. Dibujo sensacional. Manejo temporal brillante. Y magistral relato criminal, una drama criminal. Acá conocemos a Kretchmeyer (cuyo nombre recién escuchamos en el número 8 de Killers, nada menos), un tipo solitario que llega a Baltimore a hacer de las suyas, pero sin más ambición que encontrar una familia, buenos amigos. Por desgracia para él, mientras intenta lograr esto, las guerras y las traiciones atentan contra su deseo, y las decepciones lo convertirán en un malvado psicópata, en el gran antagonista de este arco (además de Harry y los suyos, claro). Hay planes, robos, asesinatos, etc. Ya del número 26 al 42 la cosa es irregular en calidad. Parece una historia estirada, en donde aparecen personajes forzados, metidos con calzador, que a diferencia de todos los que habíamos visto antes, no parecen naturales del ambiente que tan bien ha creado Lapham; al contrario, parecen personajes típicos de Brubaker: personajes creados de la nada para suplir alguna obligación argumental. Así sucede con el hermano de Kretchmeyer, que aparece cerca del número 30, un drogadicto paranoico que por alguna razón adquiere poderes clarividentes (lo que rompe bastante con ese realismo sucio de Lapham, realismo que ni siquiera su jocoso pero firme y brillante manejo del surrealismo y el onirismo rompían ni contradecían), poderes que son como burdos deus ex machina. Este hermano aparece también en Killers, y creo que eso hizo forzada su aparición, que no es realmente un aporte en ningún sentido, salvo para alargar la cantidad de números. Otro personaje que cumple con esto de ser forzado es Reggie Love, un negro que cree en el arte y que aparece, literalmente, y ya en el número 36, para solucionarle los problemas a los demás y para conducir los acontecimientos de la manera más conveniente; es un personaje llamativo y agradable, simpático y todo, pero se nota que fue creado como un mero instrumento, y no como un ser humano natural de este ambiente, no como lo son Monster, Spanish Scott, etc. Por lo demás, entre esos números irregulares Lapham recurre a la extravagancia por la extravagancia y la violencia por la violencia (o la violencia realmente gratuita, que nunca ha sido una característica de esta obra, que tiene mucha violencia, pero hasta entonces, jamás gratuita ni solazada como mero recurso estilístico), casi olvidando uno de los grandes pilares: el estudio de personajes, la profundidad de las personalidades y la exploración de sus naturalezas al límite. Por desgracia, en esos números, a grandes rasgos, hay una simple orgía de locuras, algunas con destellos de la calidad de Lapham, pero en su mayoría caprichos poco convincentes (nunca me hicieron gracia las locuras de Orson en modo Derek). Con todo, los números 40, 41 y 42, no obstante la presencia de esos personajes forzados con sus forzadas habilidades narrativas, recuperan la calidad sobresaliente de Stray Bullets, sobre todo esa atmósfera oscura y aciaga, en donde si bien hay espacio para el humor negro y toques cotidianos, prima esa sensación de brutalidad vital que pega un mazazo con cada página. Es un final plenamente satisfactorio para una miniserie mayoritariamente soberbia y de una excelencia marca de la casa, que tuvo sus altibajos en su tercio final, pero que tiene dos primeros tercios magníficos y un cierre a la altura de lo que los admiradores de Lapham y Stray Bullets esperamos. Ahora, hay que esperar la nueva miniserie, titulada, sugerentemente, Virginia. Seguramente veremos qué sucede con Virginia luego de los descorazonadores (para ella) sucesos de Killers, en 1986, por lo que seguiremos avanzando en esta épica criminal dominada por el ignoto pero implacable y desalmado Harry, cuyo reinado criminal marcó fatalmente el destino de gran cantidad de personajes, que acaban siendo las balas perdidas a las que, quizás, alude el título. Léanlo, por favor. (Y en el párrafo que sigue viene mi teoría sobre a quién transporta Joey en el número 1, y por qué cree conocer a esta persona y por qué cree que debe vengar su muerte).
Bueno bueno, la cosa no es tan complicada. Joey y su compañero transportan un cadáver en el maletero del auto para deshacerse de él. Con el paso de la noche y del estrés, Joey cree saber quién es, una mujer a la que su compañero se refiere como una de "las tantas putas de mierda de Harry", una puta que se acostó obligada con Joey a modo de cruel broma para con el muchacho, que tiene algún tipo de leve retraso mental (perdonen si lo digo bruscamente), quizás de nacimiento o quizás debido a la descuidada crianza de su madre, que lo crio entre alcohol y drogas y un ambiente que no es apto para el desarrollo de un maldito niño. Pero Joey dice conocerla bien, dice que se llama Janice, Joey dice que la ama, que se amaron, que eran pareja, que se iban a casar y tener hijos, etc. Luego de los acontecimientos de esa noche (que no revelaré, por supuesto, y que pueden leer acá, EN ESTE ENLACE, cortesía de Image Comics), no se nos revela la identidad de esa mujer, sólo sabemos que Joey quiere vengarla y matar a Harry. ¿Será posible que Harry, el todo poderoso Harry, por fin reciba lo que merece? Como sea, he acá mi teoría: si desechamos la teoría obvia que indica que la mujer muerta es, en efecto, una simple prostituta que fue obligada por Harry a tener sexo con Joey (que seguramente era virgen) y que todos los desvaríos de Joey son sólo eso, desvaríos de un joven con algún leve retraso mental que se enamoró de su primera mujer, entonces la mujer muerta del baúl es Virginia. Loco, ¿no? La primera prueba, que puede parecer una mala prueba, es la siguiente: en el número 23, que ocurre el año 1980, Spanish Scott, tío de Joey (que debe tener diez años), debe cuidarlo porque la nana del muchacho, que curiosamente se llama Janice, está ocupada. Spanish Scott es un mal tío y mientras anda con Joey, atropella a un tipo de una organización criminal rival. Más tarde Spanish Scott tiene sexo con Janice, la nana de Joey, en el auto, en medio de un parque en la noche; a Joey lo esconden en el maletero para que no moleste. Mientras Scott y Janice tienen sexo, aparecen los compañeros del criminal asesinado y matan a Janice, cuyo cadáver dejan en el maletero, sin saber que ahí está Joey (que por esos ataques de lucidez, se queda callado y no da muestras de su existencia), pero Scott se libra de la situación, hiere o mata a uno de los mafiosos rivales que querían vengarse, y huye del lugar. El auto, con Janice y Joey en el maletero, queda abandonado. Seguramente el muchacho y su nana muerta estuvieron toda la noche ahí; quizás Joey aprovechó de jugar con el cadáver de su nana, de aprender un par de cosas. Parece una buena evidencia, pero falla en el momento en que la nana Janice ya está muerta, por lo que no puede ser la misma muerta del número 1, el año 1997. He acá mi prueba o evidencia número dos: en el número 28, que ocurre el año 1985, luego de acontecimientos que no vale la pena detallar, Virginia, que debe rondar los doce o trece o incluso quince años (al igual que Joey) es capturada por Monster y encerrada, casi a modo de rehén, en un closet en un departamento de mierda, en donde también está Joey, que se queda encerrado con Virginia en ese closet. Joey le habla de esto y lo otro, y curiosamente le menciona que se parece a su nana Janice. No se especifica mucho lo que hace Joey (no tuvo muy buenos ejemplos a seguir que digamos, y suele a imitar ciertos comportamientos), pero hace enojar a Virginia y se pelean. Virginia logra escapar y, de momento, no hay registros de nuevos encuentros entre ella y Joey. Pero algo me dice que Virginia es la joven muerta del maletero en el número 1, pues: primero, Joey ya la conoce, y aunque no estuvieron juntos por mucho tiempo aquella vez en el closet, la mente del muchacho puede fabular mil cosas románticas, fantasías que permanecen en su mente durante años, más aún si hubo sexo de por medio (aunque haya sido obligado) que reviva y reinvente dichas fantasías; segundo, Joey ya la ha relacionado con Janice, por quien seguramente igual sentía algún tipo de atracción, de esta manera en su mente Virginia y Janice se hacen la misma mujer protagonista de sus fantasías; tercero, Virginia no vive alejada del submundo criminal de Baltimore: conoce a Beth, a Monster, y más tarde vemos que se alía con Dez Finger, que a la postre parece convertirse en rival o enemigo de Harry. ¿Quizás Virginia fue escalando posiciones y convirtiéndose en enemiga de Harry? ¿Quizás Harry la atrapó y, antes de matarla, decidió obligarla a tener sexo con Joey, trabajador de cuarta de Harry, que seguramente reconoció a Virginia de aquella vez que se quedaron encerrados en un closet (lo que se asemeja a la vez que se quedó encerrado con su nana muerta en el maletero de un auto), razón por la que Harry le hizo esa "broma"? Vaya vaya, me he alargado bastante en mis especulaciones. Puede que, después de todo, tan sólo haya sido una simple prostituta. Ya me dirán ustedes. Lean Stray Bullets, es todo lo que les puedo decir ahora.
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