Director: John Huston
Estamos ante la opera prima del mítico John Huston, director -y muchas veces guionista- de filmes memorables en su extensa filmografía. Este filme tiene un guión escrito por el propio Huston, basado en la novela homónima de uno de los maestros de la literatura negra, Dashiell Hammett. Además tenemos de protagonista a Humphrey Bogart, que hace gala de su particular encanto. Con estos nombres era difícil que no saliera algo tan genial como lo es "El Halcón Maltés", una pieza imprescindible del cine negro -que tiene varios filmes memorables. Más que varios-.
"El Halcón Maltés" trata sobre Sam Spade -Humphrey Bogart-, un detective privado que un día recibe la visita de una mujer llamada Wonderly que tiene problemas que no demorarán en transformarse en los problemas de nuestro protagonista, posteriormente envuelto en una trama llena de variopintos personajes que comparten el mismo objeto de deseo: la estatua de un pájaro negro, el Halcón Maltés.
Como es propio de las novelas de Hammett, hay varios elementos que Huston adapta hábilmente, como por ejemplo el perspicaz Sam Spade, que al igual que el Agente de la Intercontinental, protagonista del libro "Red Harvest", son increíbles investigadores, y cuando nosotros estamos en determinado punto, ellos están, por lo menos, tres pasos adelante. En "El Halcón Maltés" no sabemos cuando alguien está mintiendo a menos que Spade encare al personaje que miente. Podría decir que Sam Spade es el perfecto protagonista. El único que entiende realmente lo que está ocurriendo y que maneja con maestría los acontecimientos.
Otro rasgo importante que se rescata del estilo de Hammett es la rapidez de los hechos, el constante flujo de información y que constantemente hayan acciones importantes. Basta ver cuánto se sostiene la historia inicial para transformarla en algo más complejo e interesante. El misterio central que gira en torno al paradero de la estatua y el asesinato que ocurre al inicio dan forma a un relato trepidante que no se detiene en ningún momento, y durante el cual vemos interesantes giros; y quizás lo mejor, ver como las cartas que ya están puestas dan paso a un juego constante entre esconder y mostrar, en detrimento de introducir nuevos elementos. La primera mitad -un poco más- es el momento donde conocemos algunas cosas, detalles vagos, y la segunda es cuando dichas cartas comienzan a jugar con nosotros.
En cuanto a la dirección, nada más decir que ya en su opera prima Huston demostraba una habilidad para elegir los encuadres y dónde poner la cámara, sabiendo con certeza la información visual necesaria del momento. Eso y los suaves y constantes movimientos de cámara que igualmente denotan detalles internos de los personajes hacen de este un filme técnicamente brillante y narrativamente genial. Y por supuesto no debo olvidar la fotografía de Arthur Edeson -que para este filme ya tenía una larga carrera como director de fotografía que comenzó en los tiempos del cine mudo-, que junto a la dirección de Huston crean una atmósfera noir impecable.
Si me preguntan por los mejores momentos, considero la visita de Joel Cairo a Sam Spade lo más gracioso; la visita de Spade a Gutman y su posterior abandono del lugar el más interesante en cuanto a mostrar ciertos giros; el tercio final consistente en varios diálogos entre las cartas echadas el mejor logrado, ya que resuelve admirablemente la trama; y Wilmer el personaje más extraño y escalofriante. Este es un filme redondo.
Con "El Halcon Maltes" John Huston tiene un debut cinematografico de lujo, narrando una historia de detectives con el pulso requerido, y una puesta en escena que ya dejaba presente ciertos rasgos y sellos que luego se repetirían en sus filmes posteriores -especialmente en lo visual-. En cuanto al tema que caracterizaba varios filmes de Huston, como son los perdedores, o personas que tienen vidas bastante diferentes a sus expectativas, sí podríamos decir que en este filme vemos perdedores, pero son distintos a los que hay en "Fat City" (1972), "The Misfits" (1961), o "The Asphalt Jungle" (1950), donde lo no cumplido es mucho más doloroso que no tener un objeto -que también es bastante doloroso, pero me inclino a pensar que la carencia emocional es más dolorosa que la material-. De todas formas, no podemos decir que Sam Spade, el personaje de Humphrey Bogart sea un perdedor. Yo diría que es todo lo contrario.
Estos últimos días he revisionado varios filmes de Huston, así que voy a escribir sobre varios de ellos. De hecho, para mañana tengo planeado subir un post sobre "The MacKintosh Man" (1973), un entretenido filme de espionaje con Paul Newman escrito por Walter Hill cuyo visionado no tiene desperdicio.
Por mientras les recomiendo ver este filme. Una excelente forma de iniciarse en el cine de Huston -cómo no hombre, si es su opera prima-.
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