miércoles, 3 de septiembre de 2014

The Navigators - 2001


Director: Ken Loach

  Ayer mismo les contaba mis impresiones -nada gratas, absolutamente nada gratas- sobre "Carla's song", película del veterano Ken Loach que, gracias al sentido común, parece que no recibió ningún premio. Por cierto, había puesto que era del '94 cuando en realidad era del '96, error que ya corregí gracias a la bendita edición que se puede hacer posteriormente. Parece que estaba muy concentrado odiando la película como para fijarme en su verdadero año de estreno. En fin, aquella pésima cinta era una de las tres que tuve que ver para la puta universidad, algo que siempre me desagrada por completo, aunque de vez en cuando te hacen ver una buena película como la de hoy, que sin ser una maravilla, es efectiva en lo que quiere decir, y además su visionado se hace ameno. Y, para que vean cómo son los prejuicios, yo pensé que ésta no me iba a gustar.


  "The Navigators" trata sobre un grupo de trabajadores cuya vida laboral y familiar -vida en general, a fin de cuentas- se ve afectada por la privatización. Es luchar o dejarse arrastrar por las consecuencias del nuevo sistema, aunque todo implica consecuencias, claramente.


  De nuevo tenemos más "cine social" del buen Ken Loach, y digo "buen" porque parece ser que el tipo es muy simpático, digo, algo de esa simpatía se puede sentir en "The Navigators", que a pesar de narrar un período oscuro en la vida de unos trabajadores, no deja de lado situaciones cómicas, como la reunión del principio o la trampa que le hacen al gordo que quiere comer sardinas. Buenos momentos para distender el ambiente y soltar su carcajada: siempre habrá algo por lo que reír. Lamentablemente para estos hombres, también hay algo muy grave por lo que llorar: la privatización de la empresa. En los discursos siempre queda como que es el paso necesario para el progreso de todo tipo -social, económico, político, etc.-, pero en la práctica el asunto siempre se queda a medias; llega a parecer chiste, y Loach acierta en relatar los acontecimientos con un tono entre burlón e indignado, más o menos como si dijera o gritara "Cómo es posible que algo tan ridículo tenga el beneplácito del gobierno". Es un absurdo, no hay otra palabra que calce de manera más perfecta, y son estos hombres, la cuadrilla en general, los que tienen que pagar el precio de tener que competir entre ellos para conseguir trabajo -temporales o estables, aunque mayormente temporales nada más; cero seguridad: un día estás trabajando y al otro estás en la calle-. Lo bueno es que no se siente ni percibe un tufillo a discursito barato en el que, como si nosotros no nos diéramos cuenta, nos señalaran con el dedo que toda la situación que la película refleja es indignante, pues la película y los personajes hablan por sí mismos -y no en el sentido de que nos explican todo mediante los diálogos-: la rabia, la tristeza y la desolación de estos hombres es suficiente, y nunca llegan a ser excesivas las emociones. Todo en su justa medida.


  Lo otro que me ha gustado y que es algo que, al menos para mí, se aleja bastante de lo que es el "cine social" más genérico y efectista, es que no estamos ante una película idealista. No es como aquellas películas en las que, por ejemplo, llega un profesor a una escuela de negros -siempre de negros, o latinos para variar- en donde a nadie, salvo a un estudioso quizás, le interesa la educación, pues saben que su destino es ser asesinado, ir a prisión, o vivir como un delincuente o prostituta. Sin embargo, el profesor logra sacar lo mejor de todos los alumnos e incluso de sí mismo, contra viento y marea, logrando abrir un océano en dos de ser necesario: todo es posible con tal de señalar que la educación es el camino. Al final, todos -en realidad casi, pues en el trayecto algún estudiante es asesinado por sus malas amistades y su muerte es el impulso catártico para los demás en pos de aprender a sumar- logran su objetivo y viven el sueño americano. Claramente, "The Navigators" no es ese tipo de historia: no estamos ante una lucha social, sino ante la sumisión inconsciente de estos trabajadores. Los pobres están entre la espada y la pared y no se puede mover, pues tienen una familia que mantener. Esta es una visión pesimista y por lo tanto realista, pero por sobre todo honesta de cómo es el mundo en el día de hoy; por lo demás, esto de la privatización es sólo el inicio de los problemas, pues más adelante éstos comienzan a crecer en magnitud y angustia. En este sentido, el final me ha parecido espectacular por lo elocuente que es. Ya lo notarán: terrible pero cierto.


  Mi reproche, lo que hace que no haya quedado maravillado con "The Navigators", es que durante gran parte del centro del relato, más o menos cuando la privatización ya está haciendo estragos en la cuadrilla -comparen las reuniones del inicio con las del final: una imagen desoladora- y en sus hombres en particular, las situaciones relatadas, por muy necesarias y justificables que sean, se hacen menos interesantes y atrayentes, aunque es perfectamente comprensible: la vida se está volviendo anodina y está comenzando a ser dominada por el hastío. No digo que la película adolezca de lo mismo, sólo que entre trabajador y trabajador el asunto se vuelve prácticamente lo mismo y no varía demasiado entre los problemas de cada uno: aunque los personajes estén bien dibujados, les falta un desarrollo más profundo, porque no basta sólo con mostrarnos las consecuencias de la falta de trabajo y dinero que estos hombres sufren. De todas formas, todo el tramo final me parece notable y potente -especialmente porque surge la ambigüedad moral, un tema peliagudo por acá-, más aún con la sencillez con que Loach filma toda la situación, sin moralinas ni cursilerías ni música conmovedora, lo que se puede extrapolar al tratamiento entero de la película, sin artilugios ni nada por el estilo. Es tan sólo la vida de estos hombres tal cual es, con sus altas y con sus bajas. No obstante, aunque en el centro del relato éste pierda un poco de interés y atracción, nunca deja realmente de mantenerte atento -quizás me haya distraído algo, su cosa poca y sin mayor incidencia-; en este sentido la película no falla.


  Incluso con el relato funcionando de manera correcta, tampoco voy a dejar de reprochar la falta de construcción estética de Loach, que tanto en ésta como en "Carla's song" es poca. Tiene sus buenas imágenes, en el mejor de los casos conteniendo un poco esa injusticia e ira social de los más afectados, pero a grandes rasgos veo más un interés en el tema de fondo que en todo lo demás, y quizás esto contribuya a mi pérdida no fatal de atención ya en el medio del relato: hay un desequilibrio que se comienza a notar cada vez más, y si yo no veo el elemento cinematográfico bien aprovechado entonces me deprimo un poco. Nada grave, pero se echa de menos más cine en el discurso. Algunos han dicho -a mi no me parece tanto, no sería tan drástico- que "The Navigators" tiene chapa de telefilme. Supongo que Loach tiene películas más grandes y trabajadas, pero no sería de locos que Loach encante tanto entre antropólogos y sociólogos porque sus películas sean más discurso que verdadero cine. De verdad que no me extrañaría nada de nada. Pero, como digo, mejor me espero a ver más de su filmografía, que hay un par de cintas que han llamado poderosamente mi atención.

  Lo dicho, "The Navigators" es una película que retrata cómo el progreso, en este caso privatización mediante, afecta hasta en lo más íntimo a las personas estrechamente involucradas al proceso, que además suele traer consigo problemas de ética y moral sumamente importantes. Sin nada de elementos edulcorados, la lenta, dolorosa y latente sumisión se hace notar, para tristeza de los protagonistas, buenos hombres que sufren el daño colateral de las decisiones de los peces gordos. Es una película con personajes y situaciones entrañables que funciona porque no abusa de su mensaje, y el tratamiento dramático y narrativo hacen de "The Navigators" una película correcta y efectiva. No encantará ni encandilará ni maravillará -a mí no al menos-, pero definitivamente cumple cabalmente con lo que promete, y aunque en este caso no es mucho ni muy nuevo, la honesta reflexión queda presente en la mente de quien la acaba de ver, incluso varios días después, lo cual se agradece tremendamente.

6 comentarios :

  1. Una temática muy buena para abordar ya que hay mucha gente que lo vive y algunas personas no son conscientes de los mencionados problemas y estragos sociales.

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    1. Lo mejor de la película es su tratamiento transparente y humano, quedando claro el discurso, sí, pero sin pontificar ni aleccionar al respecto, que es lo que Loach hace en sus más insoportables películas (no ésta, claro).
      Saludos y gracias por pasar y comentar en este tugurio.

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  2. Hola ¿Alguien me puede decir donde puedo descargarla o verla online en español?

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    1. No lo sé: a mí me la prestó una profesora que nos hizo hacer un ensayo sobre esta película.
      Suerte, no creo que sea difícil encontrarla.

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