Director: Michael Mann
Hace tiempo, digamos unos dos o tres años, habría dicho que Michael Mann era de mis directores favoritos sin dudarlo en ningún momento, con todo el convencimiento que una película brillante te puede entregar. Y es que habiendo visto la maravillosa "Collateral", mi fe en el hombre era ciega, hasta que, desde luego, comienzas a ver más películas suyas, como las decepcionantes "Miami Vice" y "Thief", que hicieron que Mann se me cayera del pedestal -y merecidamente-. Si bien "Heat" es excelente, y tengo esperanzas para "The last of the mohicans" y "The Insider", a mi parecer la filmografía de Mann es más regular y de cuidado que sólida y digna de confianza. "Blackhat", la última que ha hecho hasta ahora, muy vilipendiada por la crítica especializada y a grandes rasgos ignorada por los espectadores medios -información irrelevante acá y en todos lados-, es un claro ejemplo de que si Mann no es capaz de entregarnos una película realmente buena, entonces lo que obtendremos será intrascendente y poco más, en esencia no muy diferente de los thrillers del montón, pero afortunadamente a cargo de un director con oficio y buena mano, lo que le otorga puntos a una película con una ejecución no magistral pero al menos suficiente.
Un hacker provoca una explosión en una planta nuclear china, alertando a las autoridades asiáticas que deciden aliarse a fuerzas estadounidenses, quienes se salvaron de un ataque idéntico pero finalmente fallido. Hathaway, un brillante hacker encarcelado, recibe una oferta difícil de rechazar: su libertad, siempre y cuando atrape al malhechor.
"Blackhat" se ve, más que por genuino interés, por simple y cansina inercia. Es aceptable el entuerto argumental, interesante y bien hilvanado, pero uno desea que acabe rápido, pues tampoco es la gran experiencia cinematográfica; por el contrario, estamos lejos, muy lejos, del brillo del mejor Mann, aquel que construía complejos personajes dominados por la melancolía y el nihilismo, y los hacía transitar por tortuosos y elegíacos laberintos personales, siempre llenos de espejos y callejones sin salida, conformando así sendas experiencias casi míticas y definitivas, donde todas las etiquetas convencionales del bien y el mal se venían abajo en pos de un tratamiento mucho más realista y ambiguo de la realidad. En "Blackhat", en cambio, veremos un puñado de personajes con muy poco que ofrecer salvo sus conocimientos de informática y todas esas cosas. No esperen el vitalmente estricto sentido del deber del Tom Cruise de "Collateral", o el profundo duelo moral entre Robert De Niro y Al Pacino, dos caras de la misma moneda, en "Heat". Acá los personajes no logran superar la superficie de sus roles, no son personas sino esbozos que siguen órdenes a ciegas, y siempre por un descubrimiento que se materializa justo en el momento de más desesperanza, cuando todo parece estar perdido. Por lo demás, ya no sé cómo reaccionar al típico enamoramiento repentino, carente de fluidez y sutileza, que a fin de cuentas se convierte en el principal motor narrativo y fuente de toda "fuerza dramática", dejando de lado el inicial sentido de profesionalismo dispuesto: no era una simple misión, finalmente, sino que una lucha por lo correcto -y qué mejor que lo hagan los enamorados, ¿no?-. La progresión narrativa tiene pulso, sí; la información está bien dispuesta, sí; las secuencias de acción están bien filmadas, sí; las sorpresas son, por fin, sorpresivas y terribles, sí -le inyectan un poco de vida a un relato plano-; y las escenas importantes tienen esa sensibilidad estética propia de Mann, sí -lo que es propio de dichas escenas únicamente, no hay excelencia estética en lo que resta-, pero lo anterior y las cosas que aún se me quedan en el tintero no son, por desgracia, suficientes para hacerme apreciar más y mejor este thriller descafeinado y poco memorable, pero al fin y al cabo funcional y respetable.
No le hagan caso a los críticos especializados que no tienen idea de nada nunca: "Blackhat" no es en lo absoluto una mala película, pero siendo de Mann es inevitable sentir un poco de desilusión, sobre todo porque ya han pasado once años desde su última buena (y gran) película, "Collateral". Yo esperaba más, pero después de todo "Blackhat" es un thriller efectivo y cumplidor que no intenta engañar a nadie -como en "Thief"- y se salva por la pericia de su director. No la recomiendo con emoción, pero no se hacen ningún mal viéndola.
Un hacker provoca una explosión en una planta nuclear china, alertando a las autoridades asiáticas que deciden aliarse a fuerzas estadounidenses, quienes se salvaron de un ataque idéntico pero finalmente fallido. Hathaway, un brillante hacker encarcelado, recibe una oferta difícil de rechazar: su libertad, siempre y cuando atrape al malhechor.
"Blackhat" se ve, más que por genuino interés, por simple y cansina inercia. Es aceptable el entuerto argumental, interesante y bien hilvanado, pero uno desea que acabe rápido, pues tampoco es la gran experiencia cinematográfica; por el contrario, estamos lejos, muy lejos, del brillo del mejor Mann, aquel que construía complejos personajes dominados por la melancolía y el nihilismo, y los hacía transitar por tortuosos y elegíacos laberintos personales, siempre llenos de espejos y callejones sin salida, conformando así sendas experiencias casi míticas y definitivas, donde todas las etiquetas convencionales del bien y el mal se venían abajo en pos de un tratamiento mucho más realista y ambiguo de la realidad. En "Blackhat", en cambio, veremos un puñado de personajes con muy poco que ofrecer salvo sus conocimientos de informática y todas esas cosas. No esperen el vitalmente estricto sentido del deber del Tom Cruise de "Collateral", o el profundo duelo moral entre Robert De Niro y Al Pacino, dos caras de la misma moneda, en "Heat". Acá los personajes no logran superar la superficie de sus roles, no son personas sino esbozos que siguen órdenes a ciegas, y siempre por un descubrimiento que se materializa justo en el momento de más desesperanza, cuando todo parece estar perdido. Por lo demás, ya no sé cómo reaccionar al típico enamoramiento repentino, carente de fluidez y sutileza, que a fin de cuentas se convierte en el principal motor narrativo y fuente de toda "fuerza dramática", dejando de lado el inicial sentido de profesionalismo dispuesto: no era una simple misión, finalmente, sino que una lucha por lo correcto -y qué mejor que lo hagan los enamorados, ¿no?-. La progresión narrativa tiene pulso, sí; la información está bien dispuesta, sí; las secuencias de acción están bien filmadas, sí; las sorpresas son, por fin, sorpresivas y terribles, sí -le inyectan un poco de vida a un relato plano-; y las escenas importantes tienen esa sensibilidad estética propia de Mann, sí -lo que es propio de dichas escenas únicamente, no hay excelencia estética en lo que resta-, pero lo anterior y las cosas que aún se me quedan en el tintero no son, por desgracia, suficientes para hacerme apreciar más y mejor este thriller descafeinado y poco memorable, pero al fin y al cabo funcional y respetable.
No le hagan caso a los críticos especializados que no tienen idea de nada nunca: "Blackhat" no es en lo absoluto una mala película, pero siendo de Mann es inevitable sentir un poco de desilusión, sobre todo porque ya han pasado once años desde su última buena (y gran) película, "Collateral". Yo esperaba más, pero después de todo "Blackhat" es un thriller efectivo y cumplidor que no intenta engañar a nadie -como en "Thief"- y se salva por la pericia de su director. No la recomiendo con emoción, pero no se hacen ningún mal viéndola.
Sí, estoy más o menos de acuerdo. Es un film de género, que se ve incapaz de contentar a todo el mundo precisamente porque no quiere parecer un film de género. Michael Mann domina su oficio, lo retuerce a voluntad, pero le pasa un poco como a Ridley Scott: es incapaz de generar imágenes interesantes si éstas no tienen un gran guion detrás. Esta, me parece, no lo tiene; COLLATERAL, la última gran película de Mann, sí lo tenía.
ResponderBorrarUn saludo.
Con respecto a Mann, poco que agregar... al menos que haya sido un buen visionado.
BorrarCon respecto a Scott, dicha cuestión es mucho más notoria, sobre todo en esta década en la que el hombre ha dirigido bastante y variado. Y lo digo especialmente por "The Counselor", una película con gran guión, que exuda salvaje erotismo, negrísima ironía y oscuro nihilismo -entre muchas cosas más- en cada fotograma y a lo largo de su fenomenal metraje. Y si hablamos de otras...
Sería genial que todas las películas de estos directores partieran de material de indudable calidad, pues considerando lo dotados que son... así no tendríamos que entrar en un juego de azar, adivinando cuál será buena y cuál no. ¿Hay que tenerle fe a "The Martian"?
Saludos.
Vi la peli el otro día. Me pareció la más floja del director. Entretiene... aunque acortaría la película.
ResponderBorrarSaludos!
Por ahí tiene una de vampiros que no le gustó a nadie, jaja, pero sí, para ser un thriller no emociona ni atrae mucho. Ojalá que su próxima peli sea mejor y nos devuelva al mejor Mann.
BorrarSaludos, ¡y gracias por pasar y comentar!