Director: John Ford
Hay muchas cosas que quiero y debo hacer, algunas de forma casi urgente, como por ejemplo ponerme al día con John Ford, de quien hasta ahora no había visto absolutamente nada, lo mismo que con el western, género con el que quiero comenzar a saldar las deudas que tengo -habré visto no más de diez en mi vida, y todos de los últimos 25 años-. Al menos creo que cuando pasen los días y vea más películas de Ford, también estaré llevando a cabo mi segundo propósito. Volviendo al primero, quería comenzar con "Born Reckless", pero hay algunas semillas que se quedan a mitad de camino y no llegan a su meta a tiempo. No es que me queje, en todo caso, pues "The lost patrol" me parece tremenda película para adentrarse en la filmografía de Ford, que creo me dará muchas satisfacciones a futuro. Nada más vean lo emocionado que me siento ahora.
Durante la primera guerra mundial, una pequeña patrulla británica sigue su camino en el desierto de Mesopotamia cuando el teniente es asesinado y deja a los demás literalmente perdidos, sin saber en dónde están ni a dónde ir, puesto que los detalles de la misión murieron con él. Así, el sargento -el nuevo líder del grupo de soldados- tendrá que encontrar una forma de hacerle frente a tan desorientadora situación.
No sé muy bien cómo ordenar el montón de ideas que se me venían a la mente durante el visionado, y el montón de elogiosas conclusiones que llegaron una vez terminado. ¿Por dónde parto?, ¿por el maravilloso uso de la fuerza antagónica invisible y sus múltiples usos metafóricos?, ¿por la capacidad de Ford de construir todo un castillo de emociones y sensaciones a partir de, literalmente, la nada misma?, ¿por la tremenda fuerza dramática que exuda la mayor parte del metraje, por esa alucinante fuerza poética que se percibe en un par de breves pero poderosas ocasiones?, ¿por la admirable forma en que Ford convierte un escenario bélico y más o menos limitado en un conflicto mucho más invisible y humano, el cual es tan individual como interpersonal? Viejo, no tengo ni la más mínima idea de por dónde empezar, y lo más probable es que de ahora en adelante caiga en no pocas redundancias, resultado de mi lluvia de interrogantes.
Pues sí: Ford construye su película desde la nada, entendiendo ésta como (1) el espacio en el que transcurre la acción, un desierto infinito que sólo ofrece dunas y más dunas, y como (2) el punto de partida en el que se encuentran el sargento y sus hombres, premisa argumental llena de incógnitas y posibilidades. Y peor: con un enemigo invisible, que bien podrían ser los árabes que asesinaron al teniente en la primera imagen, o bien podría ser el miedo, la locura y quién sabe qué otro mal capaz de consumir al hombre, los cuales se pueden encontrar incluso dentro de la misma patrulla... En base a esa nada, Ford comienza una auténtica clase de narración, haciendo gala de un minimalismo realmente magnífico capaz de poner en imágenes lo perturbador y desolador no sólo de la guerra, sino del abandono y la desesperanza, con escenas que logran inquietarte y removerte ya sean aquellas más gráficas en su violencia o esas otras más sutiles en su desesperación. Pero digo clase de narración porque con un argumento reducido a su mínima expresión, sólo con lo esencial del relato a la vista, Ford nos cuenta una guerra mucho más oculta y dañina que aquella en la que luchan los soldados protagonistas; nos muestra con lujo de detalles las miserias del ser humano así como -probablemente- sus mejores elementos, como si éste fuera un conflicto eminentemente existencialista, pero (contundentemente) expresado a través de la materialidad de las cosas. ¿Estaré exagerando? No me importa: me encantan las películas que echan a volar la imaginación y la reflexión -cinematográfica, de la vida...
Pero, en el fondo -o simplemente-, "The lost patrol" es la dura y cruda historia de un grupo de hombres desesperados, abandonados y asustados que no saben cómo enfrentarse a la muerte, narrada con una fuerza dramática arrolladora y un pulso realmente firme que no hacen más que aumentar el desasosiego de manera exponencial y sin contemplaciones. Puede que el desarrollo esté mucho mejor que el clímax y el final-final -había más en juego, en todo sentido-, el cual debo decir resta fuerza dramática al conjunto al carecer de la desesperación y el nihilismo previo -lo que habría ido más en línea con los supuestos cimientos conceptuales-, pero aún así "The lost patrol" no deja de ser una película sensacional, inteligentemente atávica y con figuras retóricas notables, que nos suspende por poco más de setenta minutos en su violenta espiral de perdición. Imperdible.
Pues sí: Ford construye su película desde la nada, entendiendo ésta como (1) el espacio en el que transcurre la acción, un desierto infinito que sólo ofrece dunas y más dunas, y como (2) el punto de partida en el que se encuentran el sargento y sus hombres, premisa argumental llena de incógnitas y posibilidades. Y peor: con un enemigo invisible, que bien podrían ser los árabes que asesinaron al teniente en la primera imagen, o bien podría ser el miedo, la locura y quién sabe qué otro mal capaz de consumir al hombre, los cuales se pueden encontrar incluso dentro de la misma patrulla... En base a esa nada, Ford comienza una auténtica clase de narración, haciendo gala de un minimalismo realmente magnífico capaz de poner en imágenes lo perturbador y desolador no sólo de la guerra, sino del abandono y la desesperanza, con escenas que logran inquietarte y removerte ya sean aquellas más gráficas en su violencia o esas otras más sutiles en su desesperación. Pero digo clase de narración porque con un argumento reducido a su mínima expresión, sólo con lo esencial del relato a la vista, Ford nos cuenta una guerra mucho más oculta y dañina que aquella en la que luchan los soldados protagonistas; nos muestra con lujo de detalles las miserias del ser humano así como -probablemente- sus mejores elementos, como si éste fuera un conflicto eminentemente existencialista, pero (contundentemente) expresado a través de la materialidad de las cosas. ¿Estaré exagerando? No me importa: me encantan las películas que echan a volar la imaginación y la reflexión -cinematográfica, de la vida...
Pero, en el fondo -o simplemente-, "The lost patrol" es la dura y cruda historia de un grupo de hombres desesperados, abandonados y asustados que no saben cómo enfrentarse a la muerte, narrada con una fuerza dramática arrolladora y un pulso realmente firme que no hacen más que aumentar el desasosiego de manera exponencial y sin contemplaciones. Puede que el desarrollo esté mucho mejor que el clímax y el final-final -había más en juego, en todo sentido-, el cual debo decir resta fuerza dramática al conjunto al carecer de la desesperación y el nihilismo previo -lo que habría ido más en línea con los supuestos cimientos conceptuales-, pero aún así "The lost patrol" no deja de ser una película sensacional, inteligentemente atávica y con figuras retóricas notables, que nos suspende por poco más de setenta minutos en su violenta espiral de perdición. Imperdible.
Tienes que ponerte con John Ford, amigo, uno no ha visto nada si no ha visto al menos veinte películas suyas (al menos, claro). LA PATRULLA PERDIDA es una película fascinante. De ahí sale la premisa para ALIEN... para PREDATOR... para DELIVERANCE... El enemigo invisible que va diezmando a unos hombres impotentes y resignados a su suerte. Además contiene algunos de los diálogos más antibelicistas que yo he visto en una película, porque los personajes son de carne y hueso, son humanos, tienen debilidades y no son los superhéroes que Hollywood nos lleva vendiendo desde hace ya demasiado tiempo... ¿Lo he dicho?... ¡Una puta obra maestra!...
ResponderBorrarEfectivamente, gran película, y me emociona saber que habrán muchas más. Vamos, tu convicción es en extremo contagiosa, jaja...
BorrarY bueno, encontré conmovedor ver cómo estos hombres, a pesar de todo, la mayor parte del tiempo intentaban mantenerse optimistas y positivos ante tal situación, recurriendo a la honesta camaradería, los recuerdos, etc..., y genial que Ford lograba escarbar en la imagen para situarse y situarnos en esa vereda tan humana.
En fin, vamos por las otras diecinueve.
Saludos.